Carou: “Ojalá seamos el puntapié inicial de la generación dorada del handball argentino”
El capitán de la selección contó las sensaciones del nuevo título Panamericano obtenido ante Brasil. También analizó el pasado, presente y futuro de los ‘Gladiadores’.
La selección gritó campeón en Groenlandia. | Foto: Gentileza Prensa CAH (Santiago Russo).
Gonzalo Carou (38 años) es el pivot de la selección nacional de balonmano, elenco que consiguió ser el campeón –invicto- del Panamericano tras cuatro años. Se consagró el 24 de junio pasado cuando venció en la final a Brasil por 29 a 24. Siendo el séptimo título para argentina: San Pablo 2000, Villa Ballester 2002, Santiago de Chile 2004, Santiago de Chile 2010, Almirante Brown 2012, Canelones 2014 y -ahora- Nuuk (Groenlandia) 2018. Nuestro país así se acercó a Cuba, máximo ganador de este torneo con ocho títulos, y se aleja de un Brasil que lo obtuvo en tres ocasiones.
Además, Carou lleva diez años siendo el capitán del conjunto nacional. Una charla interesante dejó el referente de los ‘Gladiadores’ en El Suplementario donde analizó los logros obtenidos, el presente de la selección y algunas cosas más.
Imagino que estás contento por ganar un título más con la selección argentina.
Estamos muy contentos, era el máximo objetivo que teníamos, obviamente, volver a salir campeones de América. Más allá de que en los Odesur no lo pudimos lograr, quedamos ahí en el segundo puesto con Brasil, pero sabíamos que íbamos a tener revancha en Groenlandia. Llegamos mejor preparados porque habíamos tenido poco tiempo para prepararnos tácticamente para el partido y la verdad que se nos dio redondo. Jugamos dos grandes torneos, no se nos dio en el Odesur pero por suerte sí en el Panamericano y tuvo el premio de ese primer puesto, más allá de la mejora que veníamos notando que si se respalda con un título mucho mejor.
Es inevitable preguntarte, ¿cómo se ven para el Mundial del año que viene? ¿Y cuál es la expectativa que tienen?
Nos vemos bien. Creo que la apuesta en la línea de trabajo es la correcta, tanto tácticamente como físicamente llegamos muy bien preparados para el torneo. Creo que es como un empujón anímico para todo el equipo, para el cuerpo técnico también. Nos vemos bien para el Mundial. Ojalá sigamos creciendo a nivel mundial, siempre con vistas a nuestro objetivo más importante que es –el Panamericano- de Lima del año que viene. Obviamente, queremos hacerlo bien en el mundial: volver a pasar de ronda, llegar quizá a un puesto que nunca llegamos, pero creo que nuestra cabeza y máxima ilusión es volver a ganar en los Juegos Panamericanos de Lima para llegar a Tokio.
¿Cómo fue jugar este campeonato en Groenlandia, en esa isla gigante de hielo? Fue una experiencia rara, ¿no?
Sí, fue muy raro. Me parece que estamos acostumbrados a que los Panamericanos se jugarán en Argentina, Brasil, Chile, hace poco en Uruguay también y de golpe nos mandan a Groenlandia que siempre se lo vio como un país exótico, diferente, alejado de lo que es el continente. La verdad que una experiencia diferente. Fue muy duro el viaje porque obviamente llegar hasta ahí no es nada fácil. Tanto por la Confederación Argentina de Handball (CAH) como por la ayuda del ENAR pudimos hacer escala en Panamá para llegar más descansados a Groenlandia. La gente de Groenlandia nos trató muy bien, el hotel muy bien, la cancha muy bien, el vuelo chárter que pusieron para todas las selecciones desde Panamá también estuvo excelente, así que la verdad estuvo muy bien. Lo único malo que al final necesitás muchas horas de viaje porque es un país de muy difícil acceso, pero todo se hizo más fácil con el recuerdo de esa medalla de oro que tan deseada era.
Así como el básquet tuvo su generación dorada con Manu, Oberto, Scola, Pepe Sánchez… ¿Considerás que esta es la generación dorada del handball?
No, creo que es la selección que más cosas hizo. Creo que superó a la selección de principios del 2000 con Canzoniero, con Gull, con los Viscovich (Gonzalo y Martín). Creo que esta selección tuvo más títulos -por decirlo de alguna manera- o tuvo mejores resultados, pero ojalá no seamos la generación dorada, ojalá seamos el puntapié inicial para esta generación dorada. Es lo que esperamos todos nosotros, lo que queremos es que el handball argentino siga creciendo y esté en los primeros puestos a nivel mundial no solo contentarnos con un título panamericano sino nosotros lo que buscamos es que -obviamente, va a ser bastante complicado en mi caso particular más todavía por la edad que tengo- cada vez más chicos se sumen. Que el handball en nuestro país crezca cada vez más y podamos mirar de igual a igual e ir a un Mundial con el objetivo de llegar a una semifinal y no con un objetivo de pasar de ronda que normalmente es un objetivo realista. Pasar de ronda, soñar con un cuartos de final, pero creo que tenemos que tratar de que el handball crezca y que la próxima generación sea la que sueñe con llegar a una semifinal o una medalla.
En todo proceso de selección uno calcula que hay una etapa de explosión, luego viene la etapa lógica de meseta y nuevamente la forma de ascender, de subir nivel. ¿En qué etapa está selección argentina, Gonzalo?
Creo que pasó por una meseta, obviamente tenés tus altibajos, creo que después de la generación que te dije a principios del 2000 se había bajado un escalón importante y a partir del 2010-2011 fue donde empezaron a llegar logros importantes que se coronaban con la clasificación a Londres, con la clasificación a Rio, con el Mundial de Suecia, con el Mundial de Qatar que fueron rendimientos muy, muy altos. Después creo que estos últimos dos años no habíamos tenido los resultados que queríamos, pero también hay que tener en cuenta que Brasil creció mucho y como nosotros se le planta de igual a igual a los europeos, quizás ellos con más físico y nosotros con más oficio, pero creo que hay una evolución de los dos países que es muy marcada. Creo que desde luego nuestro objetivo tiene que ser ir para arriba, digamos que en este momento hay un recambio generacional y lo que se trata de hacer es que no sea muy grande. Hay jugadores que se fueron, que no fueron citados en esta selección que son jugadores históricos del proceso y la idea de Manolo Cadenas es que ese recambio que debería ser traumático, quizá no lo sea tanto, sea más llevadero y que los resultados se sigan manteniendo y que la generación, los chicos de 17, 18 y 19 años, den ese paso adelante dentro de unos años y que los jugadores que nos vamos yendo no se note su ausencia y los logros que lleguen sean cada vez mejores.
¿Cómo es él Manolo Cárdenas como entrenador?
Es muy exigente, es una persona que a veces tenés tus choques porque siempre quiere lo máximo, no te deja desconcentrarte, es muy obsesivo con el estudio del deporte, te tiene siempre atento, te motiva, tiene jugadas siempre nuevas, no te deja que te relaje. La verdad es un acierto de la dirigencia contar con él. Ojalá se lo aproveche cada vez más y creo que el resultado del Panamericano para mí se tendría que valorar más por el tema del juego, el recambio que se va produciendo a veces no viene acompañado del resultado, esta vez sí vino con resultado y sobre todo por juego, se le ganó a Chile, a Groenlandia, a Brasil, de una manera muy buena y eso es pleno trabajo no solo de Manolo sino también de todos lo que lo acompañan. Creo que el equipo lo hizo muy bien y se vio tanto en Cochabamba como en Groenlandia.
¿Qué se siente ganarle a Brasil como jugador? Y sobre todo, ¿qué se siente ganarle una final?
Es algo distinto. Hay una pica eterna, por lo menos de parte nuestra y sobre todo en nuestro deporte prácticamente desde el 2002 lo más habitual es que, sacando el Panamericano de Tecnopolis que fue Brasil-Chile, todo el resto de los Juegos Panamericanos fueron Argentina – Brasil. Eso es una disputa para ver quién es el mejor del continente. Y obviamente ganarles a ellos que están ahí, que sabés que siempre vas a pelear con ellos es algo especial, es algo diferente. Muchas veces estamos en los torneos y cuando llega el momento de las semifinales por un lado querés que gane el otro equipo y decís “tengo una final más accesible”, pero sabés que internamente querés ganarle a Brasil, que el título llegue ganándole a ellos. Me imagino que ellos deben sentir lo mismo, debe ser algo especial porque me lo han dicho algunos jugadores que en 2015 para ellos era especial volver a ganarle a Argentina porque hace mucho tiempo que no nos ganaban y habían generaciones de ellos que no nos habían ganado nunca. Tuvieron un par de años buenos y se llevaron las finales, por suerte ahora nos vuelve a tocar a nosotros. Ahora tenemos el deseo y la ilusión de volver a ganar la próxima vez que los enfrentemos.
¿Qué es representar a la selección? Y sobre todo, ¿qué es ser capitán de este equipo?
Es un sueño cumplido, quizá hay un momento en que se te normaliza. Vos imaginá que estoy en la selección desde el 2000 y normalizás el hecho de estar en la selección y el mismo el tema de la capitanía. Soy capitán desde el 2004 al 2008, después cuando se retiró Andrés volví a ser el capitán. Ya son diez años de capitán. Lo normalizás, es algo que lo ves algo normal, como típico, pero si lo tratás de tomar en perspectiva la verdad que es algo que nunca hubiese imaginado. Cuando empecé a jugar a lo máximo que apuntaba era a estar en la selección, a jugar un mundial y de golpe se te va haciendo algo normal, pero bueno tenés que tratar de distanciarte de eso y darte cuenta de lo especial que es, de lo lindo que es representar al país y tener la suerte de ser capitán mejor todavía.
Eso te iba justamente a preguntar, ¿imaginabas hacer todo esto cuando empezaste a dar tus primeros pasos?
No, ni de cerca. Jugaba en el colegio y con 17 años Daddy Gallardo y el Negro Casón me llevaron con River a jugar a un torneo a Dinamarca y Suecia y cuando terminó el torneo Daddy Gallardo me dijo que él veía en mis condiciones de un jugador para llegar a la selección, obviamente me llené de ilusión, pero lo veía como irreal. Lo veía como “me quiere engañar, me quiere mentir para que siga jugando”, y obviamente me lo quise creer y por suerte no se ha equivocado, se me fueron dando las cosas quizá demasiado rápido porque empecé con 17 casi 18 años, con 19 estaba en la selección junior, con 19 en la mayor y con 20 casi 21 me fui a jugar afuera, entonces como que fue un proceso demasiado rápido no vas entendiendo una cosa que te pasa otra, pero ya te digo nunca me imaginaba ni siquiera jugar afuera. En su momento cuando empezó a irme bien, también empecé a pensar quiero terminar mi carrera en Argentina, irme a jugar a Brasil que en ese momento era como lo máximo que aspiraba prácticamente un argentino y sin llegar a Brasil, me apareció la posibilidad de irme a jugar a España a una segunda división y cuando me apareció la oportunidad dije “me voy a jugar un año y vuelvo” y de golpe fueron dos años, después te das cuenta que pasaron 18 años y seguís ahí dando guerra.
Escuchá la entrevista completa a continuación.
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Gonzalo Carou.
Capitán de la Selección Argentina de Balonmano.
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