Astrología desde una perspectiva feminista: ¿por qué se reproduce la lógica binaria masculina-femenina?
Para dar respuesta al interrogante, Unidiversidad dialogó con Sofía da Costa Marques, astróloga y socióloga que trabaja desde una perspectiva feminista. Le preguntamos los motivos por los que se reproduce la lógica binaria y patriarcal en algunas funciones astrológicas. Además, le consultamos por qué se piensa en la astrología como una actividad “femenina”.
Por qué se vincula la lectura de la astrología con las identidades feminizadas. Foto: Efrem Efre / pexels.com
Una de cada tres personas en nuestro país –el 33 %– cree en la astrología, indicaron en una nota reciente de Cenital con datos de un informe publicado por el Conicet. Se trata de un porcentaje mayor respecto del de 2008, cuando era del 25,9 %. En esta misma línea, el informe señala que la "creencia energética" también aumentó: del 64,5 % en 2008 al 76 % 2019. Si a esto le pudiéramos sumar la proliferación de la astrología y lo esotérico durante la pandemia, probablemente los porcentajes se incrementarían. Ahora bien, ¿qué es la astrología? ¿Por qué algunos "planetas" o signos se asocian a figuras masculinas y femeninas? ¿Por qué se vincula su lectura y ejercicio con las mujeres o identidades feminizadas?
Sin entrar en un debate sobre pseudociencias, esta nota surgió a partir de cuestionarse cómo el "mundo de la astrología" y el mercado ha acaparado, cada vez más, distintos estrados de la sociedad. Entonces, en una rápida exploración de “qué es la astrología” en el buscador de Google, podemos encontrar algunas personas influencers en la temática que nos ayudan a observar que existen distintas orientaciones e interpretaciones.
Lu Gaitán, en diálogo con La Voz del Interior, dijo: “La astrología es un lenguaje simbólico que está muy conectado con la mitología occidental (….). Lo que pasa es que la astrología de mayor divulgación, sobre todo en el siglo 20, está centrada en la psiquis del individuo y en el desarrollo de la personalidad, pero nos perdimos de vista que formamos parte de un entramado colectivo”. Por su parte, Mía Astral sostiene en su sitio web: “La astrología es el estudio de los astros y su influencia sobre nuestra cotidianidad. El movimiento de los astros ha sido seguido ancestralmente para marcar el paso del tiempo, el inicio de las estaciones y hasta para demarcar el ciclo femenino o de la cosecha”.
Más allá de las respuestas que podamos buscar y encontrar en el universo virtual, Unidiversidad acercó una voz local e indagó en los modos en los que se reproducen algunos esquemas patriarcales dentro de la astrología y sus razones. Hablamos con Sofía da Costa Marques, astróloga y socióloga.
Astrología, ¿solo para mujeres?
Si bien para Sofía da Costa Marques es muy “difícil definirla”, entiende a la astrología como “una cosmovisión, una filosofía” que “brinda herramientas para ordenar y comprender lo infinito”. Da Costa Marques tiene su propio proyecto, Morgana, y contó que trabaja un tipo de astrología que busca comprender la “orgánica del cosmos”. “Estamos todos los seres interrelacionados en una cooperación que nuestra acotada inteligencia no alcanza a comprender y captar, pero, de alguna forma, esa es la cosmovisión. Esta conexión entre todo lo vivo y entre todo lo que hay en el cosmos es bien distinta a la lógica de la modernidad racional, que plantea que somos seres individuales y que nos vinculamos por competencia”, completó.
Entonces, siguiendo su óptica, ¿por qué generalmente se considera a la astrología como una actividad propia de identidades femeninas? Da Costa Marques ubicó su respuesta en la misma estructura social: “Yo creo que tiene que ver con la construcción y la jerarquización sexogenérica del patriarcado”.
Antes de llegar al meollo de la cuestión, la astróloga fue muy contundente en dar cuenta de las formas de socialización que tenemos mujeres y varones. En ese sentido, ejemplificó con el lugar de los varones y de las mujeres en las ciencias. Mientras los varones son asignados socialmente a las disciplinas científicas que “tienen que ver con la precisión y con ciertos niveles de complejidad lógica o técnica”, las mujeres o identidades feminizadas son "buenas" para “las humanidades o ciencias sociales”. “En esta mirada tan patriarcal del mundo, las habilidades de las mujeres –que ni siquiera se consideran como tales– están más vinculadas a lo emocional que a lo racional”.
“No solo ya sabemos que no es así, sino que, además, eso cercena las posibilidades de exploración” tanto para mujeres como para varones. En ese sentido, sostuvo que esta forma de organización ocurre en todos los ámbitos, incluso en la astrología.
Aunque indicó que algunos modos de socialización ya “no se presentan de forma tan burda”, sí señaló que el mundo astrológico se trata del cuidado y del autocuidado. En ese sentido, expresó que, en términos generales, los varones se constituyen desde un lugar “que no propicia el contacto con el mundo emocional y la reflexión sobre uno mismo”.
Por esa razón, afirmó: “Explorar distintas formas de ver el mundo, explorar distintas terapias, tiene que ver con el cuidado porque, en general, nos interesa conocernos más a nosotras mismas o porque nos interesa una perspectiva distinta sobre una vivencia, crisis o alguna situación particular que estamos transitando”. Siguiendo a la socióloga, la astrología brinda herramientas para autoconocernos y autocuidarnos. “Entonces, yo creo que, por ahí, por eso los varones suelen acercarse menos a este tipo de terapia y de miradas del mundo”, puntualizó.
¿Es binaria la astrología?
Popularmente, se representan algunas figuras astrológicas en la carta natal con energías femeninas y masculinas o, bien, con la madre y el padre. De esta forma, a la Luna –emociones, sentimientos– se la asocia con la madre; a Marte –fuerza, impulsividad, capacidad de toma de decisiones– se lo vincula con la energía masculina; a Venus –amor, relaciones– se lo relaciona con la energía femenina; a Saturno –representación de autoridad– se lo conecta con el padre. ¿Qué hay de cierto en esa categorización binaria?
Da Costa Marques sostuvo que no es tanto que la astrología sea binaria, "sino que somos las personas que trabajamos con la astrología las que tenemos estructuras binarias y heteropatriarcales”. Y agregó: “Tanto la astrología tradicional como ciertas ramas de la astrología psicológica vienen de esta mirada muy binaria. De alguna manera, es lo que se percibe cuando uno lee y consume contenido de astrología en las redes”.
“Esta mirada de la Luna vinculada a la madre y Saturno al padre, por ejemplo; o Marte vinculado a la imagen arquetípica del guerrero y Venus más vinculada al amor y a la pareja, en realidad, de alguna manera, lo único que hacen es revelar nuestros propios condicionamientos. En términos energéticos, no existe un masculino y un femenino: usamos esas palabras porque todavía no nos hemos inventado otras”, destacó en la conversación.
“Es peligroso –continuó– reducir algo tan complicado, como imágenes arquetípicas, a la literalidad de lo sexogenérico”. También indicó que no existe en sí tal división: “La astrología, en sí misma, no trae incluida esa división genérica del mundo”.
En ese contexto, explicó que, últimamente, en sus consultas, busca alternativas por fuera del esquema binario femenino-masculino. En su lugar, utiliza términos como “energía receptiva y energía expresiva” o “energía ying y energía yang”, aunque esta última le genera dudas: “Es un poco forzado porque es muy de otra cosmovisión”.
Salir de los binarismos
Da Costa Marques explicó que la Luna, como “función arquetípica, habla de cuidado, protección, nutrición”, y que, a lo largo de la historia, se la vinculó con la imagen materna. No obstante, cuestionó: “Que sea literalmente la madre de carne y hueso, nuestra madre, que sea literalmente mujer, lo podemos discutir” y, agregó: “Podemos imaginarnos otras formas de comprenderla y de explicarla”.
En lo que respecta a Venus y Marte, dijo que es “aún más grosero” porque la división binaria genérica “superficializa” las funciones de dichos planetas. Explicó que a Venus se la termina observando –en el marco de una sociedad patriarcal– con cierto desprecio y poca seriedad porque se la reduce al amor y la pareja: “Y esas son cosas de mujeres”, dijo sarcásticamente.
“La función venusina tiene que ver con el mundo vincular, con la definición de nuestros gustos, con el vínculo con el propio cuerpo, con qué nos trae y cómo atraemos, pero no solo vinculado a lo sexual y afectivo, sino en dónde ponemos la mirada: qué tipo de actividades nos gustan, qué tipo de gustos tenemos, qué nos genera disfrute, placer”, amplió. Por lo tanto, reducir ese planeta a la pareja “es superficializarla y reducirla muchísimo”.
En lo que respecta a Marte, habitualmente asociado “a la imagen del guerrero varón”, la astróloga dijo que se repite el mismo inconveniente. Por un lado, explicó que habilita la reproducción de la “indefensión aprendida” de las mujeres e identidades feminizadas en la sociedad patriarcal. “La agresividad no es parte de la vida de una, la defensa del territorio no es parte de la vida de una, eso es para los hombres”, explicó. “No se nos incentiva a ejercitar la fuerza, la velocidad, las actividades más vinculadas a la agresividad”, sostuvo.
Por otro lado, se lamentó de que a las mujeres se les inhabilite ese mundo que “para la astrología es fundamental”, aunque cada vez esté más cuestionado gracias a la organización y lucha feminista. Finalmente, destacó las cualidades fundamentales de Marte: “Tiene que ver con cómo salgo yo a 'conquistar' el mundo y cómo me defiendo de lo que siento que invade mi espacio personal, o que va en contra de mis deseos y mis decisiones”.
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