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Dos destacadas diseñadoras porteñas dictaron un workshop sobre caligrafía vinculada con nuevas técnicas para resolver proyectos de lettering.
Nicanor Albornoz, becario de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño
Publicado el 31 DE AGOSTO DE 2015
En un entorno cada vez más mediado por lo tecnológico y lo digital, Maria Eugenia Roballos y Betina Naab, dos diseñadoras gráficas egresadas de la UBA y especializadas en distintos seminarios en el exterior, desafían la simpleza de esta definición. La caligrafía forma parte de nuestra vida cotidiana y se aplica a todo lo imaginable: desde logos, marcas, páginas, mapas, joyería y tatuajes hasta encargos especiales para películas de Hollywood.
Las diseñadoras, que estuvieron el 20 y 21 de agosto en la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNCUYO dictando la clínica "Variaciones Mayúsculas", formaron en 2003 Roballos/Naab, el primer estudio en Argentina especializado en brindar un servicio integral de caligrafía que abarca aplicaciones en diversas áreas como la comunicación visual, el cine, el arte y el letterpress. Sus trabajos de caligrafía fueron expuestos en galerías del país y del exterior, y publicados en diversas ediciones, tanto nacionales como internacionales.
En apenas dos días, estas talentosas mujeres lograron transmitir el espíritu del dibujo de letras a través de mayúsculas tradicionales, como las romanas trajanas, y la búsqueda personal que subyace en la composición con letras.
¿Qué implica enfocar el diseño sólo desde la caligrafía?
María Eugenia Roballos: Antes que nada, somos diseñadoras gráficas, después nos especializamos en caligrafía. Betina, en Roehampton, en la Universidad de Londres, y yo en la Associazione Calligrafíca Italiana, en Milán. Decidimos juntarnos para enfocarnos en la caligrafía y el diseño, no hacemos más trabajos que no tengan que ver con letras. Es un servicio que abarca distintas áreas, desde el diseño de un logo, la invitación a un evento, la tapa de un libro, utilería para cine, un tatuaje… Es muy amplio el escenario en el que se puede aplicar la caligrafía.
Betina Naab: La escritura es algo que tenemos todos en común. Por ende, problemas con las letras podemos llegar a tener todos. El estudio se ha ido transformando y la gente que acude a nosotros viene de todos los ámbitos. Hay trabajos que jamás se nos hubieran ocurrido si no hubieran venido a proponérnoslos. Como la cosa se había vuelto más amplia, nos encontramos trabajando en todo lo que tiene que ver con las letras. Nos ha tocado, por ejemplo, escribir cartas para directivos de grandes empresas porque no tienen buena letra. San Martín tenía alguien que le escribía las cosas porque no tenía una “linda letra”...
M.E.: Pero no sólo trabajamos lo caligráfico como algo histórico y estructurado. También hicimos una interpretación de la escritura de un personaje ficticio para “Tetro”, una película de Francis Ford Coppola, filmada mayormente en Argentina en 2009.
Con la caligrafía hay una idea de algo artesanal… ¿Caligrafía y mercado se llevan bien?
M.E.: Actualmente hay un mercado que la está exigiendo. Si bien la caligrafía no es totalmente artesanal, en un mundo tan tecnificado, el mercado actual está pidiendo estéticas más amables, manuales, blandas, únicas.
B.: Con lo que sí se lleva mal a veces es con los tiempos, los ritmos. Lo que lleva hacer un buen trabajo caligráfico no es compatible con los tiempos de demanda del mercado.
¿Hay tradición caligráfica en Argentina?
M.E.: Hay una movida mundial en la que está inserta, pero, claro, no hay una tradición.
B.: Está desde hace años la carrera de Perito Caligráfico pero no se desarrolló hacia el mismo lado que nos estamos dedicando nosotras. En ese sentido, sí se podría decir que nuestra actividad es muy nueva...
M.E.: No más de treinta años...
¿Qué las desvela? ¿La letra o la palabra?
B.: ¡La letra! Claro que la letra no existe sin la palabra, es lo que decimos en todos nuestros cursos. Pero lo que nos desvela es la letra.
M.E.: La letra, pero cuando la palabra inspira, hace una diferencia importante. Ahora, en la demostración, tomamos como texto una canción de Cerati, “Cactus”, y nos dio mucho placer escribirlo, porque la letra tenía mucho que ver con el contenido.
B.: Tenemos la suerte de trabajar en algo que nos apasiona y que nadie nos condicione. Si uno hace esto es porque lo eligió.
M.E.: En el estudio nadie nos condiciona, solo nosotras (risas). Y eso ya es suficiente (más risas).
¿Algún proyecto próximo que las entusiasme?
B.: Vamos a comenzar a dar clases en la Maestría de Diseño Tipográfico en la Universidad de Buenos Aires. Estamos muy contentas con ese desafío.
M.E.: Es importante porque vamos a trabajar a ese nivel de posgrado y maestría.
B.: Tenemos un libro por delante también, que está esperando. Nosotras nos tenemos que hacer más tiempo para dedicarle.
M.E.: Y también está nuestro proyecto de volver a ser alumnas, volver a aprender con algún maestro.
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