Ley de Salud Mental: radiografía de la implementación en Mendoza

Sociedad

“Este servicio domiciliario surgió a fines de la década del 80 por una inquietud de los profesionales de internación, que notaban que había reingresos debido a las dificultades en la adherencia terapéutica por diversos factores: económicos, familiares y de transporte. Por eso, se buscó una continuidad del tratamiento farmacológico y asistencial-interdisciplinario del paciente. En un primer momento, se empezó a trabajar con las familias de los pacientes para reubicarlos: el objetivo fue disminuir el número de la población que se encontraba internada para reinsertarla en la sociedad”, expresó Romina Viadana, encargada del Servicio de Seguimiento Domiciliario, en diálogo con Unidiversidad.

Foto: Prensa Hospital Carlos Pereyra

Con ese cambio de paradigma y con el peso de la mirada de la sociedad sobre este tipo de instituciones, el cambio fue enorme, detalló Viadana. “En aquel entonces, el equipo se encontró con pacientes psicosociales que llevaban más de 20 años de hospitalización, y el objetivo fue mejorar la calidad de vida de estas personas mediante un acceso a la salud mental garantizado”, agregó.

Continuar con un trabajo de más de 30 años 

Según Viadana, en la actualidad, se busca continuar y reafirmar el trabajo de hace tres décadas para facilitar el acceso a la salud mental en aquellas personas a las que se les dificulta, por diferentes razones, llegar a la sede. "La finalidad es que no se interrumpa su tratamiento", dijo. 

Para este propósito, el hospital psiquiátrico dispone de un equipo de profesionales multidisciplinario, compuesto por un licenciado en Enfermería, un licenciado en Trabajo Social, dos médicas psiquiatras, un licenciado en Psicología, y también de movilidad dispuesta para llegar a los domicilios de las personas que se encuentran cursando algún tratamiento con dificultad para acceder a él, ya sea por imposibilidad económica, de traslado o alguna condición en particular. 

“Con el tiempo se buscó que el abordaje domiciliario no sea solo farmacológico, sino también por medio de distintas disciplinas con prestaciones de psiquiatría, salud mental, psicología, trabajo social y enfermería. Lo que se busca con este abordaje es que el paciente se sienta inmerso en un ambiente más favorable para cada condición, donde el sistema social sea más amigable con el paciente. Con esto, se garantiza el derecho al acceso a la salud mental”, remarcó la especialista.

Foto: Prensa Hospital Carlos Pereyra

Con esta modalidad, se atiende a unos 80 hombres y mujeres, todos mayores de 18 años. La patología que se replica en la mayoría de estas personas es el trastorno mental severo que, según la médica, va desde psicosis, esquizofrenia o depresión hasta discapacidades intelectuales. "El servicio es mediante la organización de cronogramas de visitas que se arman todas las semanas, teniendo en cuenta no solo las zonas en las que residen los pacientes, sino también la impronta de su enfermedad", remarcó.

“Este tipo de tratamiento ambulatorio permite que ese paciente, al que se le dificulta acceder al hospital, no recaiga por falta de atención. Está claro que cada paciente requiere un tratamiento diferente y el abordaje que se hace no es solo con ese usuario, sino que, al ser ambulatorio, uno ingresa a su núcleo más cerrado, puede conocer su entorno y lo que allí se genera”, explicó la médica. 

Si bien el número es variable, los médicos aseguraron que la pandemia de coronavirus aumentó el número de pacientes que requieren de atención integral en sus domicilios.

Al día de hoy, las admisiones que se realizan permiten que solo personas que residen en un radio cercano al hospital, es decir, en Godoy Cruz, Ciudad y Las Heras, puedan acceder al programa. Sin embargo, se sigue asistiendo a usuarios y usuarias que forman parte de la modalidad desde hace muchos años y viven en zonas muy alejadas, como Blanco Encalada –Luján de Cuyo–, San Martín, El Carrizal, Barriales –Junín–, entre otras.

Foto: Prensa Hospital Carlos Pereyra

La visita y atención domiciliaria se realiza cada 28 días, tiempo que coincide con el tratamiento farmacológico que reciben las personas. En algunos casos, la frecuencia es mayor porque sus controles así lo requieren. "Con esta nueva modalidad de atención que implementamos, no solo se trabaja en el tratamiento farmacológico de estos pacientes, sino también en la rehabilitación psicosocial e inclusión en comunidad, como en el bienestar de todo el grupo familiar o de quien realmente lo necesite", selló Romina Viadana, encargada del Servicio de Seguimiento Domiciliario.