La escena, casi calcada del atentado en Niza de julio pasado, de inmediato hizo pensar en un atentado terrorista. Por lo menos 12 personas murieron ayer lunes 19 y otras 50 resultaron heridas cuando un camión irrumpió en un sector peatonal donde funciona un popular e histórico mercado navideño de Berlín. El incidente se produjo a las 20.15 hora local en la céntrica Breitscheidplatz, junto a la Iglesia en Memoria del Emperador Guillermo –la famosa iglesia con la cúpula rota en el centro de Berlín–, cuando un camión se salió de la calzada e ingresó en la feria. 

El camión, un vehículo negro de 12 metros de largo con patente de Polonia, penetró en la zona peatonal, circuló por un camino que se formaba entre los diversos puestos de la feria y acabó estrellándose contra un gran pino de Navidad en el centro del mercado. El vehículo –que al parecer transportaba vigas de acero– recorrió 80 metros antes de detenerse, según dijo un vocero de la policía de Berlín que cita el Berliner Zeitung. El mercado navideño de la Breitscheidplatz es para estas fechas un tradicional paseo de gran atractivo para los alemanes, pero también para los turistas de visita en la capital alemana.

Poco después se informó que el copiloto del camión murió en el impacto y que una persona sospechada de ser el conductor había sido detenida en las inmediaciones. El diario alemán Die Welt señaló que, según sus fuentes, podría tratarse de un refugiado paquistaní.

El vehículo posee matrícula de la ciudad de Danzig y es propiedad de una empresa de transportes polaca, según dio a conocer la radiotelevisión TVN24. El propietario de la empresa apareció en varios medios de comunicación para señalar que su primo, habitual conductor del camión, había viajado en él a Berlín con la intención de pasar la noche en la capital alemana. La mujer de éste aseguró que desde las 4 de la tarde no había podido comunicarse con él. El dueño de la empresa, por su parte, descartó que su primo, con 15 años de experiencia como conductor, haya podido causar un accidente. Una de sus hipótesis es que podría haber sido secuestrado o que le hubieran robado el vehículo.

El suceso recuerda el ocurrido el pasado julio en Niza, cuando un camión conducido por un francés de origen tunecino irrumpió de manera similar en una concurrida avenida peatonal de la ciudad francesa. La zona estaba repleta de peatones en ese momento porque se festejaba el Día de la Bastilla y 86 personas resultaron muertas. Estado Islámico (EI) reivindicó poco después aquel atentado.

La canciller Angela Merkel, después de expresar sus condolencias por las víctimas, calificó de "atentado terrorista" lo ocurrido y convocó a un gabinete de crisis. 

Merkel, quien en los últimos meses enfrenta a una dura oposición que no está de acuerdo con sus políticas de fronteras abiertas respecto de los refugiados de Medio Oriente, admitió en la primera conferencia de prensa que brindó desde el incidente que el autor de la masacre puede ser un demandante de asilo.

"Sé que para nosotros sería particularmente difícil de soportar si se confirma que este acto ha sido cometido por una persona que ha pedido protección y asilo en Alemania", declaró en televisión en su primera reacción tras la matanza que, además, provocó decenas de heridos. Asimismo, la canciller rechazó vivir con "miedo" desde la sede de la Cancillería y expresó su consternación: "Es un día muy duro, estoy profundamente triste. De acuerdo con las informaciones disponibles hay que partir de la base de que se trata de un ataque terrorista", puntualizó.

En tanto, la policía de Berlín pidió a través de las redes sociales a los habitantes de la capital alemana que permanecieran en sus casas y evitaran difundir rumores respecto del incidente.