Alimentación funcional: salud, industria y crecimiento económico para Mendoza

La provincia de Mendoza cuenta entre sus principales fuentes de desarrollo económico a las industrias frutihortícolas, vitivinícolas y olivícolas. Los productos elaborados en estas industrias, como conservas de  tomate,  vino y aceite de oliva, poseen “compuestos bioactivos” que pueden ayudar a prevenir numerosas enfermedades. Así también las características climáticas de la región permiten el cultivo de especies medicinales autóctonas como el matico, con principios bioactivos extraíbles de alta funcionalidad.

Los “compuestos bioactivos” son una serie de químicos extra-nutricionales (fenólicos, fitoalexina, licopeno, entre otros) cuyas propiedades antiinflamatorias, antioxidantes e inhibitorias actúan benéficamente sobre procesos como la trombosis, la génesis de tumores, las enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares y también el cáncer de próstata. Desde esta óptica es que puede considerarse a los alimentos de nuestras principales industrias como “alimentos funcionales”, pues un consumo regular de los mismos resulta funcional a la salud humana. 

Los científicos de las facultades de Medicina y de Ciencias Aplicadas a la Industria (San Rafael) de la UNCuyo investigan desde hace años estos tipos de alimentos funcionales y sus efectos en la salud para desarrollar a partir de ellos, de sus subproductos y/o residuos de elaboración, nuevos productos, extractos y concentrados capaces de incrementar la riqueza bioactiva de la industria alimentaria local. 

Así, el Programa de la SeCTyP cuenta con cinco proyectos de investigación entre los que se destacan investigaciones orientadas a potenciar las propiedades naturales del tomate en conservas para la prevención del cáncer, diseños biotecnológicos para optimizar procesos de vinificación incrementando los potenciales bioactivos de sus productos, utilización de  membranas líquidas emulsionadas para extracción y concentración  de los compuestos bioactivos presentes tanto en materias primas y alimentos elaborados, como en  residuos de industrias alimentarias, realizando  la investigación biomédica de las propiedades de  los productos regionales. 

Pero esto no es todo, los investigadores destacan el impacto social y económico de sus descubrimientos y desarrollos. En efecto, en su objetivo general, el Programa de la SeCTyP prevé la confección de una guía alimentaria que, basada en sólidos estudios científicos, sea una poderosa herramienta de promoción de conductas alimenticias saludables en la población. El otro aspecto de suma importancia es el económico: los alimentos funcionales, si bien todavía no del todo establecidos y reconocidos como tales por los marcos normativos actuales, son una realidad comercial creciente. La incorporación y/o potenciación de componentes bioactivos en los productos alimenticios regionales constituye un factor de valorización de los mismos imposible de desdeñar para la economía local. Por otra parte, los desarrollos tecnológicos de los investigadores vuelven posible sacar gran provecho económico de subproductos y desechos industriales: tal es el caso de los orujos resultantes de los procesos de vinificación (cuyo valor en términos de antioxidante podría aprovecharse en vistas de la demanda de la industria farmacéutica y alimentaria), como así también de  la industrialización de una hierba medicinal, el “matico”, que crece de forma natural en el secano. 

Como en otros casos ya conocidos, se evidencia aquí el importante trabajo que los científicos de la UNCuyo realizan en pos del conocimiento científico de los fenómenos naturales, pero también en vistas de las aplicaciones tecnológicas necesarias para el desarrollo regional. 

Notas
El Programa I+D 2010-2014, desarrollado en la Facultad de Ciencias Médicas y en la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria (San Rafael) de la UNCUYO se titula: “Industrialización de alimentos funcionales regionales: estabilidad y efectos de principios activos sobre patologías alérgicas, inflamatorias y tumorales.” El programa está dirigido por la Dra. Ing.  Alicia Lucía Ordoñez y por la Dra. Alicia Beatriz Penissi y articula cinco proyectos avalados por la SeCTyP-UNCUYO, dirigidos por la Dra. Alba Ortíz, la  Dra. Vilma Morata y la  Dra Ing. Maria Esther Balanza