Unidiversidad se convirtió en turista por un día y recorrió el mentado “Mendoza City Tour”, la propuesta que ofrecen los municipios de Godoy Cruz y Ciudad en conjunto. Se trata de la famosa "bañadera" descapotable que recorre las calles de ambos departamentos. En enero, la foto es dual: la alegría de los niños, parejitas enamoradas, turistas abrazados a sus mascotas, extranjeros que escuchan -sin entender una palabra del castellano- al guía de turismo y muchas, muchas fotos disparadas desde los celulares.

Estas son sólo algunas de las imágenes que repite la batea cada día en este ya clásico City Tour, que inicia el recorrido desde el escudo de la Plaza Independencia  -salen cada una hora 3 colectivos- y va parando en los principales puntos de la provincia. El mismo tiene una duración de tres horas y con el ticket que se paga para ingresar al mismo, los visitantes pueden subirse durante todo el día. 

El ingreso a la batea no tiene límite de edad ni condición: pueden realizar el recorrido personas con incapacidad motriz y quedarse en la parte de abajo. Además está permitido que los amantes de las mascotas lleven a sus amigos perrunos manteniéndolos en sus faldas. En cuanto a la seguridad, no se exige el uso de cinturón. Si bien están en condiciones para utilizarlos los turistas no se los colocan.

Yu spik inglish?

Las bateas cuentan con audiología en inglés, portugués, francés y español. No obstante, Unidiversidad pudo constatar que el uso de auriculares brilla por su ausencia, por tanto, no hay forma de aprovechar para muchos de los turistas extranjeros, las explicaciones que brinda el guía turístico. Si bien hay guías bilingües a bordo de la unidad, los turistas no tienen contacto permanente con él y quienes van en la parte de arriba lo ven únicamente al subirse, ya que el encargado de mostrar las bondades de nuestra ciudad se queda al lado del chofer mientras la batea va en movimiento. Claro, está más fresquito y el Sol o el viento no pegan tan fuerte. “Empezar a las 10 y terminar a las 21 diariamente no se podría hacer sin aire acondicionado. Es de la única forma en la que podemos estar tanto tiempo al volante”, comentó Raúl Ferreyra uno de los choferes.

Mientras el gran micro sin techo recorre los diferentes puntos de interés, los parlantes proyectan música variada: desde la marcha vendimial, cuecas y chacareras, temas juveniles y hasta antigüos, cantados en inglés por bandas como Green Day o Avril Lavigne. Mientras se recorrían calles céntricas algunos turistas marcaban el ritmo musical con sus piernas. Otros, poca importancia le daban porque tenía poco volúmen. 

Ese tesoro de la Vendimia

Las caras de asombro se pudieron observar, sobre todo, cuando los turistas logran visibilizar el anfiteatro Frank Romero Day. Las niñas y jóvenes a bordo al escuchar por los parlantes que allí se realiza la "Fiesta Nacional de la Vendimia" se quedan boquiabiertas.

"Veo por televisión la Vendimia, pero me gustaría participar en marzo y ver la fiesta autóctona. Con respecto a las reinas de la vendimia me parece perfecto que exista, porque es todo un tema de preparación en la cual una reina debe saber sobre cata de vinos, sobre ceremonial y protocolo. Y lo que rescato es que no toda chica que se presenta debe cumplir con la talla 90-60-90 y la última reina de la vendimia no fue la mujer elegida como se suele hacer", decía a Unidiversidad Juan Manuel, de Buenos Aires, quien visitaba Mendoza por primera vez junto a sus dos hijas adolescentes. 

Los precios para subir a la batea van desde $ 229 (adultos) a $ 183 (universitarios); $ 138 (niños), hasta los $ 161 (jubilados), con lo cual se convierte en una buena opción para un pasar un día diferente, incluso siendo mendocino.