Casi un tercio de las mujeres deja de amamantar por regresar al trabajo
En la Semana de la Lactancia, Unicef y el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil interpelan al sector privado para que acondicione los espacios laborales. La edad promedio de abandono de la leche materna es entre 5,7 y 7,8 meses. Es particularmente complejo conciliar el trabajo con la lactancia cuando se trabaja en relación de dependencia.
El 28 % deja de amamantar por regresar al trabajo. Foto: Unicef
Cada año, del 1.º al 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. En este marco, Unicef y el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) publicaron un informe que analiza las prácticas de alimentación en la primera infancia en Argentina. Entre los principales resultados, el motivo más frecuente de abandono de la lactancia (el 28 %) es el regreso de la madre al trabajo, seguido por “Me quedé sin leche” (el 18 %).
El informe "Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en niños y niñas menores de 2 años" fue elaborado a partir de un cuestionario online a 1002 madres y padres con hijas e hijos menores de 24 meses, nacidos a término y con más de 2500 gramos de peso. Analiza las prácticas de lactancia y alimentación complementaria en Argentina sobre la base de la metodología propuesta por la OMS y Unicef en 2021.
Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan la lactancia exclusiva, a libre demanda, desde la primera hora de vida hasta los seis meses, y extenderla hasta los dos años complementada con una alimentación adecuada y nutritiva. Sin embargo, solo el 47 % de niños y niñas de 0 a 5 meses recibió lactancia exclusiva y solo el 63 % de niños y niñas de 12 a 23 meses continúa con lactancia junto con la ingesta de otros alimentos. Esta tendencia es creciente al disminuir el nivel socioeconómico (NSE).
La edad promedio de abandono de la leche materna es entre 5,7 y 7,8 meses. Además, siete de cada 10 niños y niñas menores de 23 meses tomaron fórmula alguna vez, sin diferencias por NSE y con tendencia creciente a medida que aumenta la edad de la madre o el padre.
“La leche humana es el alimento ideal para que las niñas y los niños tengan un desarrollo saludable, ya que contiene todos los nutrientes, agua y sustancias esenciales que se necesitan para el desarrollo del cerebro, la maduración de los sistemas y el desarrollo de la inmunidad”, explica Verónica Risso Patrón, oficial de Salud y Nutrición de Unicef Argentina.
Los beneficios no son solo para el lactante. En la persona que amamanta, la lactancia mejora la recuperación posparto y disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovarios. En la familia, fortalece el vínculo familiar y evita gastos adicionales en la alimentación del bebé. En el entorno, ahorra agua y disminuye la generación de residuos y la contaminación.
Si bien el 95 % de las niñas y los niños fue amamantado alguna vez, la edad promedio de abandono es a los ocho meses. Según la primera encuesta nacional sobre lactancia y trabajo –de la Liga de la Leche y Voices!–, ocho de cada 10 entrevistadas sostienen que, cuando se trabaja en relación de dependencia, la conciliación es una tarea difícil, ya que requiere de una red de sostén y apoyo tanto dentro como fuera del ámbito laboral: en primer lugar, de la pareja (el 98 %) y, en segundo, de la entidad empleadora (el 93 %). Seis de cada 10 encuestadas perciben que en sus trabajos se apoya poco o nada la lactancia.
Dado que el abandono de la lactancia está profundamente relacionado con la vida laboral de quienes amamantan, desde Unicef ponen el foco en la necesidad de que el sector privado cree espacios de lactancia. Esto tiene consecuencias positivas para todas las partes: se reducen las enfermedades en el primer año de vida y, con ello, el ausentismo, la rotación o pérdida de personal calificado; mejora el clima laboral y el sentido de pertenencia, y favorece la reincorporación al trabajo y la conciliación con las tareas de cuidado; contribuye a mejorar la reputación de la organización empleadora e incentiva la recuperación de la inversión: se calcula que quienes crean un entorno de apoyo para las personas que amamantan recuperan más del triple de lo invertido.
“El sector privado es un agente de cambio sustancial en el desarrollo sostenible de las comunidades y tiene un rol central en la promoción y cumplimiento de los derechos de las infancias, adolescencias y sus familias”, sostiene Pablo Ferreyra, especialista en Alianzas Corporativas de Unicef Argentina.
En la comunidad universitaria, Damsu suma su aporte a la Semana de la Lactancia. En el mismo sentido de lo que plantea la agencia de Naciones Unidas, sostienen la importancia de apoyar a las madres trabajadoras mediante la implementación de espacios laborales amigables con la lactancia materna. También promueven la formación de grupos comunitarios de apoyo entre pares y servicios de acompañamiento a las lactantes en las primeras semanas del posparto para ayudarles a resolver las dificultades que enfrenten.
Fuente: Unicef
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