Buscan fortificar alimentos de consumo masivo con agentes anticancerígenos

Es a través de un proyecto liderado por equipos de trabajo de la UNCUYO y el Conicet, junto a la Fábrica Experimental de Ciencias Agrarias. El objetivo es aprovechar los residuos de la industria agroalimentaria para crear un producto que podría ser fundamental en la prevención del cáncer de mama, próstata y de estómago.

Buscan fortificar alimentos de consumo masivo con agentes anticancerígenos

Buscan fortificar alimentos de consumo masivo con agentes anticancerígenos. Foto: Facultad de Ciencias Agrarias.

Investigación

Unidiversidad

Ernesto Gutiérrez

Publicado el 13 DE MAYO DE 2024

En un esfuerzo colaborativo entre lo académico, la industria y el sector de la salud, una nueva investigación local está dando sus primeros pasos para desarrollar un alimento innovador que podría ser fundamental en la prevención del cáncer de mama, próstata y de estómago. Este proyecto —liderado por equipos de trabajo de la UNCUYO y el Conicet, junto a la Fábrica Experimental de Ciencias Agrarias y en colaboración con el Ministerio de Salud de Mendoza— tiene como objetivo principal aprovechar los subproductos o residuos de la industria agroalimentaria para crear un producto accesible, eficaz y de bajo costo que contenga compuestos bioactivos con propiedades anticancerígenas.

“Está comprobado que el cáncer de próstata, de mama o de estómago desde su primera transformación celular hasta que se hacen clínicamente detectables pueden transcurrir muchos años. Durante este período, se pueden tomar medidas para retrasar o prevenir la aparición de tumores. Factores como la alimentación, el ejercicio y el nivel de estrés pueden influir en este proceso. De hecho, varios estudios han vinculado el consumo de ciertos alimentos con propiedades antitumorales, entre ellos el aceite de oliva, ajo, cebolla y vegetales crucíferos como el brócoli. Estos contienen un compuesto llamado licopeno, conocido por sus efectos antioxidantes y antitumorales. Sin embargo, la absorción óptima de este compuesto requiere su procesamiento en forma de salsa, facilitando su digestión y absorción. Por eso, nuestro trabajo se centra en la obtención de este agente hallado en los residuos de la industria agroalimentaria para que sean incorporados a los alimentos de consumo masivo”, explicó a Unidiversidad, la nutricionista y doctora en Farmacia, Constanza López Fontana, directora del proyecto.

De izq. a der.: Constanza López Fontana, Georgina Cicchitti, María de los Ángeles Fernández, Mónica Mirábile. Foto: Facultad de Ciencias Agrarias.

Por su parte, Mónica Mirábile, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCUYO, quien también participó del proyecto, sostuvo que el trabajo tiene dos vertientes. "La primera tiene que ver con la revalorización de subproductos de la elaboración del vino, como el orujo; del aceite de oliva, como el alperujo; y de la industrialización del tomate y del ajo, ya que esto reduce el impacto ambiental. La segunda tiene que ver con la detección de estos agentes y la elaboración, a partir de estos residuos ricos en anticancerígenos, de extractos aptos para el consumo humano que permiten retrasar estas células tumorales", aseguró.

Asimismo, la docente también destacó la importancia de este trabajo en un contexto en el cual el cáncer es una de las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial. De hecho, en investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los tumores malignos de mayor incidencia y mortalidad —considerando ambos sexos— son los de pulmón, mama, próstata, colon-recto y estómago. Se diagnostican 19.3 millones de nuevos casos cada año y mueren casi 10 millones de personas a nivel mundial, es decir, que casi un 13 % de todas las muertes son por cáncer. En Mendoza, se diagnostican casi 5 mil nuevos casos por año, según el Ministerio de Salud de la provincia.

“La idea de este trabajo implica fortificar productos de consumo masivo, como el tomate triturado, el aceite de oliva o el vino, que tanto se utilizan en las comidas, con estos poderosos antioxidantes. El objetivo es brindar un beneficio adicional a la salud de los consumidores y combatir enfermedades como el cáncer de próstata, de estómago o de mamas que son los más frecuentes”, detalló la docente.

Los residuos de la industria de la vid, el olivo, el ajo y el tomate contienen compuestos bioactivos con actividad antitumoral, antiinflamatoria y antioxidante. Foto: Facultad de Ciencias Agrarias.

  1. En ese sentido, las expertas explicaron que el proceso para la creación de este alimento funcional implica varias etapas. “En primer lugar, se extraen los compuestos bioactivos de los subproductos regionales en el Laboratorio de Química Analítica Verde. Posteriormente, se llevarán a cabo experimentos in vitro en el Laboratorio de Hormonas y Biología del Cáncer para evaluar los efectos biológicos de los extractos en células tumorales y no tumorales de mama y próstata. Simultáneamente, en la Fábrica Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias se desarrollará el alimento funcional a base de triturado de tomate que contenga los extractos con efecto antitumoral en su matriz”, detalló López Fontana.

Sin embargo, a pesar de los avances iniciales, el proyecto se enfrenta a desafíos financieros. Aunque el proyecto fue seleccionado y financiado por la gestión provincial anterior, los fondos para la segunda etapa —que tiene que ver con la experimentación in vitro— dejaron de estar disponibles, lo que obstaculiza su progreso. 

“Lo único que tenemos son estudios preliminares que tienen que ver con la extracción de los compuestos. Podríamos decir que este proyecto está en los primeros pasos”, selló la directora del proyecto.  

Por lo pronto, se espera que el proyecto avance y que los resultados obtenidos contribuyan significativamente a la lucha contra el cáncer, al ofrecer nuevas estrategias de prevención basadas en la alimentación y la incorporación de compuestos antitumorales en la dieta diaria.

 

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