“Ahora tengo cuatro padres”

Fueron las palabras de Claudia, la nieta recuperada 117, quien dio una conferencia de prensa junto a sus abuelas María y Angelina.

"Ahora tengo cuatro padres"

Foto: Axel Lloret

Derechos Humanos

Nieta 117

Unidiversidad

Verónica Gordillo - Foto: Axel Lloret

Publicado el 16 DE OCTUBRE DE 2015

“Ahora tengo cuatro padres. Y mi sueño es poder reunir a toda la familia”. Las palabras salieron de boca de Claudia, la nieta recuperada 117, que vive en Mendoza, al igual que las abuelas que la buscaron durante 37 años, María Assof de Domínguez (84) y Angelina Catterino (81).

El estudio de Radio Nacional, donde las tres participaron del programa Línea Editorial, quedó chico para todos los amigos y periodistas que querían saber la historia de esta mujer cuyos padres, Walter Domínguez y Gladys Cristina Castro, fueron secuestrados el 9 de diciembre de 1977 de su casa de Godoy Cruz.

Sentada entre sus dos abuelas, Claudia contó su historia. Dijo que sus padres siempre le contaron que era hija adoptiva y que decidió buscar su identidad, aunque nunca imaginó que era hija de desaparecidos, un tema del que sabía, pero al que siempre consideró lejano a su realidad.

La mujer confesó que vivió un verdadero shock cuando un representante de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) le comunicó los últimos días de agosto que el resultado de la prueba de ADN había dado positivo. Poco después se enteró de quiénes fueron su mamá y su papá, buscó datos en internet y descubrió que sus abuelas la buscaron durante 37 años y que una de ellas, María Domínguez, era la referente de Abuelas de Plaza de Mayo en Mendoza.

Durante todo su relato, Claudia resaltó el acompañamiento que tuvo de su marido, de sus padres adoptivos y de su familia, que siempre la apoyó para que encontrara su verdadera identidad. Se emocionó al decir que a ella le tocó la parte más feliz de esta historia, porque aseguró que su papá y su mamá adoptivos le dieron todo, la convirtieron en la mujer que es y le permitieron ser una persona feliz.

Aun frente a la verdad que enfrentó, Claudia contó que su mayor miedo era la exposición en los medios de comunicación, que se tratara mal el caso, que molestaran a sus tres hijos de 9, 6 y 1 año, y a sus abuelas. Por eso, contó que pidió reserva absoluta de sus datos, primero habló con sus padres adoptivos, luego con su hija de 9 años y después con el de 6, y finalmente con sus tíos y primos.

Para Claudia, la reacción de sus dos hijos fue una sorpresa grande: lejos de las complicaciones de los adultos, se alegraron de tener más abuelas, más tíos y le preguntaron cuándo podrían conocerlos. 

El primer encuentro

La nieta recuperada contó que el primer encuentro con María y Angelina fue en privado, con la única compañía de su esposo. Dijo que fue emocionante, que le mostraron fotos de sus padres, que comenzó un proceso en el que se vio parecida a alguno de ellos, en un gesto, en un gusto. “Mi vida fue espectacular, mis padres adoptivos me dieron todo, pero en el momento que me enteré también pensé en las abuelas que hacía tanto me estaban buscando. No podía perdérmelas”, comentó la mujer.

Frente a los micrófonos y con una sonrisa que no entraba en su cara, María –la referente de Abuelas de Plaza de Mayo en Mendoza– confesó que desde ese momento empezó a mentir: a los periodistas que la llamaban, a los amigos, a sus vecinos, que, contó, ya la miraban con desconfianza. Para respetar el pedido de su nieta, los encuentros con ella y con Angelina fueron íntimos; tanto, que cuando iba a la casa de alguna de las dos dejaba el auto a una cuadra.

En esos encuentros, Claudia conoció la historia de sus padres, supo de dónde venía su gusto por la pintura y por la guitarra, que prometió aprender a tocar bien.

La mujer aseguró que la búsqueda de sus abuelas implica una responsabilidad para ella, ya que durante 37 años la esperaron en forma incansable. Dijo que es imposible que ella entienda su esfuerzo, que se ponga en sus pantalones, pero que es su responsabilidad acompañarlas.

Claudia sueña con un gran encuentro familiar, pero dijo que no se apurará, que debe procesar la realidad que descubrió, acompañada por su familia. Por ahora, seguirá conociendo la historia de su mamá y su papá de la mano de sus abuelas, María y Angelina, que guardaron durante 37 años fotos, recuerdos, abrazos y todo su amor para ella.

 

Nietos recuperados

Cronología de los nietos que recuperaron su identidad

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