Ya intenta abrirse paso el PpV

Con un crítico documento en el que marcan la cancha como oposición provincial y nacional, el peronismo kirchnerista lanzó su espacio. Quieren ser la tercera fuerza del justicialismo local, ocupando el lugar de la extinta Corriente Peronista.

Ya intenta abrirse paso el PpV

Guillermo Carmona, Luis Böhm, Anabel Fernández Sagasti, Gustavo Arenas, Patricia Galván, Alejandro Abraham y Lucas Ilardo, en la primera fila del Peronismo para la Victoria. Foto: Axel Lloret.

Provincial

Quiebre en el PJ

Unidiversidad

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Publicado el 18 DE FEBRERO DE 2016

"Clara vocación frentista", dice el documento que presentó el Peronismo para la Victoria (PpV), el nuevo espacio kirchnerista de la provincia. Esto parece contradecir los rumores de ruptura del ultrakirchnerismo con respecto a los demás sectores provinciales del PJ.  

Si bien su aparición es incipiente, todavía debe trabajar mucho para lograr ser tenido en cuenta por los militantes tradicionales –el sector azul y el de los hermanos Félix–, además del grupo de choque que conforman los intendentes de las seis comunas justicialistas, que miran con cierto resquemor al PJ kirchnerista. De todas formas, van a tener que comenzar a aceptarlos, puesto que mueven gente.

Esto quedó demostrado durante la presentación en el Centro de Congresos y Exposiciones, que comenzó pasadas las 20.30 de ayer, jueves 18, y se extendió por más de una hora. A pesar de que el ambiente se tornaba irrespirable por las altas temperaturas y la cantidad de gente que confluía en un espacio demasiado pequeño, más de dos mil personas se dieron cita en este evento, que tuvo el color peronista de siempre más la determinación de comenzar a sentar algunos precedentes.

Aunque no haya un conductor o líder natural, el PJ necesita reglas. Algunas de estas son tácitas, pero vigentes: cuando todo está perdido (el poder nacional, el provincial y el de la mitad de las comunas que se gobernaban) y a falta de un líder que aglutine, los que deciden y guardan algo de liderazgo son los que tienen algún cargo que ostentar. En este esquema, el kirchnerismo parece tener muy poca vocación rupturista y muchas ganas de ser tenido en cuenta como una nueva ficha en el tablero del armado provincial.

Si crisis es oportunidad, esta ha sido bien aprovechada por el justicialismo de Cristina.

Así lo dejó en claro la dirigente y legisladora nacional Anabel Fernández Sagasti: “Somos un sector más del peronismo. Como ustedes saben, el justicialismo en Mendoza está dividido en sectores: el sector azul, el de los Félix, la Corriente –aunque ya no existe más– y estamos nosotros, que queremos trabajar por la unidad del PJ”. La letra chica dice que, además, quieren competir por la presidencia del PJ mendocino. 

“Y esto, para empezar”, hubiera sido la frase elegida por el exgobernador Celso Jaque. Luego vendrán otras metas y otras conquistas. Pero, por ahora, están armando estructura. Una tarea minuciosa como la tela que teje la araña, pero que con paciencia da sus frutos.

Así, ya han conseguido reunir cuatro legisladores provinciales (Luis Böhm y Gustavo  Arenas en el Senado, Lucas Ilardo y Patricia Galván en Diputados), tres legisladores nacionales (Anabel Fernández Sagasti, Guillermo Carmona y Alejandro Abraham) y algunos concejales y dirigentes departamentales. Esto tracciona gente. La que se vio ayer en el acto no era una multitud, pero sí un número para ser tenido en cuenta.

En virtud de la presentación en sociedad de su nuevo espacio, elaboraron un documento verdaderamente crítico a la gestión de los gobiernos nacional y provincial, y en el que se posicionan como verdaderos soldados de Cristina, queriendo proteger y profundizar sus logros de gestión. Según destacó Ilardo, lo que quieren no es dividir sino sumar voluntades al PJ, pero también quieren hacerlo imprimiendo fuerza al rol opositor.

Ayer el Peronismo para la Victoria dio sus primeros pasos. Y al parecer, son el comienzo de una carrera por ganarse su espacio.
 

A continuación, qué dice el documento de lanzamiento

Somos un espacio político en construcción, abierto y participativo, que se propone –dentro del Partido Justicialista mendocino– levantar las banderas de la soberanía política, la independencia económica, la justicia social y la unidad latinoamericana, así como defender y profundizar los derechos conquistados en los últimos años en la Argentina, especialmente el respeto irrestricto a los Derechos Humanos, indispensables para la prosecución del Proyecto Nacional y Popular con un fuerte compromiso con el presente y futuro de Mendoza.

Mantenemos la vocación frentista dentro del campo popular y convocamos a militantes y adherentes de estas banderas a dar, en el seno del peronismo mendocino, un debate amplio y autocrítico sobre el rol que el partido y el movimiento cumplieron en la reciente etapa de gobierno. Asumiendo el rol opositor que le otorgó la sociedad en las últimas elecciones, proponemos la construcción de una Mendoza con mayor igualdad y justicia social, respetando la pluralidad de su sociedad, con un mejor aprovechamiento de sus recursos a favor de productores y consumidores, y un desarrollo sustentable independiente de los intereses de las corporaciones.

La situación nacional:

Por primera vez en la historia democrática de nuestro país, la centroderecha de base neoliberal gobierna legítimamente con el respaldo mayoritario del pueblo argentino, lo cual merece nuestro respeto, pero también nuestro firme compromiso de preservar los logros alcanzados desde el 2003 ejerciendo la defensa de los derechos conquistados, de la soberanía nacional y de los intereses de nuestra Patria.

El presidente Mauricio Macri asumió la responsabilidad de conducir los destinos del país basándose en tres compromisos: a) pobreza cero, b) unión de los argentinos y c) combate al narcotráfico.
Sin embargo, resulta evidente que el rumbo tomado no conduce a aquellos objetivos, sino a resultados funestos que ya comienzan a vislumbrarse.

El Presidente nombró un gabinete con representantes directos de los grupos económicos locales y transnacionales, como son los casos de Alfonso Prat Gay (JP Morgan/Fortabat), Susana Malcorra (IBM/Telecom), Guillermo Dietrich (concesionaria de autos), Juan José Aranguren (Shell) y Ricardo Buryaile (Confederaciones Rurales Argentinas). También es pública la trayectoria de Carlos Melconian a favor de los grupos económicos. Y Patricia Bullrich, por su parte, protagonizó el recorte del 13 % a los empleados públicos con Fernando De la Rúa.

La muletilla “si le va bien a Macri, le va bien al país” es militada persistentemente por los medios oficialistas. Sin embargo, a Macri y su familia les ha ido bien siempre, sobre todo con la estatización de la deuda de sus empresas familiares por parte de Domingo Cavallo, durante la dictadura, y ese bienestar nunca se vio reflejado en el país.

Medidas como la eliminación de los derechos de exportación para los grandes productores agropecuarios, la reducción de las retenciones a la soja y –ahora– la eliminación de las retenciones a las exportaciones mineras no hacen sino transferir los recursos del Estado a los sectores ricos y poderosos de la economía.

La devaluación y la aceleración de la inflación, el ajuste tarifario en los servicios públicos (encareciendo costos de producción), la licuación de los ingresos de las familias argentinas, el camino inverso que está tomando la distribución de la riqueza, propiciando una transferencia de recursos alevosa en favor de los sectores más poderosos; los despidos masivos y la precarización del empleo, el techo a las paritarias, el manejo discriminatorio en la asignación de recursos a las provincias, privilegiando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a la Provincia de Buenos Aires en detrimento del resto de las provincias; el uso ilegítimo de los DNU para intervenir organismos como la AFSCA y la AFTIC, creados y regulados por leyes sancionadas por el Congreso de la Nación, lo que implica la derogación fáctica de estas normas en una flagrante violación a la división de poderes; la indiferencia ante los organismos de Derechos Humanos y el cuestionamiento a lo realizado en los últimos 12 años, el nuevo alineamiento internacional de espaldas a Latinoamérica, reorientando el interés por tratados de libre comercio con Europa y la zona Pacífico; el interés en obtener un acuerdo con los fondos buitres haciendo ofertas aun por encima de sus pretensiones, el nuevo protagonismo del FMI en nuestra economía, la criminalización de la protesta, la persecución de los opositores, y el uso de la fuerza y la violencia física y moral para sostener las políticas neoliberales, todo esto se encuentra en las antípodas de nuestro pensamiento.


La situación provincial

En nuestra provincia, con sus matices, la situación no es diferente. La baja del empleo en actividades básicas como la construcción es alarmante. En los últimos meses se han perdido 5.300 puestos de trabajo, con posibilidades de que puedan desaparecer 4.000 más en pocas semanas si no se reactiva el sector. Idénticos diagnósticos y previsiones pueden hacerse respecto de otras actividades, como el comercio minorista y el turismo, frente a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y la disminución del consumo; el riesgo de más pérdidas de puestos de trabajo en la producción petrolera y frutícola, y especialmente la vitivinicultura, y los despidos masivos e indiscriminados en la Administración Pública. La pretensión de una ley provincial para adherir a un decreto nacional por el cual se declara la Emergencia Nacional en Seguridad Pública implica el apoyo a una medida que no respeta los principios democráticos y sólo facilita obtener nuevos endeudamientos y adquirir bienes sin proceso de licitación; la criminalización de la protesta, sometiendo a proceso a dirigentes sociales que se manifestaban en favor de la libertad de Milagro Sala; el apresurado interés por reformar la Constitución, cuando hasta hace meses estas iniciativas reformistas eran denostadas, degradadas y tildadas de oportunistas; la Ley de Endeudamiento provincial en moneda extranjera, dentro de un panorama internacional desventajoso, y la Ley de presupuesto que hipoteca a Mendoza son todas medidas y síntomas que anticipan la derrota de los más humildes.

 

Nuestro pensamiento

Frente a esta situación, nosotros entendemos que el peronismo debe cumplir con su rol opositor en forma seria y responsable, pero siempre defendiendo al Pueblo, a nuestros principios, nuestra ideología, nuestra doctrina y filosofía. Sostenemos y defendemos la unidad latinoamericana, el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC, rechazamos la injerencia del FMI en la política económica argentina, nos oponemos al pago a los fondos buitres en condiciones preferenciales respecto del resto de los acreedores de la Argentina, luchamos por la distribución justa del ingreso y de las riquezas que prioricen el mercado interno y el consumo de los argentinos, defendemos la vigencia de la Ley de Medios, democratizadora de la información, la palabra y la opinión de todos; nos oponemos a los despidos masivos fundados en persecuciones políticas e ideológicas, y que tienen como único objeto producir un ajuste salvaje a fin de bajar el consumo y enfriar la economía para dar una falsa sensación de estabilidad económica; defendemos el empleo y el salario, repudiamos las políticas del miedo que pretenden generar desde ámbitos gubernamentales una falsa antinomia entre empleo y salario, defendemos las paritarias libres y reclamamos proseguir con los proyectos de acceso a la tierra y la vivienda que se vienen desarrollando. Asimismo, rechazamos la criminalización de la protesta social, continuando en la defensa de los Derechos Humanos, la prosecución de los juicios por los delitos de lesa humanidad y la campaña contra toda forma de violencia institucional.

El ex presidente Néstor Kirchner decía: “No pasarán a la historia aquellos que especulen, sino los que más se la jueguen”. Hoy más que nunca es la hora de jugarnos por el futuro de Mendoza y de Argentina. No es el tiempo de las especulaciones, es el tiempo de la construcción.

Proponemos construir un espacio amplio de participación política con los gremios, con los movimientos sociales y con la representación de base de las organizaciones libres del pueblo, donde la militancia tenga una mayor participación para dinamizar al partido, y generar una alternativa política que nos permita volver al poder para defender los intereses de nuestro Pueblo, de nuestra provincia y de nuestra Patria. Es decir, poner en acción aquello a lo que Cristina nos exhortó hace pocas semanas desde el Sur de nuestro país: “No hay nadie que sustituya tu propia fuerza para defender lo que te ganaste en tu propia historia, con tu trabajo, con tu familia. Lo tenés que defender vos; esto es parte del crecimiento de la democracia. No tenemos que buscar más paternalismos ni sustitutos que nos defiendan. Tenemos que defender nosotros nuestras propias conquistas… Ya sabe cada uno que está empoderado para defender sus derechos”.

Por estas razones y muchas otras, netamente nacionales y populares, es que nos unimos en la lucha para que el peronismo no sea cooptado por los operadores liberales que pretenden un justicialismo de derecha, dócil y complaciente con las políticas neoliberales, antipopulares y cipayas que quieren llevar adelante en esta querida Patria.

Porque seguimos creyendo en la línea histórica de San Martín, Rosas, Perón, Evita, Néstor y Cristina, es que reivindicamos los logros, los hechos y los derechos reconocidos y ganados en los últimos 12 años por nuestro Pueblo, y seguiremos bregando para que la Argentina sea la Patria justa, libre y soberana con que soñaron nuestros próceres.

Invitamos a todos los peronistas –y a aquellos que, sin serlo, crean en una Argentina para todos– a participar y a no dejarnos intimidar por las acciones sistemáticas que desde todos los poderes del Estado y del sector privado pretenden difamarnos, destruirnos y hacer que enterremos las convicciones por las que tanto hemos luchado, y por la que han caído tantos compañeros a los que honramos con esta nueva etapa de lucha.

“Quien quiera oír que oiga, quien quiera seguir que siga, mi empresa es alta y clara mi divisa, mi causa es la causa del pueblo, y mi bandera la bandera de la Patria” (Juan Domingo Perón).

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