Coco Yáñez... en la mira

Se llama Jorge, pero nadie o casi nadie lo sabe. Todos lo llaman  “Coco”. Nació el 10 de abril de 1945 y ha edificado su vida con una cámara en mano. Logra detener el tiempo en un flash; preserva los recuerdos en algún material; extrae un recorte preciso del mundo, en un solo click.
Llega a Señal U a tiempo y bien predispuesto. Se muestra amable con todos. Algunos técnicos del programa En la caja se acercan a saludarlo. Va a ser entrevistado y se lo ve algo nervioso, pero jamás pierde la sonrisa y el temple.
Se ubica en la silla, se lleva la mano al mentón con actitud reflexiva y vuelve a sonreír. Habla con la tranquilidad de un hombre que ha cursado las vivencias más renovadas que es respetado (y admirado) entre sus colegas, que ha conocido el mundo y lo conserva en su retina.

Habla de sus comienzos en la fotografía y cita aquel recuerdo de sus 15 años, cuando su papá lo hizo trabajar en una casa de fotografía con un amigo de él y Coco rechazó la oportunidad de iniciarse en la fotografía, pero no pudo hacer lo mismo con la cámara Beirette que este señor le regaló. A los 18 años entró a trabajar al Banco de Previsión Social y lo primero que hizo fue comprarse una cámara Yashica. Así empezó a sacar fotos; confiesa que esa actividad le sigue gustando como el primer día. Dejó su trabajo en el banco y se dedicó plenamente a la profesión.

Trabajó 38 años como corresponsal de Clarín en nuestra provincia. Hoy,  confiesa que tendría pruritos en volver a trabajar para esa empresa mediática.

Coco debate sus horas entre realizar trabajos comerciales y proyectos personales. Formó parte de la muestra "Mirando Mendoza” junto a otros fotógrafos como Claudio Gutiérrez, Luis Reynoso y otros. Pero sus fotos recorren el mundo. Además, Yáñez preparó un ensayo fotográfico sobre la memoria y los derechos humanos que expuso en la UNCuyo, junto a Eduardo Dolengiewich. Aunque ya realizaron una muestra, siguen buscando nuevas imágenes.

El reportero gráfico

Coco  Yáñez es socio de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA). Pero ¿de qué se trata la tarea de un reportero gráfico? ¿Cuáles son los desafíos y las limitaciones? ¿Qué hay en cuanto a la ética de la profesión?  "Los reporteros gráficos venimos de muchos lados y tenemos que fotografiar de todo, desde accidentes hasta un partido de fútbol o un reportaje a un personaje interesante. En los diarios uno trata de hacer lo mejor posible, con las limitaciones que un diario tiene” dice Coco Yáñez.

Sin embargo, el crecimiento personal está dado por lo que uno quiere hacer de la profesión. En eso, el fotoperiodismo es una profesión muy generosa; permite vivir de ella a todo tipo de fotógrafos: los buenos, los malos; lo que la aman y los que lo hacen simplemente porque les tocó. "Yo creo que esto no puede ser vivido como un trabajo, tiene que ser una forma de vida", agrega convencido.

Este hombre del ojo entrenado sostiene que es más llevadero para un fotógrafo que para quien escribe el hecho de trabajar en un medio con el que se no se acuerda ideológicamente. “Uno puede oponerse o no. Hay gente que se opone y es respetada, y hay otra que acepta cualquier cosa. Yo respeto cuando alguien se hace cargo de lo que piensa. Respeto a la gente que se cultiva, que lee, que trata de abrir su cabeza, aun cuando opine políticamente en la vereda de enfrente. No respeto a los que uno nunca se sabe en qué vereda están”.

Saber mirar

¿Qué diferencias de criterio hay entre la publicación de una fotografía en conflictos bélico-políticos y situaciones de cotidianidad? Coco Yáñez responde: “Determinados hechos bélicos o políticos son publicados (o no) según qué países o regiones se vean involucrados”.

Con respecto a la publicación de fotos que sólo apuntan a la exacerbación del morbo del público, podemos ejemplificar con la decisión del diario Crónica de editar en tapa una foto del cadáver de Jazmín de Grazia, una joven hallada muerta en su departamento, como así también el diario Perfil mostrando el deterioro físico del músico Luis A. Spinetta, aquejado entonces por una enfermedad terminal. Al respecto, Coco responde: “Si bien son dos casos de intromisión en la vida privada de personas con actuación pública, tienen diferencias bien marcadas ya que, en el primer caso, Crónica usó fotos vendidas o cedidas por alguna persona ajena al diario y que, presuntamente, se encontraría entre el personal policial o judicial que actuó en la investigación del hecho. En el segundo caso sí intervino un reportero gráfico. La distinción no es menor, pues en el primero el accionar del proveedor del material fotográfico es, posiblemente, delictivo y en el otro es materia de discusión si es ético o no prestarse a ese tipo de cobertura periodística”.

¿Qué ocurre con la ética en este sentido? Coco cree que estamos transitando una época violentamente rica: “Es una época difícil, pero muy interesante” dice. 

Vivimos en una sociedad en la que todo lo que ocurre queda registrado y todo puede ser transmitido al mundo de forma instantánea, de modo que el dilema de publicar o no este tipo de imágenes se plantea cada vez con más frecuencia. ¿Cómo juega la subjetividad del fotógrafo a la hora de retratar una situación delicada, teniendo en cuenta las presiones editoriales? Coco Yáñez exclama  “ ¡La fotografía es subjetiva y los fotógrafos también lo somos! Cuando se está fotografiando, el bagaje cultural, ideológico y técnico indudablemente influyen en el resultado”.

En la caja con Coco Yáñez

El canal de televisión digital universitario Señal U pondrá al aire el miércoles 19 a las 22.00 la entrevista a Yáñez en la segunda temporada de En la caja. Con la dirección de Diego "Chino" Flores, el programa se puede ver en el canal 30 de TDA o en www.senalu.tv.