"Abuelita", "octogenaria", "jubilado" o "anciano" son algunas de las palabras que se utilizan desde los medios de comunicación para referirse a los adultos y adultas mayores, sin saber específicamente si cumplen el rol, por ejemplo, de abuelo. En este sentido, desde la Dirección de Adultos Mayores de la Provincia se realizó el Foro virtual de reflexión: Comunicación amigable con las personas mayores. Para una verdadera inclusión social, el primer paso es romper el gueto en el que la sociedad los insertó. ¿Sexualidad y diversión para los jóvenes? ¿Jubilación y remedios para esos adultos?

“Tengo 68 y estoy muy activo. No trabajo en relación de dependencia porque no quiero, aunque todavía me lo ofrecen. Hoy me dedico al periodismo político después de muchos años de periodismo deportivo, y no siento que mis compañeros me discriminen. Nosotros tenemos ventajas comparativas con respecto a los más jóvenes y no tenemos que sentirnos desplazados por ser viejos. Si bien la tecnología es diferente a la de los años 70, la comunicación se hace de la misma manera”, expresó el periodista del Valle de Uco, Ricardo “Yayo” Guinsburg.

Aunque algunas personas no se sienten estereotipadas por la sociedad; para la Dirección de Adultos Mayores, una gran mayoría lo está. Por esta razón, destacaron la importancia de los medios de comunicación como agentes con influencia en la definición del imaginario social de la vejez, e indicaron: “No podemos permitir que esta siga siendo vista de forma negativa, ni que se proyecte una imagen irreal de la vejez”.

De útiles a "descartables", el maltrato que viven los adultos mayores

Las y los adultas/os mayores sufren diversos maltratos que están invisiblilizados en la sociedad, como la vulneración de su derecho a la autonomía y el abuso económico intrafamiliar. Durante la pandemia de COVID-19, algunas de estas violencias se exacerbaron. El decidir por ellos, aislarnos y separarlos de la vida social complicó sus rutinas diarias.

“Es tema de debate, pero tendríamos que preguntarnos si realmente es bueno tener segmentos de programación específica para los adultos mayores, o que sea un tema transversal, y que pueda hablarse, por ejemplo, de la sexualidad de ellos en cualquier programa”, afirmó la periodista Gabriela Figueroa.

En esta misma línea, otros y otras periodistas y comunicadores remarcaron la difusión de actividades realizadas por los municipios. “Fomentan las actividades de los jóvenes, como fiestas electrónicas, pero muy poco las actividades que hacen específicamente para las personas mayores”. Desde esta mirada, plantearon que los cambios son necesarios luego de la pandemia, “en donde hay un mundo que refundar”.

“Como comunicadores, cometemos grandes errores a la hora de referirnos a los adultos y adultas mayores. Antes, una persona de sesenta años era considerada de la tercera edad, y por lo tanto, la última que quedaba, pero hoy pensamos en ella como una persona absolutamente joven. Uno de los grandes vicios es llamarlos ‘abuelitos y abuelitas’. ¿Quién sabe si verdaderamente lo son? Además, ¿por qué se asocia el abuelazgo con la vejez y por qué motivo relacionarlos cuando el ‘ser abuelo o abuela’ implica una cuestión vincular? También existe una connotación negativa hacia las palabras ‘jubilado’, ‘anciano’, ‘octogenario’. Creo que hay que cuidar cómo los mencionamos porque son personas activas que tienen la dicha de vivir más años”, detalló la periodista de LVDiez Judith Scheyer.

Dime cuánto ayudas a los adultos mayores en tiempo de coronavirus

Sociedad Unidiversidad Salud / por Unidiversidad / Fuentes: Télam, La Nación, Canal 9 / Publicado el 18 DE MARZO 2020 En medio de la pandemia del coronavirus, los adultos mayores de 60 años son los más desprotegidos, no solo por ser la población de mayor riesgo de contagio, sino también por las dificultades que les genera tener que cumplir la cuarentena dispuesta por el Gobierno, ya que muchos de ellos viven solos o con personas de las cuales deben estar alejadas.

Quebrar el gueto

Para Carina Luz Pérez, conductora del programa Palabras Mayores en Radio Nihuil, las palabras son palabras, ni malas ni buenas. “Creo que hay que usarlas, pero bien. Yo no le tengo miedo a la palabra 'viejo' ni 'anciano', pero en un contexto determinado”.

“Todas las diferencias económicas, sociales, culturales que pasan los adultos mayores tienen una causa. No es solo una cuestión de estereotipos o de educación, sino que existe una profunda base económica y, si no cambia, probablemente los adultos no tengan mayores espacios. Hay campañas preciosas sobre el buen trato que quedan en los circuitos de las personas que se relacionan con adultos. Hay que trabajar para quebrar el gueto, porque estamos como en un barrio privado hablando entre nosotros. Nos hemos conformado con eso”, apuntó Pérez.

De la misma manera, Aldo Sáez, director de la Dirección de Jóvenes y Adultos, puntualizó la pregunta: ¿Qué tiene de malo ser mayor?

“Pareciera que lo único bueno es ser joven. Creo que, como sociedad, tenemos las cosas cambiadas, no escuchamos a la gente que tiene experiencia y, al contrario, queremos gente joven. En este caso, los medios son los que permean a la sociedad, por eso su importancia. La gente mayor quiere llegar a esa edad, disfrutar y vivir sin que nadie le diga nada”, concluyó Sáez.

De adulta mayor a vieja

Sociedad Otras Miradas por Margarita Bravo de Zarco, jubilada y miembro del Centro de Jubilados y Pensionados de la UNCUYO / Publicado el 28 DE MAYO 2020 Yo era adulta mayor. Hoy soy vieja. Esta mutación comenzó en marzo de 2020.