En un país con 2 millones de personas que sufren hambre, se desperdician 16 millones de toneladas anuales de alimentos, a razón de 38 kilos per cápita, según el Ministerio de Agroindustria de la Nación. Mediante un programa de prevención y control, el Gobierno intentará reducir al 30 % la cifra de pérdidas de comidas para el año 2025.

La cifra fue confirmada por el Secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet, en un encuentro en el que se analizaron diversas cadenas productivas para determinar el origen de las pérdidas, con el fin de proyectar eventuales acciones para prevenir y reducir la pérdida o el desperdicio de alimentos.

El objetivo propuesto por el Gobierno, junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), será reducir en un 30 % las pérdidas de alimentos para el año 2025.

"Estamos trabajando de forma coordinada y en conjunto en todas las cadenas para encontrar dónde existe mayor pérdida de alimento y no continuar con tanto desperdicio", aseguró Roulet, durante el primer taller sobre el estudio de las cadenas agroalimentarias y la disminución de la pérdida de alimentos.

Los desperdicios, que alcanzan las 16 millones de toneladas al año, surgen a partir de la cadena de producción, elaboración y distribución, lo que implica un 12,5 % del total originalmente producido. 

Según la Universidad Católica Argentina (UCA), hay 2 millones de argentinos que sufren hambre (4,4 % de familias indigentes). La Universidad de Buenos Aires (UBA) determinó que solamente en el Área Metropolitana se tiran a la basura 670 toneladas de alimentos, equivalentes a 1 675 000 platos de comida.

Globalización de desperdicios

En su más reciente informe, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación destacó que en la actualidad, en el mundo, se desperdician anualmente 1,3 billones de toneladas de alimentos por año.

Si sólo se destinara el 3,25 % (40 millones) del derroche en Estados Unidos se podría dar de comer a los 1000 millones de habitantes del planeta que se alimentan precariamente.

En América Latina, los desperdicios alcanzan al 6 % del total mundial, es decir, unos 78 millones de toneladas. Se trata de una cifra que alcanza para cubrir cuatro veces los 47 millones de hambreados en la región.