Aprender a escuchar y crecer: el viaje de estudiar Filosofía a los 80 años

Pedro Fos, exjuez civil de Mendoza, decidió estudiar Filosofía en la UNCUYO luego de jubilarse. Más allá de lo académico, el estudiante destaca que ha aprendido a escuchar. "Significa dar espacio para que el otro hable y cuestione lo que uno piensa". De esta forma, Fos desafía el paso del tiempo y encuentra una fuente de renovación personal y espiritual.

Aprender a escuchar y crecer: el viaje de estudiar Filosofía a los 80 años

Lo que empezó como una terapia frente a la jubilación se ha convertido en una travesía de aprendizaje continuo. Foto: Unidiversidad

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Emilio Murgo

Publicado el 12 DE SEPTIEMBRE DE 2024

A sus 80 años, Pedro Fos decidió retomar los estudios, pero no para continuar su carrera como abogado y juez civil de Mendoza, sino para adentrarse en el profundo mundo de la filosofía. Tras décadas de aplicar la ley y tomar decisiones desde el estrado, encontró en las aulas de la UNCUYO un nuevo propósito en la vida, una terapia para el alma y una oportunidad para seguir aprendiendo. En este contexto, Fos destaca que, más allá de lo académico, esta carrera le da nuevas perspectivas. Como juez, lo que valía era su palabra. Ahora, como estudiante de filosofía, está aprendiendo a escuchar y ser más reflexivo.

Cuando la jubilación llegó, decidió emprender un nuevo camino académico, impulsado por una pregunta inevitable: “¿Qué hago ahora con mi tiempo?”. Hoy, sentado junto a compañeros y compañeras más jóvenes, Fos demuestra que la búsqueda del conocimiento no tiene fecha de vencimiento y que, incluso en la jubilación, la mente puede florecer cuando se la cultiva con pasión.

De la justicia a la filosofía: un nuevo comienzo tras la jubilación

Fos llegó a Mendoza en 1975, luego de haber cursado algunas materias en la UBA. “Habría sido un sueño terminar mis estudios allí, por su alto nivel académico y el valor de ser una universidad pública”, recuerda. Sin embargo, el destino lo llevó a la Universidad de Mendoza, una institución privada donde continuó su carrera de Derecho. Con una leve sonrisa, rememora cómo solo le reconocieron seis de las trece materias que había aprobado en Buenos Aires. "Hicieron un buen negocio conmigo", bromea, pero rápidamente cambia el tono. “Eso ya es otra historia”.

Finalmente, Fos se graduó en 1983, en el contexto de un país que emergía de la dictadura militar. “Recuerdo la emoción que sentí cuando me recibí. Era un momento de grandes cambios. Sentía que la democracia nos daba un mundo de posibilidades, sobre todo para los que estábamos en el ámbito del Derecho".

Durante más de dos décadas ejerció como juez, pero, al cerrar esa etapa, se enfrentó a una encrucijada: ¿cómo encontrar un nuevo propósito en la jubilación? Fue entonces cuando la carrera de Filosofía se cruzó en su camino, no como una profesión, sino como una terapia, una manera de seguir conectando con el mundo. “Sabía que tenía que hacer algo con mi tiempo. No quería simplemente quedarme en casa sin hacer nada. Me dije: 'Necesito mantenerme activo y con la cabeza funcionando’, y así fue como retomar un viejo anhelo fue una terapia anticipada”, confiesa.

Pedro Fos, exjuez civil de Mendoza, decidió a sus 80 años comenzar a estudiar Filosofía en la UNCUYO. Foto: Unidiversidad

 

¿Por qué Filosofía? Los giros inesperados del camino académico

Desde joven, Pedro tuvo en claro que estudiaría Derecho. “Siempre me fascinó la idea de la justicia. Estudié en el Colegio Carlos Pellegrini en Buenos Aires y. para cuando estaba en tercer o cuarto año, ya sabía que el Derecho era lo mío, pero, al final de la secundaria, hice un test de orientación vocacional y ahí vino la sorpresa”, confiesa.

El resultado más alto lo obtuvo en Teología. Luego le siguieron Sociología y Economía, mientras que Derecho y Filosofía ocuparon los últimos lugares. No obstante, Fos terminó eligiendo las dos carreras con menor puntaje en el test. “Así son los giros de la vida”, expresa sonriente.

“El Derecho fue mi vida durante mucho tiempo. Pero, si lo pienso detenidamente, es una disciplina muy conservadora en su enfoque. Básicamente, te enseña a trabajar sobre hechos consumados, a aplicar la ley tal como está escrita. Es una disciplina casi de interpretación constante, lo que genera una forma de estudiar muy distinta a otras carreras. En cambio, cuando empecé Filosofía, fue como abrir una ventana a un mundo completamente diferente. Es un viaje hacia lo más profundo del pensamiento humano, donde lo importante no es la respuesta, sino la pregunta”, reflexiona. “En mi caso, no buscaba una nueva carrera profesional, sino un camino hacia el conocimiento”, explica.

Oriundo de Buenos Aires, Fos estudió Derecho en la Universidad de Mendoza. Foto: Unidiversidad

Ser estudiante de la UNCUYO en la era digital

Para ponernos en contexto, cuando Pedro comenzó la carrera en 2020, el mundo estaba inmerso en la pandemia. Para él, volver a estudiar fue todo un logro, pero su primer desafío fue adaptarse a la educación digital. “Nunca había estudiado de forma virtual. Ver cómo los jóvenes manejaban sus teléfonos, descargaban las materias y estudiaban desde una pantalla me hacía sentir muy lejos de todo eso. Incluso leer en la computadora me resulta difícil, así que imaginate en un teléfono. Mi método siempre ha sido el papel: escribo mucho, hago anotaciones, tacho, arranco hojas, es un verdadero desorden, pero así es mi forma de organizarme”, comenta risueño.

Las clases virtuales representaron una barrera adicional. Sin embargo, en lugar de desalentarse, encontró en esa experiencia un nuevo reto para afrontar. “Cuando era joven, preparaba las materias como una máquina; en 10 o 12 días cubría todo el contenido y lo hacía bien, obteniendo buenas calificaciones. Por el contrario, ahora necesito tiempo; sin dudas, es también una cuestión de edad”, explica Fos. “Cada pequeño logro, cada clase superada, me hace recordar que el aprendizaje es un proceso constante, sin importar la edad”, agrega.

Más allá de esas pruebas tecnológicas, Pedro destaca la calidez humana que encontró en la UNCUYO. “Cuando empecé a ir a las clases presenciales, lo primero que noté fue el gran respeto de las personas”. Es más, Pedro confiesa que el ambiente es mucho más relajado que en sus días de estudiante de Derecho en Buenos Aires. “Cuando estudiaba Derecho, los alumnos debían ponerse de pie cuando entraba el profesor. Todo era muy formal, incluso las clases se impartían desde una tarima, algo muy similar a lo que sucede en los juzgados”.

Su primer gran desafío como estudiante fue adaptarse a la educación digital. Foto: Unidiversidad

“Cuando fui juez en Mendoza, eliminé la tarima que había en el juzgado; no podía hablar con una pareja que se iba a separar desde una posición elevada. Así que quité todo eso, puse sillones y una mesa redonda para poder dialogar cara a cara. Ahora, esa misma cercanía y el hecho de poder dialogar constantemente es lo más me gusta de la facultad”, remarca.

Fos destaca la buena relación con sus compañeros y compañeras. "Me llevo espectacular; para ellos, soy el ‘abuelo’ del curso, pero en un tono afectuoso. Les he compartido mi historia y, por mi parte, les agradezco mucho porque me permiten aprender cosas nuevas. Es una retroalimentación que no me esperaba, pero que me enriquece profundamente”, confiesa.

Para Pedro, cada materia, cada clase, es una nueva oportunidad y representa la posibilidad de seguir aprendiendo. Foto: Unidiversidad

Filosofía: una oportunidad de aprendizaje continuo

Para Pedro, cada año de estudio es una posibilidad nueva. “La vida te va cambiando cada año y, con eso, también cambian tus metas. No sé si consideraría la carrera como un desafío en sí, sino más bien como una puerta que se abre. Para mí, Filosofía ha sido como encontrar un jardín hermoso. Cada materia, cada clase, es una nueva oportunidad que representa el aprendizaje continuo y la posibilidad de seguir aprendiendo, sin importar la edad ni las circunstancias que uno crea tener en su contra”, expresa emocionado.

De hecho, Fos recuerda una conversación clave que tuvo con uno de sus profesores. “Me dijo algo que me gustó mucho: que con el tiempo llega la madurez necesaria para comprender cada concepto, que tome este camino como algo que debo atravesar en distintas etapas y que al final todo llega. Eso me hizo ver mi proceso de una manera completamente distinta. Después de todo lo que he vivido, esta carrera me está enseñando a ser más reflexivo, más consciente”, comparte.

“En retrospectiva y mirando el camino recorrido, considero que me encuentro en una situación en la que debo ‘caminar cuidando cómo camino’, en un sentido figurado y filosófico, y esa es una gran exigencia. Creo que ese es el mayor desafío y, al mismo tiempo, la oportunidad que tengo de cara al futuro”, sostiene con firmeza.

En su nueva etapa de estudiante, redescubrió el valor de escuchar y reflexionar. Foto: Unidiversidad

Por eso, el mayor aprendizaje que Pedro encontró en Filosofía no es solo académico. “Lo más importante que he aprendido en estos años de estudiante es a escuchar. Durante mucho tiempo, como juez, estuve acostumbrado a que no se cuestionara mi opinión. Ahora, en Filosofía, aprendí a escuchar. Significa dar espacio para que el otro hable y cuestione lo que uno piensa. Como dice una frase muy hermosa que aprendí con los años, debemos escuchar con el corazón, que es una forma completamente diferente de escuchar. Para oír de verdad, hay que abrir el corazón, y es en ese momento cuando realmente empezás a escuchar y a reconocer al otro. Eso es lo que más me ha enriquecido en este camino de nuevo estudiante”, revela con honestidad.

Finalmente, a sus 80 años, Pedro Fos no solo estudia Filosofía, vive la Filosofía. Para él, cada día es una nueva lección, no solo sobre el pensamiento humano, sino sobre la vida misma. “Nunca imaginé que este camino, que había dejado atrás y olvidado, me traería tanta felicidad ahora. Pero aquí estoy, aprendiendo, creciendo y escuchando más que nunca”, concluye satisfecho.

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