Chagas: analizan avances y dificultades que persisten en la lucha contra esta enfermedad
La investigadora Patricia Barrera, del Instituto de Histología y Embriología, Conicet Mendoza, brindó detalles sobre esta enfermedad endémica que puede afectar gravemente al corazón y a otros órganos vitales.
La investigadora Patricia Barrera explicó las características de la vinchuca y cómo actuar cuando se encuentra en una casa. Foto: Prensa Conicet
A más de un siglo del descubrimiento de la enfermedad de Chagas, la investigadora Patricia Barrera, del Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, Conicet-UNCUYO), analizó los avances y retrocesos en la lucha contra esta enfermedad que puede afectar gravemente distintos órganos vitales. La enfermedad de Chagas es transmitida por un parásito llamado Trypanosoma cruzi, que vive en un insecto vector conocido como vinchuca. Cuando este insecto pica, defeca inmediatamente y libera así el parásito que se introduce en el cuerpo al rascarse la herida. En algunos casos, la infección puede progresar a una etapa crónica que compromete gravemente el corazón y otros órganos vitales. También puede darse el contagio de forma congénita de madre a hijo y, en casos sumamente excepcionales, por ingerir algún alimento que contenga el parásito.
Su nombre se debe al médico e investigador brasileño Carlos Chagas, que describió por primera vez al parásito y su vector. En Argentina, se denomina comúnmente Chagas-Mazza, ya que Salvador Mazza fue un médico bacteriólogo argentino que continuó el estudio de esta enfermedad.
La investigadora Patricia Barrera brindó información actualizada sobre esta enfermedad endémica en algunas regiones de América Latina.
Barrera explicó que la ciencia argentina avanzó mucho en conocer la biología del parásito y cómo se defiende para no ser destruido por nuestro sistema inmune. Foto: gentileza de la investigadora / Conicet
Una enfermedad silenciosa
¿Por qué se la denomina una enfermedad silenciosa?
Enfermedad silenciosa es por dos razones. La primera es porque a la vinchuca le gusta alimentarse de noche (la vinchuca se alimenta de sangre de animales, entre los cuales estamos los humanos). Cuando pica, no deja ningún tipo de marca, no despierta a la persona; no es como un mosquito, que molesta. Por otro lado, luego de la picadura, en los primeros meses, los síntomas que siente la persona se asemejan a un resfrío; es muy raro que tengas un síntoma muy fuerte que indique “Esto es Chagas”, salvo que la vinchuca haya picado en la zona ocular, y es entonces cuando se inflama el ojo. Eso es un signo típico del Chagas, se denomina signo de Romaña.
¿Cuáles son las características de la vinchuca?
Es un insecto de cuerpo plano, de forma ovalada y de color oscuro. Tiene rayas marrones y negras alrededor de su cuerpo y la parte de la cabeza es muy estirada.
¿Por qué actúa de noche?
La vinchuca es un insecto que se mueve muy lentamente y su hábito nocturno se debe a su supervivencia. Este insecto tiene alas, pero no vuela, sino que “planea”. En épocas de zonda, abre sus alas y se desplaza. En zonas como la Ciudad de Mendoza, donde también se suelen encontrar en algunos casos, se debe a los nidos de palomas. Las palomas hacen sus nidos, por ejemplo, en los techos de los edificios. Por eso se recomienda que la municipalidad de cada departamento haga la desinfección específica para matar a la vinchuca y prevenir el Chagas.
¿Por qué es un insecto al que, generalmente, se lo relaciona con la ruralidad?
En zonas rurales, generalmente, hay animales como gallinas, chivos, chanchos, caballos, por ejemplo, de los que se alimenta. Ahí es donde genera sus nidos. Luego, puede desplazarse hacia un hogar y esconderse en rincones o detrás de cuadros. Por eso es importante mover muebles cada tanto, limpiar zócalos, etc. Y algo muy importante es chequear en las paredes: si ves puntitos negros o marrones en línea, pueden ser defecación de la vinchuca. Por eso antes, en las zonas rurales, se solía pintar las casas de blanco para detectar vinchucas en las grietas de las casas, ya que ahí se esconde el insecto durante el día.
¿Qué tratamiento existe para la enfermedad?
El único tratamiento que hace ya más de cincuenta años se utiliza consiste en dos fármacos que se llaman Benznidazol y Nifurtimox. En la Argentina, a los pacientes con Chagas se les administra Benznidazol, en otros países se receta Nifurtimox. La enfermedad tiene dos etapas: una que se llama fase aguda, cuando el parásito está en la sangre, y es en la que el Benznidazol resulta más efectivo, pero vale aclarar que genera muchos efectos colaterales. Hay otra fase, que es la crónica, cuando el parásito ya está viviendo dentro de la célula y el Benznidazol ya no tiene casi efecto. En esta etapa, no tiene cura.
¿Por qué es difícil encontrar una cura para combatir el Chagas?
Frente a una enfermedad, pensamos: “Una droga, un parásito”, pero en este caso hay diferentes cepas del parásito. Esto es porque hay varias especies de vinchucas (por ejemplo, la vinchuca que encontramos en Argentina es diferente a la de Brasil) y cada especie de este insecto hospeda a un parásito distinto. Si bien todos son de la misma familia, hay pequeñas diferencias. Es por esto por lo que tal vez encontremos una droga efectiva acá en Argentina, pero que no funciona en Brasil. Así es la naturaleza, rara y asombrosa a la vez.
Jessica Gómez, Patricia Barrera y Mauro Coll. Foto: gentileza de los investigadores / Prensa Conicet
La importancia de concientizar
¿Por qué es importante concientizar sobre el tema?
Porque la enfermedad de Chagas es endémica en América Latina (endémica significa que el insecto tiene su hábitat en América Latina), y en los últimos treinta, cuarenta años, se ha expandido a Europa y Estados Unidos por las migraciones. Es superimportante concientizar, ya que la gente no sabe qué hacer si encuentra una vinchuca. Lo que quiero divulgar es que, cuando aparece una vinchuca, no hay que aplastarla, sino que, con un guante o una bolsa, hay que colocarla en un frasquito con tapa, con pequeños agujeros; no hay que tener miedo porque es un insecto que casi no se mueve. Luego la podés llevar a analizar para ver si tiene el parásito, ya sea en el Hospital Lencinas o en el área de Parasitología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO. (Direcciones importantes: Departamento de Enfermedades Zoonóticas y Vectoriales, calle Rodríguez 1209, Ciudad Mendoza; Laboratorio de Vigilancia Entomológica, Talcahuano 2194, Godoy Cruz, Mendoza, Predio del Hospital J. N. Lencinas).
¿Cómo avanzó la ciencia en relación al Chagas?
La ciencia argentina ha avanzado muchísimo en conocer la biología del parásito, cómo infecta a la célula, cómo se defiende para no ser destruido por nuestro sistema inmune, etc. Esto es gracias a las ciencias básicas. Existen varios laboratorios del Conicet que estudian diferentes aspectos del mismo; eso acelera el proceso de poder, en un futuro, encontrar una cura. En nuestro laboratorio, realizamos colaboraciones con investigadores de Estados Unidos, de Uruguay, de Chile, y de otras provincias de Argentina que también realizan ciencias básicas. El año pasado tuve la oportunidad de ser becada y realizar una pasantía en la Universidad Estatal de California, Fullerton, bajo la dirección de la doctora Verónica Jiménez, que es experta en realizar modificaciones genéticas al parásito, por lo cual fui a aprender esa herramienta de estudio para incorporar en nuestro laboratorio.
Modificar genéticamente al parásito nos permite conocer por qué es tan importante ese gen para el Trypanosoma: si afecta su supervivencia, entonces ese gen puede ser un atractivo blanco terapéutico. Nosotros entendemos que hay que estudiar al parásito porque, si vos querés atacar a tu enemigo, tenés que conocer cuáles son sus debilidades. Eso es lo que hacemos al realizar ciencias básicas.
En nuestro laboratorio llevamos a cabo dos líneas de investigación. El primer proyecto está siendo realizado por Jessica Gómez, becaria doctoral del Conicet, y se centra en evaluar el efecto de compuestos naturales purificados de plantas nativas de Argentina sobre Trypanosoma cruzi. Este estudio ha sido recientemente publicado en una prestigiosa revista científica internacional. Por otro lado, Mauro Coll, también becario doctoral, investiga qué ocurre si combinamos dos fármacos que actúan sobre diferentes vías específicas del parásito. Además, se ha incorporado recientemente al grupo un estudiante de grado, Ignacio Moreno, al que le interesa la investigación, es estudiante de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNCUYO. En ambos proyectos, nuestro objetivo es identificar compuestos que sean más dañinos para el Trypanosoma cruzi que para las células humanas. De esta manera, disminuimos los efectos colaterales.
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