Ernesto Clarens entregó a la Justicia una lista de obras públicas en las que se habrían pagado sobornos. El financista de Néstor Kirchner quiere convertirse en arrepentido en la causa a cargo del juez Claudio Bonadio que investiga los "cuadernos de las coimas" de Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta.

El titular de la financiera Inverness acercó al juzgado un pendrive con un listado de 120 obras con sobreprecios y por las cuales se habrían pagado sobornos que él mismo cobró. Clarens fue mencionado por algunos empresarios como el encargado de recaudar los bolsos con coimas que les pagaban a exfuncionarios de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner.

Alrededor de 95 de esas obras tenían que pagar retornos, mientras que el resto eran transparentes. El rol del financista era reunir el dinero del cual debía descontar el 20 % de los certificados de obra que se pagaban a medida que el proyecto avanzaba, según informó el diario La Nación. Clarens detalló los nombres de las compañías y hombres de negocios que habrían cometido irregularidades, algunos de los cuales se decantaban por enviar a un "representante" para pagar las coimas. Los fondos de la corrupción eran entregados al secretario privado de Kirchner, Daniel Muñoz, fallecido en 2016. Según las declaraciones del financista, Muñoz recibía el dinero en el departamento en Recoleta de la expresidenta, que en algunas ocasiones le pidió que los pagos se hicieran en billetes de 500 euros en lugar de en dólares. 

Clarens, en su primera indagatoria, reconoció que cambió pesos –supuestamente originados en las coimas que habrían pagado al kirchnerismo los empresarios beneficiados por la obra pública– por dólares y que se quedó con un porcentaje. Bajo el nuevo acuerdo, el arrepentido aportó información sobre los movimientos financieros de las gestiones kirchneristas.

El financista debe aportarle a la Justicia información valiosa si quiere que el convenio de arrepentimiento sea homologado por Bonadio. El primero fue dado de baja, tras lo cual el fiscal pidió allanar Inverness (financiera investigada en la causa conocida como "la ruta del dinero K"), solicitó retirar el acta de la primera declaración del arrepentido y pidió la detención de este, pero nunca se concretó.