En los próximos 40 años, el Gran Mendoza tendrá 160 mil viviendas nuevas, 60 mil de las cuales densificarán aún más las zonas pobladas, mientras que las 100 mil restantes se dispersarán hacia espacios históricamente productivos de los departamentos de Guaymallén, Luján de Cuyo y Maipú. En esas casas vivirán unas 350 mil personas que demandarán servicios: agua, luz, cloacas, transporte.

La proyección es una de las conclusiones de una investigación que realizó la empresa Agua y Saneamiento Mendoza (Aysam), con un doble objetivo: estimar la cantidad de población que deberá servir a futuro con agua y cloacas, y dar sustento a un anteproyecto de expansión del sistema para el Gran Mendoza. 

El trabajo sobre dinámica poblacional fue presentado por el vicepresidente de Aysam, José Luis Puliafito (foto), como parte de las actividades organizadas por la Red Integral para la Gestión del Agua (RIGA), dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO, que nació con el objetivo de analizar la temática en forma interdisciplinaria.

La investigación es el sustento de un proyecto de expansión del servicio de agua potable y cloacas para el Gran Mendoza que está en las primeras etapas de elaboración y que, de concretarse, implicará la instalación de una planta potabilizadora en Blanco Encalada y un sistema de acueductos para atender la demanda –hoy insatisfecha– y la de los nuevos habitantes. De acuerdo con la evaluación económica realizada por la empresa, la iniciativa costará alrededor de 250 millones de dólares y la idea es que se afronte con financiamiento internacional, en varias etapas.
 

Crecimiento sin plan

Puliafito expuso primero las conclusiones del trabajo sobre dinámica poblacional basado en estadísticas oficiales y en estudios de la UNCUYO, y posteriormente el proyecto de expansión del servicio, que ya adelantó Unidiversidad. El funcionario fue claro. Dijo que tanto, si se ordena el crecimiento o sigue su tendencia actual, hay algo que no cambia: en 40 años se deberá dotar de agua potable a 160 mil viviendas más, para lo cual se necesitarán entre 2 y 3 metros cúbicos más por segundo, respecto de los que actualmente se utilizan. Parte de esta compleja realidad, explicó, está relacionada con la construcción en la zona del pedemonte, donde según las estimaciones de la firma ya hay 22 500 casas.

Puliafito planteó que la situación del pedemonte, sumada a la expansión de la zona urbana hacia sectores históricamente productivos de Maipú, Luján de Cuyo y Guaymallén, generó una fuerte dispersión que acarrea problemas a los operadores del sistema, por lo que consideró indispensable ordenar el territorio con criterios racionales. “Nosotros, y todos los operadores, vamos extendiendo atrás de las circunstancias, y mientras más extendemos, peor es la red y peores los servicios. Y, para colmo, lo estamos haciendo casi con las mismas fuentes de agua. La expansión se está realizando a fuerza de pozos subterráneos”, fueron las palabras del funcionario.

La ley de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo –aprobada en 2009– busca lograr un crecimiento equilibrado y equitativo, pero lo cierto es que el Plan de Ordenamiento  –clave para el cumplimiento de la norma– continúa frenado en la Legislatura. Una de las consecuencias es que las problemáticas territoriales avanzan. El experto explicó que, frente a esta situación, elaboraron el anteproyecto de expansión y la firma presentó una solicitud de ampliación de la zona de concesión ante el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (Epas). Sin este visto bueno, sería imposible hacer realidad las obras.

Por su parte, el titular del Epas, Javier Montoro, confirmó que están analizando la solicitud, pero recalcó que aún no hay una decisión al respecto. Tal como lo establece la ley de Ordenamiento Territorial, el Epas le pidió opinión al Comité Ejecutivo de la Agencia de Ordenamiento Territorial, organismo que ya contestó la consulta.

La titular de esa agencia, Sonia Romero, enumeró los puntos centrales de la respuesta. El primero fue que el Epas tome su decisión en base al diagnóstico del pedemonte, que la agencia concluirá a fin de año y que determinará qué sectores se pueden urbanizar y con qué condiciones. La segunda recomendación fue que, de ampliar el área servida, es conveniente que esté en manos de Aysam y no de operadores privados, ya que entendieron que sería dificultoso controlar la actuación de los últimos.

Puliafito defendió la idea proyecto y recalcó que no tiene ninguna relación con Hipocampo, una iniciativa que se gestó en los 90 para llevar agua a los barrios ubicados en el Oeste y que, según el mismo funcionario, fue desestimada porque nunca se advirtió ningún beneficio ni para la Provincia ni para los usuarios.

Aysam, que fue reestatizada en 2010, brinda el servicio de aguas y saneamiento a unos 350 mil usuarios y tiene una facturación anual superior a los 400 millones de pesos.