¿El cambio de horario afecta a nuestro cuerpo?

El atraso de las agujas del reloj persigue siempre el ahorro energético, pero tiene también implicancias en los biorritmos de las personas. En esta nota te contamos qué hora debería tener Mendoza según los expertos y si el cambio influye en el organismo.

¿El cambio de horario afecta a nuestro cuerpo?

Los cambios en el huso horario prácticamente no influyen en el ciclo sueño-vigilia", aclara el doctor Humberto Chade.

Sociedad

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Unidiversidad/ Ernesto Gutierrez

Publicado el 13 DE MARZO DE 2018

Una de las cosas que vienen asociadas con el cambio de estación y la llegada del otoño es, sin duda, el cambio de hora. Esto se usa en muchos países para hacer un mejor uso de la luz del día y ahorrar energía. Sin embargo, los médicos no dejan de estudiar los efectos que tiene esta modificación en el organismo humano.

Al respecto, algunos estudiosos de la materia afirman que el cuerpo de algunas personas puede notar marcadamente cambios como alteraciones de sueño, del estado de ánimo e incluso en los hábitos alimenticios. También puede ocurrir que en los primeros días, tras el cambio horario, las personas sientan más cansancio del habitual, estén irritables e, incluso, les cueste concentrarse.

 

El regulador está en el cerebro

Desde el punto de vista de la salud, más precisamente desde la neurología, el médico y docente de la Universidad Nacional de Cuyo Humberto Chade explicó: “Para entrar en el tema debemos conocer qué es el ciclo sueño-vigilia, llamado también ritmo biológico o reloj circadiano, es decir, el ciclo natural de cambios químicos y funciones de nuestro cuerpo. Nuestro ciclo sueño- vigilia consta de 16 horas de vigilia y 8 horas de sueño. Es como un 'reloj' interno que se encuentra en el cerebro, justo encima de donde se cruzan los nervios oculares”.

“Los ritmos biológicos controlan gran parte nuestras funciones corporales normales, incluidos el rendimiento, el comportamiento y el sueño. Y todas estas funciones están reguladas principalmente por el reloj circadiano, un conjunto de nervios localizados en el hipotálamo”, agregó el especialista.

El reloj circadiano o ciclo sueño-vigilia se basa en señales ambientales para regular su función, principalmente señales de luz del ciclo día/noche. Los cambios abruptos, como las rotaciones de turno o los viajes aéreos largos, que producen el llamado jet lag, que resultan en un desfase horario, pueden alterar el ciclo de sueño y tener un efecto perjudicial sobre los ritmos circadianos normales. “Cuando ocurre esta situación, cuando se altera, como por ejemplo en una persona que trabaja de noche, existe un período de adaptación para poder adecuarse a ese cambio del ciclo sueño-vigilia, pero cuando no ocurre se producen cambios comportamentales, por ello debe haber un acostumbramiento”, indicó Chade.

Según estudios internacionales, afirmó el especialista, los cambios en el huso horario prácticamente no influyen en el ciclo sueño-vigilia. “Los cambios en el huso horario son un problema del aprovechamiento del uso de la luz, del gasto energético, un problema que entra en la disputa político-económico-social y no en el ciclo bilógico del ser humano. Una hora de diferencia no altera al organismo, sí cuando cambia de meridiano en los viajes de un continente a otro. Esto produce el síndrome de jet lag, pero que no produce mayores efectos. Su regulación de sueño lleva unas 48 horass de adaptación, algo no perjudicial para la salud del viajante”, indicó.

“Si se regulara el huso de cambio horario, se reducirían los niveles de estrés y cansancio en la población debido a que, simplemente, los mendocinos se levantarían en la mañana con la luz del día y no a oscuras. Esto se produciría debido a que es justamente la luz diurna la que regula los estados de vigilia. Por el contrario, mientras es de noche el cerebro produce melatonina, hormona inductora del sueño”, dijo.

 

Niños y adultos mayores, los más afectados

Los niños y los mayores son los grupos de población más sensibles a estas alteraciones debido a que tienen unos horarios establecidos de comidas y de sueño.

Los lactantes pueden experimentar alteraciones en su alimentación, mientras que los niños en edad escolar pueden tener mayores dificultades para despertarse. Los mayores de 50 años, que con frecuencia tienen problemas para conciliar el sueño y se despiertan más temprano, pueden tardar más tiempo en adaptarse al nuevo horario.

 

Qué nos dicen los meteorólogos

Por otro lado, desde lo climático, Luis Nilo González expresó: “Si Mendoza adecuara su huso horario al recomendado para estas latitudes durante los meses de invierno, los beneficios no sólo en la salud, sino que se ahorraría energía eléctrica, habría menos contaminación lumínica y el ritmo de vida estaría en sintonía con el correcto aprovechamiento de la luz solar”.

“Argentina toma para sus relojes el huso horario -3, considerando al meridiano de Greenwich, pero algunos especialistas afirman, y yo lo ratifico, que en vez de ese huso, que emplean Uruguay y la mitad este de Brasil, debería utilizarse el -4 o incluso el -5 para el Oeste argentino”, señaló González, y sostuvo que “la relación tiene que ver con cuándo el sol pasa por el cenit (punto más alto respecto del horizonte) y en el caso de Mendoza ocurre cuando los relojes marcan las 13:32. Pasando en limpio, el cambio de huso horario implicaría atrasar el reloj una hora y media, para que en invierno amanezca más temprano”.

 

El cambio de huso horario no fue óptimo en el ahorro energético

Aprovechar la luz del sol es bueno desde el punto de vista de la salud, la seguridad, el medio ambiente y el consumo, tal como afirmaron los expertos consultados. Desde el Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE), Elián Japaz, actual presidente del directorio informó: “Si bien hubo dos o tres oportunidades en las cuales la provincia adhirió a las acciones nacionales, los resultados que se obtuvieron no fueron los óptimos, ya que no se registró el ahorro que se esperaba. El problema fue que el consumo energético que se ahorraba por las mañanas después se producía por las tardes, de forma que nos quedamos exactamente igual que antes del cambio de hora”.

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