La Justicia libró una orden de detención sobre la monja Kosaka Kumiko, acusada de encubrir a los curas pederastas del Instituto Próvolo. Según el testimonio de algunas víctimas, la religiosa los sometía a castigos físicos y colaboraba para que los sacerdotes cometieran los abusos sexuales a los estudiantes.

La orden de detención contra la religiosa de origen japonés que formaba parte del personal del instituto lujanino, fue confirmada desde la oficina de prensa del Poder Judicial de Mendoza. Desde el mismo lugar, detallaron que la mujer está imputada por el posible delito de participación primaria en abuso sexual agravado.

Testimonio clave

La declaración de una adolescente de 17 años, que denunció haber sido abusada por el sacerdote Horacio Corbacho (56), fue clave para que la Justicia ordene la captura de la monja Kumiko. La joven aseguró que la religiosa fue quien facilitaba los ataques sexuales y que los sometía a castigos físicos.

La chica abusada detalló durante su declaración –que hizo en Cámara Gessell– la forma en que fue abusada por el sacerdote, el lugar donde se producían las vejaciones, e incluso hizo una descripción pormenorizada de las habitaciones, lo que permitió luego a la Justicia realizar un allanamiento en el lugar.

En su declaración, la adolescente también aseguró que en uno de los cuartos había cadenas con las que los ataban, lo que facilitaba el abuso de los alumnos hipoacúsicos del Instituto. Fuentes judiciales confirmaron que en el allanamiento al instituto encontraron las cadenas que describió la víctima

El pedido de detención contra la monja fue ordenado por el fiscal que lidera la investigación,  Gustavo Stroppiana, quien intenta dar con la religiosa a la que la víctima señaló como quien reclutaba a los chicos y chicas, facilitaba y tapaba los abusos.

La Justicia ya elevó dos pedidos de informes al Arzobispado de Mendoza, para que brinden información sobre la religiosa, pero fuentes de la investigación aseguraron que hasta el momento no recibió contestación. Sin embargo, el vocero del Arzobispado, Marcelo De Benedectis, aseguró que ya contestaron a las requisitorias y explicó que no tienen datos sobre la monja, sino que los deben solicitar a la congregación de la que forma parte la mujer.