El Gobierno reconoció que la Ley de Alquileres "fracasó" y llamó a discutir un nuevo proyecto

Sociedad

Si bien, inicialmente, el plan era mudarse sola, finalmente concluyó que no podría afrontar todos los gastos por su cuenta y decidió irse a vivir con su prima, de 25 años. “Llegué a Mendoza en 2017 con mi prima, nos pusimos en campaña y, aunque empezó como algo lejano, cuando vimos que podíamos concretarlo, nos ilusionamos. Viví con ella un par de años. Hoy, luego de la pandemia y la vuelta a la presencialidad, estoy de nuevo buscando, pero sola”, afirmó a Unidiversidad la joven.

Según comentó, durante los fines de semana y en sus pocos momentos libres, investiga todos los portales inmobiliarios. Además, amplía su búsqueda en redes sociales y a través de mensajes a conocidos y amigos/as. ¿Con qué se encontró en el proceso? Principalmente, con “precios exorbitantes”.

“Por un departamento de una sola habitación, me han llegado a pedir hasta 30 000 pesos en zonas de Godoy Cruz, sin contar las expensas. En Capital había también, pero los valores son más altos”, detalló Josefina.

Lo que le ocurre a Josefina también lo padece Gustavo (40), otro inquilino que, junto a su pareja Jessica (38) y sus dos hijos, Marcos y Natalia, buscan vivienda. “Además de que es muy estresante mudarse, es una locura lo que hoy te piden varias inmobiliarias: dos meses de depósitos en dólares, declaración de ingresos brutos, cosas que ni la AFIP me pide. Me parece que no corresponde. Esta ley debería derogarse”, resaltó el joven padre al referirse a la situación que viven miles de inquilinos en la provincia y el país con la nueva normativa.

“Yo alquilaba en Guaymallén, pero por cuestiones de movilidad de mi señora e hijos, estoy en la búsqueda de algo cerca de Godoy Cruz. Si bien la nueva ley nos complicó con subas en el segundo año, entendemos que todo está muy desacomodado. Lo bueno de todo es que existen propietarios que la hacen personal y no exigen tanto. Conozco gente que firma contratos por fuera de la ley porque se hace imposible, tanto para el propietario como para el inquilino, hacer frente a esta situación económica que se vive. Esta ley debería ser analizada nuevamente”, manifestó Gustavo.

Estanislao Puelles, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, afirmó que son varios los factores que explican el complejo escenario que atraviesa el mercado inmobiliario y que lleva a que las y los inquilinos se vean envueltos en una situación que pareciera no tener salida. Según él, uno de los más señalados es la Ley de Alquileres (27551), aprobada en junio de 2020, que tuvo un fuerte impacto en el sector.

“La imposibilidad de aplicar más de un aumento anual para equiparar la inflación empujó a los propietarios a ‘cubrirse’ con los precios de antemano, con un efecto inmediato: aumentos desmedidos que, en algunos casos, alcanzaron al 100 % en comparación a los valores de la prepandemia. A su vez, las condiciones que impuso la norma hicieron que muchos dueños prefirieran poner sus inmuebles a la venta (resignando precio) antes que alquilarlos caros, lo que provocó que disminuyera la oferta, mientras la cantidad de propiedades a la venta bate un nuevo récord cada semana”, resaltó Puelles.

Para Josefina, que persiste en asentarse en Ciudad y seguir creciendo profesionalmente, es primordial que se generen incentivos para que las y los jóvenes encuentren con mayor facilidad viviendas acordes a su ritmo de vida. “Es deprimente porque, aún con un trabajo que me da un buen sueldo, no puedo cubrir con eso una vivienda, que debería ser algo muy básico y sencillo de conseguir. Da bronca, tristeza e impotencia”, completó.

En sintonía, el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios  sostuvo que la oferta disminuyó estrepitosamente desde 2020. “La oferta de inmuebles cayó el 45 %. De cada 10 viviendas que antes se ofrecían al mercado bajo esta modalidad el año pasado, hoy tenés menos de la mitad. La oferta se reduce porque, en muchos casos, el alquiler no es negocio y tiene más riesgos para el propietario”, afirmó Puelles.

“La única herramienta que hay para revertir la crisis del mercado inmobiliario existente es frenar la inflación. Sin embargo, adoptan estas medidas que, en vez de beneficiar, perjudican a todos los sectores –continuó el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios–. La escasez de inmuebles es muy grande y la demanda sigue sostenida”, remarcó.

Vuelta a la facultad

Para finalizar, otro punto importante que resaltó Estanislao Puelles, y que el Gobierno nacional debería atender, son los alquileres temporarios que, por la variación inflacionaria, varias sus precios todos los días.

“La variación es minuto a minuto en este sector. Además, estamos en tiempos de regreso a la presencialidad en las universidades de todo el país, lo que refuerza la presión sobre la demanda en el mercado de alquileres tanto fijos como temporarios. Pero, lamentablemente, este flujo choca con una oferta cada vez más chica y precios que escalan por sobre un ya elevado nivel de inflación. De no tratarse, esto será aun peor”, concluyó.

Mesa de trabajo

El secretario de Comercio Interior de la Nación, Roberto Feletti, y representantes de las y los inquilinos, inmobiliarias, desarrolladores urbanos, propietarios y organizaciones de la sociedad civil conformaron este miércoles una mesa de trabajo para analizar propuestas destinadas a dar una solución a la problemática de los alquileres en todo el país. El nuevo espacio permitirá crear "las mejores condiciones para inquilinos y propietarios, en el marco de los consensos que surjan”, expresó Feletti al encabezar hoy la primera reunión.

De esta manera, el Gobierno nacional busca impulsar una solución a las dificultades que encuentran los inquilinos a partir de la implementación de la Ley de Alquileres vigente y el incremento anual de los montos de los contratos, y que generó descontento también en los propietarios, al punto de que se asegura en el sector que la normativa contribuyó a la retracción de la cantidad de unidades en oferta del mercado.

Para Feletti, el escenario actual se caracteriza por el hecho de que “el propietario reclama legítimamente una renta por su capital invertido, el inquilino no la puede pagar, y no hay estabilidad ni previsibilidad en la continuidad del contrato”.