El presidente de Brasil, Michel Temer, ordenó por decreto la intervención de tropas federales para reprimir las protestas en Brasilia. Miles de manifestantes reclamaron su renuncia mediante enfrentamientos con la policía y el incendio de tres ministerios, que obligaron a evacuar los edificios públicos en la capital brasileña. La vía libre para la intervención militar de las calles del Distrito Federal fue publicada en una edición extra del Diario Oficial de la Unión y tiene vigencia hasta el 31 de mayo.

Desde que se conoció un audio en el que se escucha al Presidente hablar con el mayor carnicero del país justificando un soborno, masivas manifestaciones comenzaron en Brasil. Además, la crisis política y económica afecta considerablemente a nuestro país y a la provincia.

"Para Temer es inaceptable el desorden, el descontrol, por eso no permitirá que actos como estos empañen el proceso que se desarrolla de manera democrática", dijo el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, en el canal NBR.

El presidente de la Cámara de Diputados y número dos del país, Rodrigo Maia, le pidió al mandatario brasileño reforzar la seguridad en Brasilia. En medio de la sesión de Diputados, comentó: "Yo le pedí a Temer que pusiera la Fuerza Nacional (tropa de elite de la policía)", pero no el Ejército.

En Brasilia, las sedes de los ministerios del gobierno tuvieron que ser evacuadas hoy miércoles 24 luego de que manifestantes incendiaran esos edificios. Además, realizaron barricadas y se enfrentaron con la policía. A su vez, frente al Congreso Nacional, otras miles de personas exigieron la renuncia de Temer.

El jefe del bloque opositor Partido de los Trabajadores (PT) dentro de la Cámara de Diputados, el legislador Carlos Zarattini, quien se encontraba cerca de los edificios incendiados, dijo: "Esto es una dictadura, ni el gobierno de los militares hacía esto. El gobierno no puede tolerar una manifestación en su contra. Esta protesta era convocada por sindicatos y movimientos sociales y la policía los provocó reprimiendo". La policía brasileña reprimió con gases lacrimógenos y spray de pimienta a los manifestantes que intentaban cruzar el perímetro de seguridad montado en torno al Congreso Nacional.

La protesta llamada "Ocupa Brasilia", en la que hubo 25 mil personas, según la policía, fue organizada por centrales sindicales y movimientos sociales de todo el país para exigir la renuncia del presidente, elecciones directas anticipadas y el fin del tratamiento parlamentario de las reformas laboral y previsional.

En Río de Janeiro, la policía reprimió con gases una manifestación de sindicatos de empleados públicos que protestaban luego de que la Asamblea Legislativa del estado aprobara un aumento de 11 % a 14 % del aporte previsional que será descontado a todos los asalariados estatales.