La cantautora chilena Camila Gallardo dijo que su esperado segundo disco "Monstruo" está cruzado por el feminismo y por las rebeliones populares de 2019 en su tierra, y consideró que en el país trasandino "aún no se modificó el modelo pinochetista".

Durante una entrevista con Télam, Gallardo se refirió al legado del dictador ejemplificando que "para cambiar un árbol en mal estado hay que cortar la raíz podrida, y esa raíz es la constitución que Pinochet le dejo a Chile".

En "Monstruo", la artista de 23 años conocida como Cami, apuesta por sonoridades más folclóricas mixturadas con pop bien moderno y con letras más íntimas e intensas, que se destacan cuando la nacida en Viña del Mar desgarra su vozarrón.

Aunque en la estética pueda tener similitudes con Lali Espósito o Tini Stoessel, en lo musical es completamente distinta ya que se notan las influencias de Violeta Parra, Mercedes Sosa y Lila Downs y cercanías con Natalia Lafourcade y Mon Laferte.

Para este disco trabajó con el productor argentino Sebastián Krys y entre sus canciones destacan "La despedida", "La entrevista", "Pena negra", "Pa' callar tus penas" y "Funeral", esta última con el argentino Wos.

- ¿Puede escucharse "Monstruo" como un alegato generacional?

- Somos hijos de padres que se criaron en dictadura y muy reprimidos. Esta brecha generacional que se está dando tanto en lo político como en lo social y lo emocional, el hecho de que mi generación visibilice mucho más los problemas mentales y emocionales nos pone en una historia y en una era muy distinta con la generación que está arriba nuestro. Más allá del hecho puntual de que mi música diga algo personal, creo que habla de una preocupación generacional y de un despertar también generacional que se está dando.

- Pese a esta pertenencia ¿Qué cosas le cuestionás a tu generación?

- Por ejemplo yo siento que mi generación está pasando por una crisis lírica muy fuerte, las letras pasaron a un segundo plano y lo que importa es el beat, que sea "radio friendly". Esta estimulación sensorial que está muy buena dejó de lado las letras, que son lo importante porque marcan la historia de una sociedad y de una cultura. Hoy en día estamos haciendo cambios importantes y estamos despertando conversaciones y debates importantes, como el tema del feminismo, que se ve mucho en mi disco porque me siento representada por el feminismo.

- Hay mucho trabajo lírico en las canciones, que parece tener origen en el folclore latinoamericano.

- Más allá de la inspiración madre tengo arraigado el folclore desde muy chica y si uno va a "La entrevista", "Pena negra" o "Tú siempre" descubre una base folclóricamente importante. Incluso "Funeral" o "Aquí estoy" son cumbias y la cumbia es parte del folclore latinoamericano. Fue muy interesante a la hora de componer el disco, aunque en ningún momento dije "esta es la referencia que traigo para esta canción", sino que vomité una serie de inspiraciones madre.

- ¿Cómo traducís el peso de esa herencia al momento de cantar?

- Hay una forma de cantar muy arraigada en Mercedes Sosa, Violeta Parra, Chabuca Granda y Chavela Vargas. Está muy arraigado al corazón y muy rasgado al mismo tiempo, muy profundo. Un canto interpretativo, no cantar por cantar una canción bonita, yo no sé cantar de otra forma. No sé cómo se canta de otra manera si no es conectándome con la interpretación y con algún punto interno. Obviamente Mercedes y Violeta son todo, siento que a nivel femenino musical en Latinoamérica son y van a seguir siendo las madres de la libertad musical. Fueron mujeres que permitieron que se abriera un mundo para que muchas folcloristas entraran por ahí.

- ¿Cómo llegó Wos a participar de una cumbia en “Monstruo”?

- Con Wos tenemos una conexión muy bonita y musicalmente hacemos mucho sentido juntos, siento yo, porque somos artistas que somos mainstream sin querer serlo, no tenemos la intención de sonar en la radio y aún así la gente quiere escuchar. No seguimos los cánones tradicionales ni el perfil de lo que es un artista hoy día y no nos dejamos llevar por el ritmo y la lírica que se escribe. Los dos somos súper irrespetuosos e intransigentes con nuestro sentido musical. En mi caso yo soy muy arraigada al folclore y muy activista con eso y en el caso de Valentín sus letras dicen mucho y hace una crítica social muy necesaria.

-¿Creés que la mixtura del folclore de cada país, es lo que está definiendo a las nuevas generaciones de la música latinoamericana?

- Creo que en la fusión está la libertad. La música es una energía que no nos pertenece, no sabemos de dónde viene. Yo entiendo que hay artistas que se quieren identificar con una línea purista, pero eso te reprime, te restringe. Entre más mixturas uno tenga, entre más uno aprenda, entre más estudiemos de dónde viene la música y para dónde queremos ir, menos necesidad de ser puristas vamos a tener.

- En tus canciones cuestionás un pilar fundamental de la cultura cristiana y occidental que es la culpa.

- Nos hacen sentir culpables del placer, de todo. Y es tan tóxico ser culposos de todo porque terminamos siendo personas terriblemente enjuiciadoras de otros, tan poco empáticas, desconectadas, creyentes de una jerarquía que no existe en la realidad.