Tras ser liberado el viernes luego de pasar 70 días en prisión preventiva, Amado Boudou habló con Radio del Plata y contó intimidades de su estadía en el penal de Ezeiza.

"Cuando entramos era cucarachalandia. La más chica tenía el tamaño de un gato. Son pequeños logros. Al principio perdíamos todos los días por goleada la guerra. Y después de 30 días, la ganamos. Cuando entró Carlos Kirchner, ya no había más cucarachas", relató Boudou.

El exvicepresidente reveló que su celda estaba incendiada —"hay internos que incendian su colchón en señal de protesta"— y que tenía en la pared un póster del presidente Macri junto a su familia. "La mía era la celda que peor estaba. No sé si fue un mensaje, pero yo lo tomé muy bien. Dejé ahí el póster hasta el último día. Debe estar ahí aún hoy", manifestó.

Boudou se presentó este martes ante el juez Ariel Lijo para firmar la excarcelación que le concedió la Cámara Federal el viernes. El excompañero de fórmula de Cristina Kirchner se encontraba detenido desde el 3 de noviembre pasado por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Con respecto a esa fecha, Boudou narró que "mientras iba esposado en el camioncito, pensaba 'yo tengo que salir de acá mejor de lo que entro'". Afirmó que se puso en forma haciendo ejercicio con pesas, que en realidad eran tachos de lavandina de cinco litros y tachos de pintura.

Además de jugar al ping pong y al fútbol con otros reclusos, Boudou no descuidó el hábito de la lectura. "Lo dividí en tres partes: una recreativa, una de historia y otra de economía. A eso también hay que darle bola todos los días", afirmó.

Por último, el exvicepresidente se refirió a sus compañeros de encierro: "Es emocionante. Uno no está para juzgar a nadie. Es una convivencia especial, muy importante. Se genera un vínculo fuerte, importante. Con algunos pasa más por la charla de temas políticos, con otros los temas familiares".