Científicos mendocinos, cerca de crear una vacuna contra la clamidia

Anahí Capmani, bióloga molecular, contó que junto a su equipo también trabajan para determinar la relación de esta infección con el cáncer, algo poco explorado en el mundo.

Científicos mendocinos, cerca de crear una vacuna contra la clamidia

Foto: Ariella Pientro.

Ciencia

Unidiversidad

Unidiversidad / Florencia Martínez del Rio

Publicado el 05 DE NOVIEMBRE DE 2019

Anahí Capmani, bióloga molecular, contó a Unidiversidad los avances en la investigación que la llevó a obtener el premio Jóvenes Mendocinos Destacados 2019, entregado por el Consejo Empresario Mendocino (CEM), en la categoría de "logros académicos". La cientifíca y el equipo del Laboratorio de Bioquímica e Inmunidad de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO estudia la bacteria Chlamydia trachomatis, que se contagia por transmisión sexual y es la principal causa de infertilidad en las mujeres. Están cerca de crear una vacuna y un test rápido para su detección temprana. Esta investigación que comenzó en 2016 también busca avanzar en el estudio de esta infección como un factor de riesgo de cáncer, algo poco explorado en el mundo.

Mucho más que una causante de infertilidad

A la Chlamydia trachomatis se la conoce por ser la principal causa de infertilidad femenina y afecta más a las mujeres jóvenes sexualmente activas. Cuando no es tratada, la bacteria puede infectar las células del cuello cervical, extenderse a los ovarios, las trompas de Falopio o el útero causando enfermedad inflamatoria pélvica e imposibilidad para lograr o mantener un embarazo.

Sin embargo, estas no son las únicas consecuencias que provoca. En el laboratorio de bioquímica, Capmani estudia la clamidia como un factor de riesgo de cáncer, algo poco explorado. "La infertilidad es solo una arista, la clamidia causa mucho más que eso. Hasta ahora existen estudios epidemiológicos que dicen, por ejemplo, que algunas cepas de HPV (Virus del Papiloma Humano) causan cáncer pero para eso necesitan que otros factores se activen, y se ha visto que hay coinfecciones con clamidia que generan células cancerígenas, pero todavía no está todo estudiado en conjunto, recién ahora el tema está en auge”, explicó la bióloga.

La científica destacó que avanzar en los estudios moleculares y analizar cómo se comporta la bacteria es importante para que se pueda plantear un mecanismo de ataque más efectivo, ya que en fase crónica la infección es muy difícil de eliminar.

Una vacuna y un test rápido

Otra parte de la investigación en el laboratorio de bioquímica de la UNCUYO está centrada en encontrar un método preventivo, una forma rápida de detectar la infección y un medicamento que complemente a los antibióticos que ya se usan para atacar la clamidia.

La manera de detectar si una persona tiene esta infección es a través de pruebas de laboratorio. La ginecóloga Olivia Roca explicó a Unidiversidad que existe un estudio específico de toma de muestra en el cuello uterino que se hace cuando se sospecha de la infección. En el caso de los hombres, el médico toma una muestra de las células de la uretra. También puede ser detectado mediante un análisis de orina.

Para que la detección sea más rápida y simple, Capmani contó que el equipo de investigadores está trabajando en un test que pueda hacerse en cualquier sala sin que se necesite demasiado equipamiento. “El examen se tiene que hacer como cuando una mujer va a hacerse un PAP o una Colposcopia. La idea es que sea un test rápido para implementar la detección temprana y se pueda hacer un chequeo rápido”, dijo. 

Sobre la creación de una vacuna, la investigadora contó que “está bastante avanzada” y la idea es que se aplique de manera similar a la del HPV, es decir, a chicos y chicas de entre 11 y 12 años para que realmente se evite la infección.

“Enfermedad silenciosa”

La clamidia se trasmite por vía sexual, ya sea mediante relaciones vaginales, orales o anales sin protección, y también de madre a bebé durante el parto. Puede afectar el pene, la vagina, el cuello del útero, el ano, la uretra, los ojos y la garganta. La mayor complicación que tiene esta infección es que generalmente no presenta síntomas, lo que dificulta su detección temprana. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el 50 % de los varones con esta bacteria no tiene síntomas, mientras que en las mujeres el porcentaje llega al 75 %. En el caso de que los presenten, estos pueden ser dolores al orinar, flujo vaginal anormal o secreciones.

Esta bacteria tiene un tratamiento más fácil en los hombres, a quienes les puede generar uretritis o prostatitis. En cambio, en las mujeres eliminar la clamidia es más difícil debido a su anatomía y al carácter asintomático de la infección, señaló la bióloga. “La mayoría de las veces se llega al diagnóstico cuando la persona empieza con problemas de infertilidad. Se ha visto que genera infecciones difíciles de eliminar. La persona no se da cuenta y la bacteria empieza a transformar la célula y esa es la gravedad. Se genera todo un estado inflamatorio crónico que termina haciendo mucho daño en el tejido”, explicó.

Anahí Capmani, en el Laboratorio de Bioquímica e Inmunización de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO. Foto: Ariella Pientro.

La importancia de apoyar la ciencia

La investigadora se refirió a la obtención del premio en la categoría de Liderazgo, Compromiso, Innovación y Logros Académicos. "Recibirlo es una alegría enorme, es un premio de todos, del instituto, de la facultad y del grupo. Lo que yo he hecho es lo que hace mucha gente pero a veces no está visibilizado. Gracias a estos premios se logra exponer que hay gente que le pone empeño a producir cosas de calidad", remarcó.

Capmani espera que esto sirva para darle visibilidad y generar más conciencia de lo importante que es que la ciencia reciba apoyo. "Hacer colaboraciones con gente de afuera que tiene equipamientos más sofisticados es fundamental, pero todavía hay poco apoyo económico. Los recortes del Gobierno perjudicaron, la crisis en el país se siente un montón, pero siempre ha costado mucho, ahora la situación es mucho más crítica, la ciencia siempre ha estado un poco apartada de todo. En parte hay que hacer un mea culpa porque a veces nosotros tampoco comunicamos lo que hacemos", reflexionó.

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