Diez años después de la despenalización del aborto, la Ciudad de México es la única entidad federativa del país en la que ninguna mujer fallece por interrumpir su embarazo. Miles de personas viajan hasta la capital, ya que en algunos estados pueden ser encarceladas por decidir sobre sus propios cuerpos. Antes de la reforma de 2007, seis de cada diez mujeres morían por abortos clandestinos, según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

La Ciudad de México es el único estado del país donde el gobierno asegura el derecho al aborto libre y gratuito para aquellas embarazadas que no superen las 12 semanas de gestación. Mientras en el resto del país es la quinta causa de muerte, la capital es la única con tasa cero de mortalidad.

El 27 de abril de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó una serie de reformas a la Ley de Salud y al Código Penal, lo que estableció el aborto libre y seguro. En la última década, 176.109 mujeres recurrieron a este procedimiento, de las cuales 125.127 fueron capitalinas, 44.608 del Estado de México, 1037 de Puebla y el resto provenientes de otras regiones.

En varios estados de México, la práctica sigue siendo tema tabú, lo que obliga a miles de personas a viajar hasta el centro del país. En Michoacán, por ejemplo, el gobernador Silvano Aureoles Conejo intentará reformar el Código Penal para que las mujeres que aborten de manera voluntaria reciban penas, que serían de seis meses hasta cinco años de prisión.

El 80 % de las mujeres tomaron la decisión de abortar desde sus hogares con una pastilla y sólo regresaron a la clínica para una revisión, lo que refleja un método no invasivo y seguro.

En Ciudad de México, no existe un mínimo de edad para interrumpir el embarazo, aunque las menores de 18 años deben contar con un permiso de sus padres o tutores para acceder al método. En la actualidad, hay 13 clínicas de salud sexual y reproductiva dependientes del gobierno capitalino que brindan el servicio de manera segura, confidencial y gratuita, además de sanatorios privados.

En cuanto a edades, el 47,1 % de las mexicanas que se someten al procedimiento tienen entre 18 y 24 años, seguido del sector etario que comprende entre los 25 y 29 años (22,6 %). Vale destacar que más del 5 % del total son adolescentes menores de 18 años.

Pese al avance, México sigue debajo de los índices de aborto de otros países desarrollados. En Japón, cuya cifra de habitantes es similar a la de México (125 millones y 120 millones, respectivamente), se realizaron 2.572.625 abortos entre 2004 y 2014, contra las casi 200 mil intervenciones en el país latinoamericano en la última década. Es que varios Estados del mundo cuentan con leyes que permiten el aborto hasta los seis meses de embarazo, en todo su territorio.

Argentina, un país estancado

Ante la falta de interés de los gobiernos en la problemática, el panorama es alarmante en nuestro país. Cada año se estima que más de 500 mil mujeres acceden a un aborto clandestino, de las cuales 80 mil deben ser hospitalizadas por complicaciones y otras 100 mueren. 

En 2015, la tasa de mortalidad materna debería haber bajado a 1,3 muertes por 10.000 nacidos vivos, pero la cifra fue duplicada (3,2). 

Argentina no cumplió con uno de los objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, cuando asumió el reto de reducir en un 75 por ciento la mortalidad durante el embarazo, parto y puerperio desde 1990.