El juez federal Luis Rodríguez ordenó allanamientos en ocho propiedades del exministro de Planificación Federal, Julio de Vido. Entre los domicilios allanados figuraba la propiedad de su esposa, Alessandra Minnicelli, y de sus hijos. Se trata de una causa en la que se investiga el crecimiento patrimonial de la familia De Vido y en la que también se puso bajo la lupa a la cocinera del exministro, Nélida Caballero, sospechada de ser testaferro del matrimonio.

Los allanamientos incluyen el departamento de la Avenida Libertador 2275 y su casa de Puerto Panal, en Zárate. También se encuentran entre los allanados los inmuebles de sus hijos. Los allanamientos en total suman siete inmuebles y 16 lotes. Se busca registrar "los domicilios que actualmente estarían vinculados a los investigados, exceptuando aquellos que están alquilados a terceros o deshabitados".

Pero, además, los allanamientos se dispararon a raíz de la denominada "causa de los cuadernos", de manera puntual por el movimiento de grandes cantidades de dinero en efectivo en los domicilios de los imputados.

"El objetivo de los procedimientos es obtener evidencias, objetos, bienes, dinero o documentación (información concerniente a cuentas bancarias, escrituras, actas de constitución de sociedades, declaraciones juradas, extractos bancarios, recibos, contratos de locación, etc.) que sirva para avanzar en el descubrimiento de todos los bienes que pudieren formar parte de ese incremento patrimonial injustificado atribuido al funcionario", indicaron diversas fuentes consultadas por Infobae.

Se ordenó el secuestro de toda "documentación de contenido patrimonial", también la caracterización de las propiedades y los aspectos más relevantes de los inmuebles. La defensa de De Vido, que está preso, criticó esta mañana los operativos. Sostuvieron que se ordenaron con la “banal excusa” de buscar documentos que podrían haber sido pedidos y entregados voluntariamente por el exministro y su familia, sin haberlos sometido a un allanamiento que funciona, en los hechos, como un “castigo a la intimidad y a la imagen pública”.