Adiós a Charlie Watts, el baterista legendario de The Rolling Stones
El músico falleció a los 80 años en un hospital de Londres, según confirmó su agente. Fue parte de la icónica banda durante 58 años.
Foto: Télam
Amante y cultor del jazz a pesar de ser miembro original de una de las bandas de rock más famosas de la historia, y dueño de un bajo perfil inusual dentro del ambiente, Charlie Watts escribió un capítulo inolvidable y único entre las grandes estrellas del mundo del espectáculo, cuya dimensión real tal vez recién sea valorada en su totalidad a partir de su sorpresiva muerte, ocurrida hoy en Londres.
La noticia la dio a conocer su agente a través de una lacónica nota en la que pedía respeto hacia el dolor de su familia y de los integrantes de The Rolling Stones, la banda en la que desarrolló 58 años de carrera, sin dar mayores detalles de los motivos, en una actitud que precisamente se condice con la manera en la que el baterista se manejó a lo largo de su vida.
Es que el fundamental músico supo mantenerse al margen de los escándalos públicos y su andar estuvo lejos del hedonismo que caracterizó a sus compañeros de grupo. Acaso la fidelidad demostrada a la mujer con la que se unió a principios de los 60 sea una de las pruebas más cabales de eso.
Ese transitar por los márgenes no asombra tanto si se tiene en cuenta que, en realidad, la pasión musical y la filosofía artística de Watts estaban ligadas al jazz, más allá de que su fama mundial se debía a que era parte de una las bandas más grandes que dio el rock.
Es que tanto en sus primeros años de formación musical como a partir de los 80, cuando formó su propia agrupación, el músico tuvo a este género por sobre el rock como su principal fuente de inspiración, algo que subyace en las interpretaciones encaradas para el combo encabezado por Mick Jagger y Keith Richards.
Más allá de eso, y a pesar de su casi inadvertida presencia, el baterista se estableció como una figura clave en el engranaje de esa gran maquinaria rockera que es The Rolling Stones, a partir de un sutil y único toque de tambor y una fuerte pero serena personalidad que en muchas ocasiones encauzó desmedidos egos dentro de la banda.
Biografía de Watts
Nacido en Londres, Watts desarrolló desde muy chico un gusto por el jazz y el rhythm & blues, por lo que sintió que el mundo le sonreía cuando fue convocado en 1961 por Alexis Korner para ser parte de la Blues Incorporated, uno de los más importantes grupos de ese género en el Reino Unido.
Al ver su desempeño en ese combo, los jóvenes Jagger, Richards, Brian Jones, Bill Wyman e Ian Stewart entendieron que ese swing en la batería era el que necesitaba la banda de blues que estaban formando y fueron por él.
Los famosos riffs de Richards y los meneos de caderas de Jagger encontraron su atinado y definitivo ritmo en los particulares tambores de raigambre negra de Watts, los mismos que renovarían la sonoridad del grupo en 1981 desde la introducción de "Start Me Up".
Con un pasado como estudiante de arte y una familia estable, mientras sus compañeros vivían de manera desenfrenada, más aún en épocas de giras, el baterista optaba por mantenerse encerrado, dibujando en cuartos de hotel. Mientras todos se codeaban con la crema rockera de la época, él prefería perderse en clubes de jazz. Esto no impidió que cayera en una fuerte adicción a la heroína y el alcohol a finales de los 70 y gran parte de los 80, pero en su caso fue más producto de demonios internos personales que el condimento de un alocado andar.
Aun así, incluso en su peor momento, Watts siguió siendo el único capaz de ponerles freno a los egos de Jagger y Richards, tal como lo confirma una famosa anécdota con el vocalista en una gira de los 80.
Fue cuando el cantante llamó a su habitación en la madrugada para reclamar que "su baterista" debía estar a disposición porque quería ensayar. Sin inmutarse, Watts se levantó, se afeitó, se vistió de traje, fue a la habitación del vocalista y le pegó una trompada, para luego aclararle: "No soy tu baterista. Vos sos mi cantante". Dicen que Jagger nunca más lo llamó así.
Por aquellos años, el grupo entró en un incierto "impasse" en el que Watts finalmente formó sus propias bandas de jazz, con las que hasta hoy despuntaba el vicio.
Sin embargo, Watts siempre estuvo firme al pie del cañón cuando ese monstruo llamado The Rolling Stones volvía a ponerse en marcha, del mismo modo que la banda supo esperarlo y acompañarlo en sus momentos más difíciles, como cuando enfrentó en 2004 un cáncer de garganta. Por eso llamó la atención cuando, semanas atrás, anunció que no iba a ser parte de la gira que el grupo retomaría en septiembre por Estados Unidos, luego del parate obligado por la pandemia de COVID-19, por problemas de salud.
Es cierto que The Rolling Stones se reinventó tras la temprana muerte de Brian Jones en 1969, supo capear la pérdida de un fundador y figura clave en su organización como lo era el pianista Ian Stewart en los 80, y pudo reemplazar sin sobresaltos al bajista Bill Wyman cuando se bajó del barco. Sin Charlie Watts, esta vez sí que nada será igual.
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