Cada vez con más demanda: cómo son y cuánto cuestan los hoteles para perros y gatos

Sociedad

En 2018, la exdiputada Gladys Sánchez, -actual concejala por el Departamento de Maipú (UCR)-, presentó el proyecto de ley “Tenencia Responsable de Perros y Gatos”, el cual hacía hincapié no solo en el cuidado de nuestras mascotas, sino también en la limpieza a de sus excrementos por parte de sus respectivos dueños en la vía pública.

“El perro, como ninguna otra mascota, no puede levantar sus excrementos, así que es responsabilidad del dueño comportarse de forma cívica y llevar una bolsa para no dejar los residuos de los mismos en la calle. Las heces abandonadas en la vía pública pueden causar accidentes, además de ser un foco insalubre de enfermedades e infecciones. Viajan en los zapatos y en las ruedas de autos, y llegan a las casas: son un foco de bacterias que amenaza la salud de personas y animales”, expresó a Unidiversidad, Sánchez.

El proyecto de Sánchez contempló algunas otras recomendaciones:

• Responsabilidad del dueño acompañar a su animal y vigilar que haga sus necesidades en los sitios indicados para ello.

• Cargar consigo bolsas.

• Recoger las heces del animal. En caso contrario sería oportuno aplicar sanciones.

• Los excrementos de las mascotas deben depositarse en un contenedor de basura orgánica (contenedor negro) o recipiente especial para este tipo de residuos, se los puede llamar puntos “can”, es decir, contenedores de caca en sitios estratégicos de cada departamento. No en una papelera.

• Vigilar que la mascota no olfatee o lama las heces de otros animales: son un foco de enfermedades.

• Respetar las zonas de recreo infantil. No están indicadas para que los caninos y felinos hagan sus necesidades en ellas.

Otro tema objeto del proyecto fue la protección de los perros y gatos que se encuentran en la vía pública, para evitar ser maltratados. Las sanciones a dicho maltrato se encuentran reguladas por la Ley Nacional 14346 código penal.

“Es terrible el riesgo que representa la existencia de perros y gatos abandonados en la vía pública, el exponer a los transeúntes al temor de un constante ataque que, desprovistos de todo tipo de atención veterinaria, son vehículos portadores de numerosas enfermedades como las patologías zoonóticas, por ejemplo, la rabia ya que es una enfermedad incurable. Además, el ritmo de reproducción y crecimiento de la población canina y felina abandonada se torna inmanejable si no se toman recaudos para evitar nuevos nacimientos, ya que de una sola hembra pueden llegar a nacer ocho cachorros en un año y más de 5.400 en el término de siete años. Por eso, este proyecto buscaba fomentar la tenencia responsable”, detalló.

Pese a todo lo expuesto en el proyecto de la exdiputada Gladys Sánchez en 2018, este no llegó a la Casa de las Leyes. Según la propia funcionaria, “el proyecto era demasiado abarcativo como para ser dispuesto en la provincia de Mendoza”.

“No pasó la Comisión de Ambiente. Me dijeron que era muy ambicioso y que la provincia no estaba en condiciones de asumir tal proyecto de semejante envergadura. Por eso, actualmente, estamos pensando en elevar este proyecto, con sus modificaciones, al Concejo Deliberante del Departamento de Maipú. La idea es que Maipú sea el municipio que dé el puntapié inicial”, selló Sánchez.

Tenencia "poco responsable" en Mendoza

El dicho popular sostiene que “pisar caca trae suerte”. Sin embargo, lejos de ser una certeza, la materia fecal de perros que queda en las calles constituye un grave problema ambiental con fuerte repercusión en lo que a salud pública refiere.

“El mendocino ejerce una tenencia poco responsable sobre su mascota y no está en los planes del Estado ponerse a tono con eso”, sentenció Verónica Robledo, médica veterinaria.

“Son muy pocos los vecinos que salen con sus mascotas y recogen las heces. Es un hábito que no está arraigado en la provincia”, aportó Robledo e indicó que el problema se agrava por la presencia de los perros que viven en las calles.

Según la médica veterinaria, un perro de tamaño promedio, es decir, unos 15 kilos, evacúa diariamente cerca de 600 gramos de excremento. Esto significa un total de 18 kilos al mes, de los que la mayoría son heces que no son recogidas o provienen de animales en situación de calle.

“En Mendoza, no se ha trabajado ni se trabaja con intenciones de resolver este problema y para hacerlo no se necesitan muchos recursos”, apuntó la profesional. Entre las alternativas que Robledo cree que serían factibles de concretar está, por ejemplo, la disposición de lugares especiales en espacios públicos, para que los dueños lleven a las mascotas a hacer sus deposiciones allí. “Esto no requiere gran inversión y produciría un efecto positivo muy grande”, sostuvo.

Una larga lista de enfermedades

Según la veterinaria, el problema comienza desde el momento en que la materia fecal toca el suelo: mal olor y moscas que rodean la deposición son el principio de un ciclo peligroso que conlleva graves riesgos para la salud.

“Pasadas las 24 horas desde que el perro defecó, el sol y la humedad comienzan su parte. Por un lado, los rayos solares solidifican las heces, éstas se convierten en polvo y de esta manera son dispersadas por el viento. La humedad y la lluvia hacen que la caca se disperse; en este caso las posibilidades de que se contaminen el agua, los alimentos y el aire aumentan”, manifestó.

“La materia fecal que se deja en plazas y veredas se seca y se transforma en polvo – continuó Robledo-. Esto produce polución del aire, del acuífero subterráneo, de los depósitos de agua, de lugares de recreación y, además, pueden ingresar a nuestro organismo a través del aire que respiramos o de la ingesta de alimentos que son elaborados en la vía pública como sucede con la venta ambulante”.

Para la médica veterinaria, los gérmenes provenientes de las heces que se desechan al aire libre se introducen en el organismo del ser humano por medio de la respiración o al ingerir alimentos preparados en la calle.

“Esto ocasiona infecciones por parásitos (lombrices, amebas o bacterias), y enfermedades del aparato digestivo, la visión, el corazón, el hígado y la piel”, dijo.

Estas enfermedades también afectan a los animales que luego las transmiten en su contacto con el ser humano. Algunos ejemplos son:

1. Parásitos: ascaridosis, filariasis, hidatidosis, sarna, leishmaniasis, amebiasis hepática y toxoplasmosis.

2. Bacterias: salmonelosis, brucelosis, tuberculosis, leptospirosis, cólera y shigelosis.

3. Virosis: hantavirus, rabia, hepatitis y neumonitis virósica.

4. Hongos: dermatofitosis.

5. Alérgenos: dermatitis cutánea.

“La presencia de heces en la vía pública es un problema que entre todos se puede controlar. Solo hay que manejar en forma adecuada los desechos de nuestras mascotas y proporcionar información a quienes ignoran la gravedad de no hacerlo”, remarcó Robledo.

Cómo recoger el excremento de perro

Siempre, sin ninguna excepción, las y los dueños de perros deben recoger las heces que estos depositan al defecar. Dejar los restos en el suelo, ya sea en la calle, el jardín, o cualquier otro lugar, no es seguro ni beneficioso para el medio ambiente.

Según Robledo, para recoger los excrementos es mejor no utilizar bolsas de plástico tradicionales, porque no se descomponen.

“Para completar un proceso correcto, se pueden utilizar bolsas biodegradables, que permiten depositar la caca en su interior y luego tirarlas al contenedor o cesto de basura, el de color gris como la tiene Capital o cualquier otro. Ya vimos las enfermedades que genera esto en la vía pública”, detalló.

Otra opción es recoger los restos de excremento en papel, ya sean bolsas o periódicos, que ayudarán a contaminar aún menos. “A pesar de ser incómodo y menos higiénico a simple vista, el papel es la opción más sana para el medio ambiente”, dijo la profesional.

Concientizar, no multar

En 2018, la Municipalidad de Capital renovó su código de convivencia y con él implementó la “Tenencia responsable de las mascotas en la vía pública”. El objeto: mejorar la higiene pública y mantener limpias las veredas, plazas y parques libre de las heces de los perros. Además, se tomó la iniciativa de comenzar a multar a aquellas personas que no levanten los excrementos de sus mascotas. La sanción a las y los dueños iba de los 6.000 a 12.000 pesos. Sin embargo, desde esa fecha a la actualidad solo se ha continuado con la concientización.

“Desde que inició esta campaña solo podemos decir que hay muy pocas multas realizadas. En realidad, cuando se comenzó con todo esto, la idea fue concientizar para luego multar, pero la pandemia cortó este proceso que veníamos llevando. Pero el objetivo es concientizar”, expresó Sebastián Fermani, subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Capital.  

Respecto a la colocación de cestos dispuestos para tirar los desechos de los animales, Fermani sostuvo que hasta el momento solo hay unos 40 aproximadamente en toda la ciudad.

“Más allá de los cestos para tirar los desechos de los perros, la normativa es bastante clara y tiene que ver con la tenencia responsable. La gente debe comprender que cada ves que sale con su mascota debe llevar su bolsita para levantar las heces que su perro hizo”, dijo y sumó: “Debemos arraigar esta cultura por la limpieza de nuestros espacios públicos”, selló.