A un mes de un traspaso histórico, donde conjugan la grieta y el poder

Mauricio Macri será el primer mandatario no peronista que termina un mandato constitucional completo tras el retorno a la democracia.

A un mes de un traspaso histórico, donde conjugan la grieta y el poder

Fotomontaje publicado por clarin.com

Nacional

Transición 2019

Unidiversidad

Ezequiel Derhun

Publicado el 08 DE NOVIEMBRE DE 2019

Toda transición, todo cambio, todo traspaso, sobre todo cuando hablamos de poder, es clave para el complejo tejido social de un país, que verá en un acto institucional, todo el peso simbólico de lo que queda en el pasado y lo que viene en el futuro, al menos por los próximos 4 años.

El próximo 10 de diciembre, cuando el presidente Mauricio Macri entregue el bastón de mando a Alberto Fernández, el mandatario electo, se cumplirá un traspaso inédito, al menos para la historia reciente de la Argentina. Es que, desde el regreso a la democracia, va a ser el primer gobierno no peronista que terminará su mandato en tiempo y forma.

Osvaldo Gallardo, historiador y docente de la UNCUYO, fue consultado por Unidiversidad sobre las tan complicadas transiciones de los últimos 30 años.

“El tema de la transición siempre es un tema en las democracias en el mundo. En Argentina, aparte del momento tan complejo desde lo económico y lo social, hay revuelo porque la Argentina no tiene una tradición de transiciones y, en general, no han sido en paz”, comentó Gallardo.

Ricardo Alfonsín (UCR) tuvo que adelantar el llamado a elecciones y en 1989 llegó Carlos Menem, quien encarnó el retorno del PJ a la primera magistratura y ejerció su primera presidencia completa y, tras su segundo mandato, entregó el poder a Fernando De la Rúa en 1999.

“La transición en el ‘99 fue mínimamente ordenata, aunque también el país vivía un momento muy complejo, pero no como este año”, describió el historiador.

Pero llegó el 2001, la crisis, el helicóptero y los cinco presidentes en 11 días.

“Antes del año 2000, había más tradición de polarización partidaria”, dice Gallardo, haciendo hincapié en la que la denominada grieta siempre existió en la política, con la UCR y el PJ enfrentados. Sin embargo, recalcó: “Después de 2001 el sistema de partidos, y lo que representa el sistema de partidos, entra en un periodo de inestabilidad, deja de ser tan estable y se rompe esa polaridad tan marcada”.

El periodo normalizador estuvo encarnado por Eduardo Duhalde (PJ), quien termina entregando el bastón y la banda presidencial a Néstor Kirchner en 2003. Este traspaso fue amigable, dado que el santacruceño fue impulsado por Duhalde en la interna peronista.

Cuatro años después, Néstor entregó el mando a Cristina Fernández, su esposa, quien juró “por Dios, la Patria y sobre los Santos Evangelios”. Para este periodo, en el que siguió dominando el PJ, Cristina llegaba al poder acompañada por un radical como vicepresidente: el mendocino Julio Cobos.

Fernández de Kirchner terminó su mandato y ganó holgadamente la reelección, pero ya había quebrado su relación con Cobos tras el afamado “no positivo" y la pelea con el campo. Ese traspaso de poder, en 2011, tuvo su polémica, porque las crónicas políticas que aquel entonces resaltaban si era Cobos quien debía tomar juramento o no a la presidenta reelecta. Finalmente, no lo hizo, tan solo presidió su última Asamblea Legislativa.

CFK terminó su mandato y llegó el cambio de poder con una novedad, Mauricio Macri, el hombre del Pro que lideró la alianza Cambiemos, debía tomar el poder. Pero terminó siendo unos de los traspasos más desprolijos.

“Si recordamos 2015, fue una transición muy sucia en términos institucionales. De hecho, no hay una transición directa entre Cristina y Macri”, rememora Gallardo.

La discusión primero paso por si debía ser en el Congreso o en la Casa Rosada. Luego apareció el fallo emitido de la jueza federal María Romilda Servini, quien “estableció que a las 0 horas del 10 de diciembre finalizaba el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, aclarando la jueza que Mauricio Macri y Gabriela Michetti serían presidente y vice solo a partir de que prestaran juramento ante la Asamblea Legislativa”, detalla el sitio parlamentario.com.

Esa pequeña novela tuvo como protagonista a Federico Pinedo (presidente provisional del Senado), quien ejerció la primera magistratura por una horas y fue quien entregó formalmente el mando.

Llega el mometo histórico

Finalmente, a un mes del próximo traspaso, Macri deberá ceder los atributos presidenciales a Alberto Fernández, quien vuelve de la mano de la unión del peronismo, pero será parte de la foto en la que un presidente ajeno la PJ entrega en tiempo y forma su mandato.

“El desafío de esta transición de 2019e cómo se trabaja para generar estabilidad y algún tipo de expectativa en la sociedad que ha ido a votar, más allá de que son expectativas enfrentadas por la mayoría del país, que confiaba en que su voto podía tener impacto en el futuro”, analizó Gallardo.

A 36 años de la recuperación de la democracia, la institucionalidad pareciera recomponerse, al menos desde los simbólico, sin embargo, la grieta sigue latente.

“La polarización está expresándose a pesar de los partidos políticos, y engullendo un poco a los partidos políticos, esa es la diferencia con los procesos anteriores. Creo que es una tendencia generalizada en la Región y en algunos países de Europa, donde la polarización es también social, no solo de estructuras partidarias”, reflexionó, por último, el historiador y docente de la UNCUYO.

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