Alemania vuelve a enfrentarse al horror. El tiroteo en un centro comercial de Munich en la tarde del viernes 22 (mediodía de nuestro país) ha dejado al menos seis muertos y varios heridos, pero otras fuentes elevan esta cifra: “Damos por hecho que se trata de un atentado”, dijo una portavoz policial, según publica El País de España.

Tras el tiroteo que comenzó poco antes de las seis de la tarde en un McDonalds del centro comercial Olympia, la policía ha pedido a los ciudadanos que eviten los lugares públicos. Los agentes, a través de las declaraciones de varios testigos, creen que los autores del tiroteo son tres personas que se han dado a la fuga. Por ahora no hay ningún detenido.

Los mismos testigos han mencionado que los sospechosos portaban "armas largas", informa Reuters. La estación central de la ciudad ha sido evacuada en medio de una espectacular operación policial y el servicio de colectivos y de metro fue suspendido. A pesar de que las autoridades hayan calificado el ataque de "terrorista", ningún grupo ha reivindicado la agresión.

"Creemos que nos enfrentamos a una avalancha de disparos", dijo un portavoz policial que desmintió los rumores de otros tiroteos en otros puntos de la ciudad. Las fuerzas de seguridad de Munich han pedido a los ciudadanos a través de las redes sociales que abandonen los lugares públicos de la ciudad y que encuentren un refugio o que permanezcan en sus casas. Además, han acordonado un amplio perímetro de seguridad, según las imágenes de los medios de comunicación, ya que en la zona donde ha sucedido el tiroteo hay más de un centenar de comercios, informa Efe.

Varios helicópteros sobrevuelan la zona. Las primeras imágenes muestran a varias personas huyendo del lugar y algunas de ellas aún permanecen en el interior del centro comercial, según un portavoz oficial citado por Reuters. "Estamos intentando sacarlas [a las personas aún en el interior del centro] para encargarnos de ellas", añadió.

Esta misma semana, Baviera ya sufrió un atentado islamista cuando un joven afgano atacó con un hacha y un cuchillo a los pasajeros de un tren regional. De los cuatro heridos graves que dejó esa agresión, dos están aún en peligro de muerte. Las fuerzas de seguridad alemanas han estado en alerta desde entonces.