Argentina se disocia del Pacto para el Futuro: “Romper es sencillo, reconstruir es bastante complejo”

Así lo dijo el politólogo Mario Guerrero, a quien consultamos sobre la decisión del Gobierno nacional de quebrar un vínculo histórico con los acuerdos propuestos por la ONU. También hablamos con Guillermina Elías, doctora en Relaciones Internacionales, para visualizar el panorama que viene.

Argentina se disocia del Pacto para el Futuro: "Romper es sencillo, reconstruir es bastante complejo"

El presidente Milei fue muy duro con los principios de la Agenda 2045 que proueve la ONU. Foto: Prensa ONU

Internacionales

Unidiversidad

Ezequiel Derhun

Publicado el 30 DE SEPTIEMBRE DE 2024

La canciller Diana Mondino lo anunció y el presidente Javier Milei lo ratificó: Argentina se disocia del Pacto para el Futuro, un acuerdo al que adhieren en forma total o parcial los países miembros de Naciones Unidas. Este hecho no tiene mayores precedentes en los vínculos históricos con la ONU, por lo que deja un mar de dudas sobre qué consecuencias puede haber para el Estado nacional. En este marco, buscamos voces que ayuden a entender qué escenario se abre para el país.

Septiembre marca el momento del año en el que comienza el periodo de sesiones ordinarias de la Asamblea General de la ONU, epicentro del multilateralismo global. Desde su sede de Nueva York, en Estados Unidos, y con el escudo de Naciones Unidas en la espalda, las y los líderes del mundo suben al estrado para pronunciar su posición sobre diferentes temas de la agenda internacional. Desde ese lugar, el gobierno argentino tomó la decisión inédita de disociarse de un acuerdo que cuenta con amplísimo aval.

En concreto, el Pacto del Futuro promueve 56 acciones que se concentran en cinco áreas por las que la ONU vienen bregando y que ha sabido convenir a lo largo de los años, como el Acuerdo de París y la Agenda 2030. Esas áreas son: desarrollo sostenible y financiación para el desarrollo; paz y seguridad internacional; ciencia, tecnología e innovación y cooperación digital; juventud y generaciones futuras; y transformación de la gobernanza global. Asimismo, destaca el sitio chequeado.com, suma un Pacto Digital Global y una Declaración sobre las Generaciones Futuras.

Tras anunciar que Argentina no iba a formar parte del Pacto para el Futuro, la canciller Mondino resumió en su cuenta de X: “Argentina quiere tener alas para su desarrollo, sin estar sujeto a un peso indebido de decisiones ajenas a nuestras metas”.

Luego, cuando Milei brindó su primer discurso frente a la 79.ª Asamblea General, volvió a apuntar sus cañones discursivos contra el “colectivismo” y contra la Agenda 2030, y no dudó en disparar en contra del presunto rumbo socialista al que ha virado la organización integrada por 193 Estados miembros.  

El mandatario argentino volvió a atacar los objetivos de la Agenda 2030; esto no representa una novedad, dado que ya lo ha hecho en otras oportunidades, también en foros internacionales: "Es un programa de gobierno supranacional, de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados Nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas".

De todas maneras, las palabras de Milei generaron mucho ruido en el debate público y muchas voces se sumaron a esta polémica decisión, porque, además, el jefe de Estado indicó: "Argentina va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó".

Separar algo de otra cosa a la que estaba unido

Para acercar una explicación sobre este nuevo escenario, que por ahora no ha cruzado el límite de lo discursivo, hablamos con dos especialistas para que nos aporten su mirada. Una de esas voces es de Guillermina Elías, doctora en Relaciones Internacionales, que se desempeña como investigadora en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Conicet-UNCUYO- Gobierno de Mendoza).

“Me parece preocupante, sobre todo en tiempos en los que, ya de por sí, el mundo está tan revuelto”, dijo Elías, en una primera impresión sobre la decisión de disociarse del Pacto para el Futuro.

Para la RAE, disociar es “separar (algo) de otra cosa a la que estaba unido”; y en esa sintonía orbita la decisión argentina. Elías destacó el rol de la ONU en este contexto de conflictividad global y enumeró todos los frentes sobre los que accionan las relaciones políticas internacionales, como la diputa por “los recursos naturales, la cuestión climática, la problemática que trae el acceso a fuentes de agua potable, la inseguridad alimentaria; pandemias globales como, por ejemplo, con el coronavirus; las crisis migratorias de refugiados". “A pesar de todas las críticas históricas que la Organización de Naciones Unidas tiene, creo que el mundo podría ser aún peor sin esa organización”, sostuvo.

“Esta no asociación o disociación de Argentina representaría un quiebre, en mi opinión, en un mundo que está bastante convulsionado. También me parece preocupante teniendo en cuenta que hay un desconocimiento muy grande, no solo de la política en general, sino de la política internacional, de la política exterior”, agregó Elías.

Desde Unidiversidad, también hablamos con Mario Guerrero, politólogo que coordina el Centro de Estudios en Relaciones Internacionales y de Integración(Ceridi) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNCUYO.

Para Guerrero, una de las principales consecuencias es la posibilidad de acceso a financiamiento internacional. “Está más que claro que este tipo de premisas, todos los ODS, se han vuelto las principales líneas y criterios a partir de los cuales organismos como el Banco Mundial y demás sistemas, como el BID, que forman parte del sistema financiero internacional, deciden o no invertir dinero. Entonces, disociarse, negarlos o rechazarlos implica de por sí negar la posibilidad de que podamos entrar a esas líneas de financiamiento”, subrayó.

Una relación histórica

“La relación ha sido muy buena históricamente”, comentó Guerrero sobre los antecedentes nacionales dentro de la ONU. “Argentina ha sido muy proactivo, muy participativo. No solamente en lo que a la Asamblea General se refiere, sino también en el Consejo de Seguridad, en la Comisión de Derechos Humanos, incluso en un organismo como la Cepal, que ha sido de mucha importancia en políticas de desarrollo en Latinoamérica”, agregó el politólogo, y remarcó que “este tipo de comportamientos”, por la disociación del Pacto para el Futuro. “marca una profunda ruptura y un profundo distanciamiento respecto de los patrones y estándares históricos de política exterior que ha mantenido Argentina”.

Para el especialista, en materia de política exterior, “este tipo de comportamientos, a la larga, se terminan pagando bastante caro, porque si hay un patrón de conducta muy marcado es que en la política exterior romper es muy sencillo, pero reconstruir y construir lazos es algo bastante complejo”.

Milei habló en la 79.ª Asamblea General de la ONU. Foto: argentina.gob.ar

En coincidencia, Elías ponderó el lazo histórico con la ONU y sumó que la Argentina es uno de los miembros originarios de la Organización. "Incluso, su participación se remonta a la Liga o Sociedad de las Naciones a partir del Tratado de Versalles de 1919. Argentina se incorporó en 1920, durante la presidencia de Yrigoyen. Después, 50 miembros de la Liga más Polonia, en 1945, crean la Organización de las Naciones Unidas. Entonces, esto significa un quiebre muy grande desde la política nacional para con la política exterior y las relaciones internacionales. La ONU no es una organización supranacional, no hay facultades delegadas de los Estados a esa organización. Ese ha sido un gran error en el discurso del presidente”, analizó la investigadora.

Muchos pactos, un futuro

La ONU no es un organismo ajeno a las críticas sobre su funcionamiento, sobre su peso en la dinámica global y sobre qué rol juegan este tipo de acuerdos, como el Pacto para el Futuro. “Este tipo de acuerdos han sido fuertemente criticados. Yo los considero muy buenos como un punto de partida, como un punto base. El problema es, justamente, lo que pasa después, cuando hay que ponerlos en práctica, cuando hay que materializarlos, teniendo en cuenta que, por ejemplo, otro caso similar es el del Acuerdo de París de Cambio Climático de 2015, que, si bien es vinculante para las partes que lo firmaron y lo ratificaron, después nos encontramos con muchos escollos y baches a la hora de poderlo cumplir”, detalló Elías.

En el caso del Pacto por el Futuro, la portavoz asociada del secretario general de la ONU, Florencia Soto Niño, comentó al portal chequeado.com que fue adoptado por todos los Estados miembros, incluyendo a Argentina. “Fue adoptado por consenso y, de hecho, por aclamación. No hubo ‘firma’ porque fue adoptado por consenso”. En este sentido, la vocera sumó: “Los países tienen libertad para desvincularse de parte o de la totalidad del mismo en sus declaraciones en la cumbre. Esto parece ser lo que hizo Argentina en su declaración, pero, de todas maneras, fue adoptado por consenso”.

Con o sin firma, para la investigadora del Conicet, Argentina tiene “antecedentes históricos de participación” que vale la pena destacar y defender. Antecedentes que “marcan una historia colaborativa de Argentina en materia de relaciones internacionales, más allá de algunas diferencias, por supuesto, de acuerdo a los gobiernos de turno”.

En tanto, Mario Guerrero sumó su opinión sobre qué tan eficiente es el multilateralismo: “Este tipo de acuerdos siempre son fuertemente criticados, producto del tipo de diseño o de instrumentos que vienen aparejados en lo que es la implementación o el logro de los objetivos. Si hay alguien que no cumple con lo que se acuerda, ese organismo es el encargado de exigir el cumplimiento y el sometimiento de ese alguien a la voluntad y a la autoridad de una entidad. Entonces, lo supranacional siempre es algo que está en disputa”. “Pero también es cierto", remarcó Guerrero, "que se están logrando acuerdos que eran bastante complejos, o por lo menos inesperados, que se pudieron alcanzar hace años. Obviamente que lo que se discute de fondo es cómo se llega al cumplimiento de sus objetivos, que siempre operan el plano de la discursividad y entran en tensión, porque, en cierta medida, es entrar en tensión con los modelos de desarrollo que involucran”, resumió el politólogo, para cerrar diciendo que la “inaplicabilidad de los pactos” no es un debate nuevo.

Por último, y siendo conscientes de que esta decisión del Gobierno argentino abre nuevos debates, tomamos una frase sugerida por Elías y que pertenece a Dag Hammarskjöld, segundo secretario general de ONU (1953-1961): “Las Naciones Unidas no fueron creadas para llevar a la humanidad al cielo, sino para salvarla del infierno”.

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