Trastornos de la conciencia: crean herramienta informática para simular intervenciones farmacológicas
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04 DE NOVIEMBRE DE 2024
Se trata de herramientas que un tercero puede instalar en teléfonos celulares y pasan inadvertidas para sus propietarios. Pueden robar mensajes, determinar la geolocalización en tiempo real y activar la cámara de video.
Las personas que navegan constantemente los océanos de la tecnología lo saben muy bien, pero aquellas que simplemente utilizan los dispositivos de comunicación como medios de conectividad lo desconocen. En el mundo de las redes y de la hiperconectividad todo parece ser posible menos la privacidad, ya que existen aplicaciones de seguimiento a personas y de robo de mensajes que pueden implantarse en los celulares sin que su portador lo sepa. Esta realidad plantea todo un desafío.
Según publica el portal Infobae, existen diversas apps que “brindan” la posibilidad de monitorear llamadas, mensajes y hacer un seguimiento a través del GPS en tiempo real. Dichas aplicaciones son, entre otras, FlexiSPY, mSpy, Highster Mobile y SpyPhone.
Si bien se promocionan como instrumentos para que los padres puedan tener un seguimiento más preciso sobre sus hijos pequeños o adolescentes, también constituyen fuentes de información para las agencias gubernamentales y las fuerzas de seguridad en el seguimiento de delincuentes.
Como sucede con estas cosas, el debate que se abre es sobre el uso indebido: existen múltiples casos en los que estos softwares son implantados por terceros en los teléfonos de personas a las que quieren seguir para conocer sus movimientos o el lugar en donde se encuentran.
Diversos testimonios señalan el empleo de estos mecanismos como instrumentos al servicio de la violencia de género. Infobae utiliza un ejemplo extraído de la publicación Forbes, en el que se expone el caso de una mujer estadounidense que decidió escapar de su marido y pedir ayuda en un refugio para víctimas de violencia de género.
La víctima comenzó a recibir al poco tiempo mensajes de su expareja, quien la amenazaba argumentando que conocía su paradero. Esta situación llevó a que la damnificada cambiara varias veces de residencia, lo que terminaba siendo inútil porque era localizada por el agresor. Tiempo después, el maltratador reconoció que instaló una aplicación de monitoreo en el teléfono de su exmujer y a través de esa herramienta tenía acceso a la geolocalización de la víctima.
El diario porteño cita un estudio elaborado por la Radio Pública Nacional de Estados Unidos (NPR, por sus siglas en inglés) en el que se estableció que el 85 % de las víctimas de 70 refugios habían sido espiadas por sus maltratadores por medio de estos programas.
Estudios realizados en Inglaterra por la entidad Women's Aid indicaron que el 29 % de 693 mujeres encuestadas en 2015 sufrieron problemas con algún tipo de spyware en sus equipos.
Pero la información que extraen las apps no sólo son de mensajes o de geolocalización. También pueden interceptarse contenidos de distintas aplicaciones como WhatsApp, Messenger o Instagram, revisar el historial de búsqueda en la web, mirar la agenda y la lista de contactos e incluso activar la cámara para ver lo que hace la otra persona en vivo y en directo.
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