Investigadores de la Justicia apuntaron contra un joven albañil de 26 años como el principal sospechoso del crimen de la empresaria Norma Ethel Carleti Ferrari. El muchacho, que realizó algunos trabajos en la casa de la víctima, al parecer, se sentía "denigrado" por Carleti y le molestaba el trato que tenía hacia él.

Los tres sospechosos por el crimen de la empresaria Norma Carleti, asesinada de 52 puñaladas en su casa de Tunuyán, continúan detenidos en la Comisaría 15ª a la espera de la resolución por parte de la Justicia.

Dos de los implicados se encuentran más complicados ante la Justicia. El primero de ellos, que se encontraba con prisión domiciliaria, cayó porque la alarma de la pulsera magnética que lo controlaba se disparó justo en el momento que se ejecutó el homicidio. Además, las cámaras de seguridad de la vivienda de la víctima identificaron a un sujeto con similares características. 

Sin embargo, en las últimas horas, un grupo de investigación del Estado colocó como principal sospechoso al joven albañil de 26 años- se reserva su identidad por pedido de las pesquisas- quien fue aprehendido el lunes en el barrio República de Venezuela.

El sospechoso, que cuenta con antecedentes por delitos contra la propiedad, fue seguido de cerca ya que, según averiguaciones de los investigadores, le guardaba rencor a Carleti porque no le abonó el monto que habían acordado por un trabajo y, además, se sentía denigrado por parte de la empresaria.

Más allá de las especulaciones o investigaciones, existe una prueba material contundente que comprometen seriamente al acusado: una toalla llena de sangre fue hallada en la casa del citado barrio donde fue capturado la noche del lunes. La misma será analizada por la Policía Científica y se realizara un cotejo con el ADN de Norma Carleti. 

Allí, también se incautó un celular perteneciente al sospechoso para ser peritado y establecer si el sistema de posicionamiento del aparato lo coloca en la escena del crimen la madrugada del lunes.

Además se realizaron dos allanamientos más en paralelo en la casa de la suegra del muchacho y también la de los padres. Sin embargo, esas medidas fueron negativas debido a que no se encontraron elementos de importancia para la instrucción.

Pero las pruebas contra el acusado no terminaron allí: el joven publicó horas después del asesinato una publicación muy sugestiva en la red social Facebook: "No quise hacerlo pero son los gajes del oficio". Un par de horas después, borró la publicación de su perfil.