En torno a la polémica por los índices de pobreza e indigencia en la Argentina, el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (C.E.S.O.) realizó un informe que calcula las series de dichos indicadores desde 2003 hasta el recientemente demorado dato del segundo semestre de 2013. La estimación se realiza a partir del reemplazo del IPC-INDEC por estadísticas de las provincias desde 2007 en adelante para el cálculo de las canastas.
En base a esas estadísticas se observa que el porcentaje de población pobre, que era del 46% en el segundo semestre de 2003, se ubicó por debajo del 15% en el último año y medio. Por su parte, el porcentaje de población indigente (aquellos que no acceden a una alimentación mínima), que era del 19% en 2003, se encuentra por debajo del 5% desde hace dos años y medio.
Para el segundo semestre de 2013, el 13,2% de la población percibía ingresos por debajo de la línea de la pobreza y un 4% por debajo de la línea de indigencia. En la comparación con el mismo semestre de 2012, se percibe una leve disminución en ambos porcentajes (de 1 y 0,4 puntos porcentuales, respectivamente).
Teniendo en cuenta que la información de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) llega hasta finales de 2013 y que en los primeros meses de 2014 se registra una aceleración de la inflación, un incremento aún mayor de las jubilaciones, asignaciones y del salario mínimo, parece una política recomendable para evitar un deterioro del ingreso real de la población más humilde.
Estos y otros puntos fueron repasados por Andrés Asiain, director del C.E.S.O., en diálogo con Café Universidad.