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19 DE NOVIEMBRE DE 2024
Personalidades internacionales se reunieron en Cambo les Bains para ratificar la disolución del la última banda armada de ese continente. Además, instaron al Estado español a dar pasos hacia la reconciliación con la organización separatista vasca.
El británico Jonathan Powell, durante la lectura del comunicado que certifica el fin de ETA, acompañado de un grupo de personalidades políticas internacionales en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bain. Foto: EFE.
Observadores internacionales certificaron este viernes la disolución de la organización separatista vasca ETA como un hito para Europa después de cinco décadas de violencia e instaron al Estado español a dar pasos hacia la reconciliación, pero el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, insistió en que los crímenes no quedarán impunes.
ETA, cuyas siglas significan "Eukadi ta Askatasuna" (Patria Vasca y Libertad), dejó oficialmente de existir sesenta años después de su fundación como movimiento revolucionario de liberación nacional y a 50 años de su primer atentado mortal, contra el guardia civil gallego José Partines Arcay.
Así lo ratificaron cinco observadores internacionales que firmaron la "Declaración de Arnaga", el documento final del Encuentro Internacional para avanzar en la resolución del conflicto vasco, que tuvo lugar en un palacete de la localidad vascofrancesa de Cambo les Bains, el día después del comunicado con el que la organización separatista anunció su final.
Los firmantes son el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern; el líder del Sinn Fein norirlandés Gerry Adams; el centroizquierdista exalcalde de México Cuauhtémoc Cárdenas; el francés Michel Camdessus, exdirector del FMI, y Jonathan Powell, que fue jefe del gabinete del primer ministro británico Tony Blair. Todos fueron convocados por el Grupo Internacional de Contacto (GIC), que lidera el abogado sudafricano Brian Currin, y las organizaciones civiles Bake Bidea y Foro Social Permanente, que se formaron para impulsar un proceso de paz en el País Vasco.
Ahern, Powell y Adams tuvieron un papel clave en las conversaciones de paz de Irlanda del Norte, que supuso el final del IRA (Ejército Republicano Irlandés, según sus siglas en inglés). Pero los gobiernos español y francés rechazaron participar de esta conferencia de paz que pretendía sellar la disolución de ETA, responsable de la muerte de 850 personas en su afán por la creación de un País Vasco independiente de España y Francia.
Las asociaciones de víctimas, por su parte, censuraron el acto al considerar que era una "operación de marketing" del grupo separatista, que pretende legitimar su pasado violento.
Los mediadores internacionales subrayaron en su declaración que la disolución de ETA es un "momento histórico para toda Europa", ya que marca "el fin del último grupo armado del continente" y, por encima de todo, advirtieron que exige que se lleve a cabo un "proceso de reconciliación".
En ese sentido, instaron a España a involucrarse en el proceso, teniendo en cuenta que la sociedad vasca aún está dividida, y recurrir únicamente a medidas represivas –de seguridad y prisión– no es eficaz para construir la paz. "Las heridas profundas perduran. Las familias y las comunidades todavía están divididas. Debe haber más esfuerzos para reconocer y asistir a todas las víctimas", reza la declaración, que fue leída en euskera (lengua vasca), francés, inglés y español.
"Hará falta un espíritu de generosidad para curar las heridas y reconstruir una comunidad compartida", afirmó Gernika Irati Cuevas, una joven de 29 años, la voz femenina que inició la lectura del documento en euskera. "La paz no es un juego de suma cero, sino una cuestión de consentimiento político en el que ambas partes acuerdan perseguir sus objetivos pacífica y democráticamente", advirtieron los expertos.
El documento celebra que ETA reconozca los sufrimientos que ocasionó y que apoye el trabajo de reconciliación que queda por delante, pero advierte que todas las partes se deben implicar para resolver "asuntos importantes, como el de los presos o las personas huidas" en aras de la normalización total de la vida cotidiana y política de la norteña región de España.
Coincidiendo con la cumbre internacional, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, compareció por televisión, sin moverse de la línea dura con ETA que mantiene desde que llegó al poder en 2011. "La democracia española ha vencido a ETA", reiteró el dirigente conservador, para quien "hoy no es un día de celebración, sino una jornada de recuerdo y homenaje para las víctimas".
"Desaparece ETA pero no el dolor que ha causado", agregó Rajoy, y garantizó que los crímenes de la organización "se seguirán investigando, juzgando y condenando". El presidente del gobierno subrayó que ETA tardó demasiado tiempo en reconocer su derrota, y que no permitirá que "reescriba la historia de lo ocurrido", que es el "relato de un fracaso", ya que no lograron ninguno de sus objetivos.
Por su parte, el lehendakari (jefe de gobierno vasco) Iñigo Urkullu dijo que “ni una sola víctima de ETA debió producirse nunca”, a la vez que aseguró que ETA ya no utilizará ilegítimamente la violencia en nombre del pueblo vasco y que impulsará políticas de memoria para promover el “encuentro social”.
A la reunión internacional acudieron dirigentes nacionalistas vascos y de la izquierda aberzale (patriótica), entre ellos, sus máximos referentes, como Andoni Ortúzar, el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna en el País Vasco, y Arnaldo Otegi, el histórico líder de Batasuna, el brazo político de ETA.
También estuvo presente Podemos, a través de su representación vasca, mientras no asistieron ni políticos del Partido Socialista (PSOE) ni Ciudadanos, que comparten con el PP la idea de que se trataba de un acto propagandístico.
En su comunicado final, ETA dijo que había "desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras" y que daba por "concluida su actividad política". No obstante, añadió que sus exmilitantes continuarán con la lucha por un Euska Herria (País Vasco) unificado, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal, cada uno donde lo considere oportuno.
ETA decidió cesar su actividad armada tras años de sufrir duros golpes policiales en España y Francia, y luego de perder apoyo social. Precisamente, los mediadores lamentaron que el gobierno español no se haya involucrado en el diálogo y, en cambio, felicitaron a la sociedad civil vasca por haber sido la principal impulsora del desarme y de la extinción de ETA, que era la anomalía en Europa.
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