Nuevamente, con un público entusiasta que ocupó el 80 % de la capacidad del estadio Orfeo de Córdoba, la Selección Argentina le regaló un triunfo a todos los padres en su día. Fue un partido en el que se repitió la efectividad de Fernández con su aguerrida defensa.

Argentina siguió con un juego muy bien armado, tanto en defensa como en bloqueo, y supo trabajar los puntos largos, lo que le permitió quedarse con todos los disputados.

El tercer set encontró a un equipo búlgaro dispuesto a forzar –por lo menos– un cuarto set, llegando a estar Argentina 6-2 abajo, pero esto no disminuyó la tenacidad albiceleste, que siguió luchando a puro corazón. Bulgaria cumplió su cometido ganando el set y llevando el partido a cuatro parciales.

Ya en el cuarto chico, la Argentina entró más decidida. El público colaboró con su aliento y le dio colorido a la noche final de la Liga. Cada tanto argentino era una fiesta con baile incluido. Si bien Bulgaria siguió peleando punto a punto, por momentos el bullicio parecía desestabilizarlos. Llegaron los dos puntos finales, con los que todo era algarabía en el Orfeo y por fin se festejó a lo grande. Se repitió lo del sábado: las adolescentes tirando camisetas desde las tribunas para que los jugadores se las firmaran o llamándolos para tomarse fotos.

El balance de esta Liga Mundial, para Velasco y sus jugadores, fue muy positivo. Se van satisfechos con los resultados obtenidos y con ganas de seguir trabajando en vistas de las próximas competencias, que son el Sudamericano, que ha jugarse en Chile del 5 al 12 de agosto, y el Premundial –que se realizará del 31 agosto al 4 de septiembre– en Salta y Jujuy, ambos clasificatorios para el Mundial 2018.

Para nosotros, los simples espectadores, ha sido un lujo ver cómo estos chicos se hacían enormes con el correr de los partidos y disfrutar estos dos últimos triunfos argentinos aquí, en casa.

Escuchá a continuación la palabra de Julio Velasco, Luciano De Cecco y Nicolás Bruno.