Los primeros días de noviembre, un grupo de antropólogos realizará un rastrillaje en la finca donde vivía Johana Chacón, con el objetivo de buscar algún rastro de la adolescente de la que nada se sabe desde el 4 de septiembre de 2012. La novedad fue confirmada por fuentes cercanas al fiscal Santiago Garay.

Hace tres meses, el fiscal que lidera la investigación por el femicidio de la adolescente lavallina elevó un pedido ante el Procurador General de la Corte para que autorizara el pago de viáticos a un grupo de antropólogos que viajará desde Buenos Aires.  Su solicitud fue aceptada y los profesionales llegarán a Mendoza en la primera quincena de noviembre.

Los antropólogos, que pertenecen a una organización de la sociedad civil (OSC), realizarán un rastrillaje exhaustivo en la finca de la familia Curallanca, ubicada en la localidad de Tres Mayo, en Lavalle. Ahí vivía Johana y en la puerta de ese lugar la vieron por última vez sus compañeros hace cuatro años, cuando se bajó del micro que la trasladó desde la escuela.

Con esta nueva medida, el fiscal intenta dar con algún rastro de la adolescente en la finca donde vivía con sus hermanos. Es probable que el rastrillaje se extienda a otros sitios de esa localidad lavallina, aunque los mismos no fueron precisados.
 

Luque, el único acusado

Los casos de Johana Chacón y Soledad Olivera están unidos. Las dos mujeres vivían en el distrito de Tres de Mayo, a pocos metros una de otra, y nada se sabe de ninguna de las dos. Recién el 4 de septiembre de 2012, cuando desapareció Johana, las maestras de la escuela Virgen del Rosario se enteraron de que nada se sabía de la otra mujer, Olivera, desde el 18 de noviembre de 2011.

Ambas investigaciones quedaron en manos de Garay, quien siempre abonó la teoría de que Mariano Luque era la clave para resolver ambos casos. Sus razones fueron que el hombre mantenía una relación con Olivera (lo que quedó probado en el juicio) y compartía la vivienda con Johana, además de ser –en ese momento– la pareja de su hermana Beatriz.

El fiscal imputó a Luque en agosto de 2013 por la privación ilegítima de la libertad de Olivera y el hombre pasó dos años en prisión preventiva. Pero el 8 de septiembre de 2015, los jueces de la Segunda Cámara del Crimen lo absolvieron por el beneficio de la duda, con el fundamento de que no existían testigos directos sino indicios que consideraron insuficientes para determinar con certeza que fue el autor del hecho. Meses después, la Suprema Corte anuló la sentencia y ordenó realizar un nuevo juicio.

En cuanto al caso Chacón, la investigación no tuvo demasiados avances hasta el viernes 6 de noviembre de 2015. Ese día, el letrado imputó y detuvo a Luque por el homicidio de la adolescente. El vuelco en la causa fue posible gracias a la declaración que la hermana de la víctima y expareja de Luque, Beatriz Chacón, hizo primero ante la Justicia Federal y ratificó ante la Provincial. Dijo que Luque ahorcó a Johana delante de ella, que quemó su cuerpo, lo enterró en la finca y poco después lo trasladó a otro predio, que dijo desconocer.

Las 12 hectáreas de la Finca Aragón, en calle Rama N.º 4, en la que viven Luque (ahora detenido), su mamá y su padrastro, Luis Curallanca, fueron el centro de investigaciones y rastreo, pero nunca se encontraron restos de la adolescente. Ahora, un nuevo equipo de peritos realizará un rastrillaje exhaustivo.

Fuentes de la Fiscalía también confirmaron que esta será la última actuación que realizará el fiscal antes de solicitar la elevación a juicio de la causa, que está caratulada como homicidio, ya que al momento de la desaparición de la joven de 13 años la figura del femicidio no estaba incluida en el Código Penal.