A pesar de los compromisos globales para frenar la deforestación de aquí a 2030, solo ocho de los 20 países con mayor tasa de deforestación tropical establecieron objetivos cuantificables en sus planes de acción climática, según el reciente informe "Aumentar la ambición, acelerar la acción" de ONU-REDD, publicado durante la Conferencia sobre Cambio Climático en Bonn, Alemania.

El informe destaca una significativa deficiencia en la protección, gestión y restauración de los bosques dentro de las actuales Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN), que delinean estrategias para enfrentar y mitigar el cambio climático. Expertos climáticos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) analizaron estas CDN y concluyeron que las promesas hechas entre 2017 y 2021 no están a la altura de la ambición global de detener y revertir la deforestación para 2030.

Los bosques son esenciales, ya que pueden contribuir con un tercio de las reducciones de emisiones contaminantes.

La tarea esencial de los bosques de cara al Acuerdo de París

Los bosques son esenciales para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático, ya que pueden contribuir con un tercio de las reducciones de emisiones necesarias para cerrar la brecha de mitigación de 2030. Aunque 11 de las CDN incluyen metas cuantificadas para la forestación y reforestación, reducir la deforestación es prioritario para mitigar el cambio climático, dado que la forestación y restauración tardan muchos años en capturar el carbono perdido. Para mejorar la coherencia de los esfuerzos nacionales es crucial que las CDN incorporen las estrategias nacionales existentes para reducir las emisiones derivadas de la deforestación y degradación de bosques (REDD+), que ya han sido adoptadas por 15 de los 20 países.

Debido al papel vital de los bosques en la regulación de los ciclos hidrológicos, la mitigación de temperaturas extremas, la prevención de desastres meteorológicos, la protección de la biodiversidad y la salud humana es imperativo que se establezcan objetivos ambiciosos para acabar con la deforestación y evitar enormes riesgos para nuestro planeta y sus habitantes. No obstante, el informe indica que las tasas globales de deforestación continúan en aumento, a pesar de una reciente disminución en Brasil.

"Después de no haber alcanzado el objetivo de reducir a la mitad la pérdida de bosques para 2020, debemos asegurarnos de que la meta para 2030 no sufra el mismo destino", advirtió Dechen Tsering, directora de la División de Cambio Climático del Pnuma. "Los planes de acción climática para 2025 deben incluir objetivos ambiciosos, coherentes, detallados, específicos y viables para la conservación, restauración y uso sostenible de los bosques. Esto también implica basarse en las políticas ambientales nacionales existentes y fortalecer el apoyo a los pueblos indígenas y comunidades locales, que son los guardianes principales de los bosques", remarcó.

Finalmente, el informe hace un llamado urgente a una colaboración internacional para aumentar la ambición de las CDN. Mientras los países se preparan para presentar la próxima ronda de CDN para la COP30, conocida como NDC 3.0, que se extenderá hasta 2035, se insta a las naciones, especialmente aquellas con amplias áreas forestales, a incluir metas concretas y medibles para los bosques en sus CDN revisadas. Incrementar la ambición de las CDN debe ir acompañado de acciones firmes e inmediatas, lo que requerirá un apoyo financiero predecible y de mayor escala para los países con abundantes bosques.