Especial por Iván Silisqui

Todo tiene una razón, un porqué, quizás el panorama que atraviesa actualmente el fútbol nacional no es el que esperábamos, o sí. Tal vez no se nos cruzaba por la cabeza perder nuevamente una final, o sí. Lo cierto es que a la luz de los hechos acontecidos en los últimos días, vemos cómo el fútbol argentino ha tocado fondo.

Seguramente todo hubiese sido distinto si Messi hubiera levantado la copa aquel 26 de junio en EE. UU., condecorándonos con 15 copas América y obteniendo después de 23 años un título oficial para la selección mayor. Sin embargo, hoy debemos hacer frente a todos aquellos negocios, secretos y dichos escondidos por los integrantes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Fue el mismo Messi quien el 24 de junio, dos días antes de la final, criticó con tenacidad a la AFA ante la falta de organización  con respecto al traslado y hospedaje del seleccionado albiceleste. Su renuncia post-final desencadenó una serie de acontecimientos que le darían sólo dolores de cabeza a la entidad madre del fútbol argentino.

Ya sin el capitán de la selección, los Juegos Olímpicos se vislumbraban en el horizonte como la próxima competición a disputar. La misma, tiene comienzo en agosto y, pese a los problemas atravesados hasta el momento, no es excusa para no presentarnos. Sin embargo,  el camino al éxito sólo se empeña en ponernos obstáculos pues, ante la ausencia de jugadores citados para esta competición, Gerardo Martino decidió dar un paso al costado.

¿Y ahora? En lo inmediato, los dirigentes nucleados en AFA deben designar a un director técnico a cargo del equipo de los Juegos Olímpicos e iniciar gestiones para reemplazar al Tata, pues el nuevo DT tendrá la responsabilidad de hacerse cargo del Seleccionado Argentino en lo que serán las eliminatorias de cara al mundial a disputarse en 2018.

La renuncia de Martino ha disparado por redes sociales, diarios y programas televisivos una infinidad de nombres para reemplazarlo; sin embargo, son dos los que llevan las de ganar.

El primero es Jorge Sampaoli. Sus antecedentes más cercanos lo ubican como el técnico campeón del conjunto trasandino en la pasada Copa América (2015). Su arduo trabajo y eficiencia lo muestran como un hombre apegado al orden y la prolijidad. Sin embargo, su arribo al conjunto español, Sevilla, lo aleja del banco argentino.

El segundo y quizás el más aclamado por la afición es Diego Simeone, hoy director técnico de Atlético de Madrid. Su  encuentro con el Presidente de la nación, días antes de la final de Copa América, sembró todo tipo de interrogantes y especulaciones. Lo cierto es que el “Cholo” post torneo remarcó la ineficacia de la AFA y su manejo para con el fútbol, por lo que queda en duda si podrá hacerse cargo del seleccionado en un ambiente de incertidumbre y falta de decisiones.

Tal vez sea el momento de reflexionar y repensar hasta dónde queremos que llegue esta situación, asumir responsabilidades y trabajar en conjunto para el bien del fútbol argentino, a fin de que resurja ordenado y salga del caos en el que se encuentra inmerso.