Tras 18 años sin poder votar, el pueblo de Mendoza se expresó libremente en las urnas. Si bien el triunfo de la fórmula peronista Martínez Baca-Mendoza fue arrollador, todos los pronósticos y encuestas, incluida una de la Universidad Nacional de Cuyo, daban ganador al candidato del Partido Demócrata.
Piezas publicitarias del FREJULI para las elecciones del 11 de marzo
¿Cuántas veces se ha dicho que Mendoza es naturalmente conservadora, que nunca una propuesta revolucionaria puede prosperar en esta impenetrable mentalidad de montaña? El debate queda con final abierto cuando surgen antecedentes en nuestra historia que muestran a los mendocinos muy lejos de ese conservadurismo que pretenden naturalizar. La Mendoza de hace 40 años es muestra de un espíritu transformador que sin duda los mendocinos “conservan”, a pesar de todo.
La campaña de marzo de 1973 tuvo una fuerte carga emocional, marcada por el fin de la proscripción del peronismo y la mística de la resistencia que ya contaba con mártires y hechos heroicos que la atravesaban. A nivel nacional, las consignas del FREJULI eran “Cámpora al gobierno Perón al poder” y “Liberación o Dependencia”, que se sostenían con piezas publicitarias conceptuosas y cargadas de información. En Mendoza, la fórmula Martínez Baca – Mendoza transitó los mismos caminos, aunque con algunas características locales.
Con menos recursos que sus adversarios, la campaña justicialista se basó en la militancia del sector de la Juventud vinculado a las organizaciones revolucionarias. Ya desde 1971 con el “Luche y vuelve”, la Tendencia había ganado las calles para finalmente hacerse cargo de todos los aspectos de la campaña, incluso de su financiamiento. La JP territorializó la promoción de los candidatos peronistas en los barrios de Mendoza. Con actos y reuniones en las uniones vecinales fueron entusiasmando a los mendocinos que terminaron consagrándolos con un amplio triunfo.
El cierre de campaña se realizó en Lavalle 45, en aquellos años playa de estacionamiento y hoy gran superficie gastronómica. “Fue un acto desbordante de alegría”, recuerda de ese día Ramón Torres, en aquellos años cuadro de la Tendencia Revolucionaria.
El peronismo seducía con un discurso que anunciaba un verdadero cambio de época, con promesas de lucha contra la oligarquía y la construcción del socialismo nacional. El candidato Martínez Baca no decepcionó a los militantes que lo apoyaban y prometió poner su futuro gobierno desde el primer día a construir poder popular. El candidato a intendente de la capital Ing. José Manzur –único intendente peronista de la historia– también anunciaba un cambio de época para los vecinos capitalinos; los recursos irían primero a consolidar las condiciones de los sectores más vulnerables.
La sombra del Mendozazo y de TrelewLa campaña se vio atravesada por dos hechos que habían conmocionado a la sociedad apenas unos meses antes. Ambos se colaron en la campaña forzando la adopción de distintas posturas de cada fuerza frente los hechos.
El gobierno militar había conocido el enojo de los mendocinos el 4 de abril de 1972, cuando estalló la mayor protesta popular de la historia provincial. Empezó como un reclamo por un fuerte aumento en la luz y, tras días de disturbios, terminó con la vida de varias personas, la renuncia del gobernador, la destrucción de más de 100 autos, el incendio de varios troles además de la quema y destrucción de negocios. Dejó un saldo de centenares de heridos y detenidos.
El 22 de Agosto de ese mismo año fueron fusilados 19 militantes de organizaciones revolucionarias en la base naval Almirante Zar. Tanto el Mendozazo como la masacre de Trelew activaron en amplios sectores un profundo hartazgo hacia la dictadura de Lanusse y estructuraron el discurso de campaña a partir del contraste entre Peronismo y dictadura.
El FREJULI se vio fortalecido al identificarse con los mártires y las luchas populares. Se realizaban homenajes y se difundían cortometrajes en los barrios donde se reivindicaba a los mártires de Trelew y al Mendozazo como legítima acción de rebelión popular frente a una dictadura ilegítima.
Por su parte, la UCR buscó disputarle votos al Partido Demócrata marcando su responsabilidad en la represión del Mendozazo –el demócrata Francisco Gabrielli fue el gobernador renunciante por esos hechos–. Los gansos, por su parte, apelaban a excusas tales como “No ordenamos la represión”.
Sin veda y con encuestas En aquella elección no se estableció un período de veda publicitaria previa al comicio, tal como conocemos hoy. Los avisos y las operaciones se sucedieron hasta el mismo 11 de marzo. El Diario Los Andes publicó dos sondeos –uno realizado por ellos y otro por la UNC– el sábado 10 de marzo, donde se daba ganador al candidato Vicchi de Partido Demócrata y el FREJULI se ubicaba segundo con 20% de los votos. Muy lejos de los 50% que horas más tarde consagrarían a Martínez Baca.
Magdalena Beltrán, que por esos días tenía 23 años, lo recuerda así: “En ese momento era alumna de la carrera de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Nos convocaron para ser encuestadores. Fue la primera experiencia de sondeo preelectoral con metodología y armado que se hizo en Mendoza. La dirigió, entre otros, Francisco Martín, que después fue Rector de la Universidad. Tuvimos capacitación y a mí me toco encuestar en San Rafael. Teníamos una ruta que seguir y golpear puertas de acuerdo al plan. Nos recibían con desconfianza y cuando preguntábamos por quien votarían .... las miradas eran huidizas y nos contestaban : 'No sé'. Pero nosotros sí " intuíamos" que ese voto supuestamente no decidido, era efectivamente un voto peronista. Como otras veces, la realidad se impuso sobre los resultados de la encuesta, que nos había dado perdedores” .
¿Voto vergonzante, miedo o manipulación? Muestra de una sociedad que había esperado 18 años ese momento y no quería hablar de más en aquellas horas cargadas de historia.