Si algo le faltaba a Las Pumas era este título. Con un incansable esfuerzo y luego de una ardua semifinal -en la cual dejaron afuera a las tricampeonas tombinas- el club, que únicamente se dedica a nutrir la rama femenina de fútbol, venció y gritó campeón por tercera vez en la historia de la Liga mendocina.

Desde el inicio del primer tiempo ya se vieron señales de lo que iba exhibir el resto del encuentro.  Unas Pumas con presión muy alta, gran despliegue físico y jugadoras con muy buen pie. Por el lado de Gimnasia, la apuesta fue encontrar el espacio que permitiera a sus delanteras acceder a la pelota para ensayar algún remate al arco.

Con mayor cantidad de llegadas al área rival, las dirigidas por Silvana Villalobos encontraron el camino que, a los 21’ del primer tiempo, las colocó arriba en el marcador. Gracias a la enorme jerarquía de María Victoria Pintos, en conjunto con la destreza de Luciana Napolitano y el talento nato de Aldana Barrionuevo , el partido se colocaba 1 a 0 con un golazo de tiro libre de Barrionuevo, que mostraba el por qué es jugadora del seleccionado argentino.

Con un funcionamiento muy aceitado, las proyecciones de Tamara Vargas por el carril derecho y, luego con el ingreso de la notable Gimena Blanco (se fue lesionada Silvana Pereyra), el dominio en el juego fue avasallador.

A los 35’ el segundo gol llegó en los pies de Blanco, justamente, quien amagó a tirar un centro de derecha a izquierda en el área pero finalmente acabó por pincharla hacia el arco de Valentina Martín que nada pudo hacer ante la habilidad de su rival.

Al descanso con un marcador desfavorable para la parcialidad mensana, el segundo tiempo arrancó, contra todo pronóstico, similar al primero.

Si bien las Pumas arrancaron el complemento con una intensidad un poco menor, las Lobas no lograron hacer pie en su juego. Con Candela Giovarruscio, la goleadora del equipo, muy retrasada y desplegándose por todo el terreno para colaborar con sus compañeras; con una defensa que, con Karen Cabral, Romina Benvenutti y el resto, intentaban contener la velocidad y proyecciones de sus contrincantes; con muchos huecos y talentos  por tapar, Gimnasia intentó todo lo que más pudo detener la arrolladora fuerza Puma que no cesaría hasta el final del encuentro.

A los 21’ entonces de la segunda parte llegó el tercero. Recibiendo un exquisito pase de Aldana Barrionuevo, Victoria Pintos hizo la personal en la puerta del área, se despachó a 2 jugadoras de Gimansia y, cuando pudo patear al arco, tuvo un enorme gesto enviando un centro a su compañera Joana Mora que llegó para estampar el 3 a 0.

Con escasas oportunidades de gol pero con mucho esfuerzo, las Lobas tuvieron la chance de descontar en un tiro de esquina que encontró a Iara Franco sola para cabecear pero no tuvo buen final ya que el balón se fue cerquita del palo izquierdo de Sabrina Pagliero.

Ya casi sin más por jugar, y con cambios desde el banco de suplentes de ambas parcialidades, el broche de Oro se dio a los 37’ cuando nuevamente Gimena Blanco sacó un remate cruzado que le dio la victoria su equipo.

Con mucha emoción y mucho oficio, el equipo campeón de la Copa de Oro tuvo garra, Pumas y corazón.

Para destacar fue el enorme gesto de las subcampeonas quienes formaron un pasillo camino a que las campeonas recibieran el trofeo. Con mucha calidad humana y futbolística, así cerró el torneo femenino 2020 de la Liga mendocina.

Síntesis:

Las Pumas (4): Sabrina Pagliero; Agustina Gaitán, Brisa Durán, Tamara Vargas; María Victoria Pintos, Silvana Pereyra, Aldana Barrionuevo, Joana Mora; Luciana Napolitano, Florencia Fontana. Dt: Silvana Villalobos.

Gimnasia y Esgrima (0): Valentina Martín; Malena González, Karen Cabral, Gisela Calderone, Romina Benvenutti; Raquel Villamarín, Ángela Neira, Vanessa Cataneo, Julieta Tieppo; Candela Giovarruscio, Agostina Morales. Dt: Sebastián Gómez.

Goles: PT 21’ Barrionuevo (LP), 35’ Blanco (LP). ST 21’ Mora (LP), 37’ Blanco (LP).

Árbitro: Lucas Ríos.

Estadio: Malvinas Argentinas.