El proyecto comenzó el año pasado cuando Milo recorrió las seis localidades de YPF para elegir los materiales con los cuales trabajaría. Así es como eligió los barriles de petróleo que fueron pintados por estudiantes de distintas localidades del país a los que el artista les dio un toque especial. Su visita a la provincia comenzó con un taller en el Polideportivo de Luján de Cuyo, donde dio clases a niños de la escuela Luis Baldini de Ugarteche. “Con este proyecto queríamos integrar a la empresa, los chicos, el arte y la comunidad. Se entiende que el barril de petróleo es algo muy representativo de YPF”, comentó Milo.

El artista habló sobre sus trabajos y expresó que ya no está preocupado por la obra en sí, “me interesa el encuentro con el arte”. Además, manifestó que ya nos encontramos en un punto en la sociedad donde tenemos que pensar en un vínculo con el arte y la educación: “el arte nos enseña a pensar de otra manera”, resaltó el artista.

“Soy una de esas personas que ama su trabajo. Al llegar al taller empiezo a buscar la creatividad, pero hay días que la creatividad no surge”, comentó Milo.

Según el artista plástico, la inspiración es mágica. En cambio, con respecto a la creatividad, Lockett piensa que se tiene que aprender a resolver problemas. Un ejemplo es la hoja en blanco porque uno es el que tiene que dibujar y crear el mapa. “Yo trabajo con una carga de ansiedad, me considero un tipo de acción. En el camino busco la faceta de colores que combinen, siempre empiezo con una mancha y trato de reconvertir esa mancha hasta que me cierre”.

“La creatividad te lleva a pensar más y a buscar alternativas para resolver un problema. Cuando uno se inspira, es algo que aparece mágicamente y eso a mí nunca me pasó”, manifestó Milo.

Como artista Milo trabaja mucho con la prueba y el error: “Cuando te equivocas muchas veces, sirve mucho arreglar el error porque así te volves creativo. Para mí, las cosas que no tienen solución no son un problema. Eso es una característica mía”, expresó el artista. “Soy una persona que apunta a ser feliz. A mí, pintar me hace muy feliz”.

Milo detalló que a veces la gente no se da cuenta de la importancia que tiene una escuela en el interior del país. Muchas veces estas escuelas son la proyección de los hijos que van a terminar el colegio, quienes no lo terminaron porque tuvieron que trabajar o la razón que sea. “Lo más importante de todo proyecto es que los objetivos del mismo deben trascender lo económico. Tenemos que enfocarnos en proyectos que estén destinados al amor o a la felicidad más allá de que lo veamos como algo ‘cursi’. Eso es la vida y de eso se trata”, puntualizó Milo.

Lo sucedido en el 2001 marcó un antes y un después en la vida del artista. En aquel entonces, Milo cerró su fábrica textil pero no se dio por vencido. Una de las enseñanzas que aquel suceso le dejó, es que, según lo que comentó, pudo estar peor. “Más allá de todo, hay que ser positivo y buscar siempre salir adelante. Cuando veo un chico enfermo, veo que hay que aprender a dar gracias por lo que tenemos. Siempre uno puede estar peor, porque uno no sabe lo que puede pasar mañana. Hay que vivir bien el día a día, hay que agradecer el hecho de la vida”.

“Los grandes tenemos que aprender mucho de todos los chicos que están en situaciones difíciles y que aún a diario luchan para salir adelante”, finalizó.