¿Puede el etiquetado frontal ganarle a la tentación y al consumo emocional?

Sociedad

Maga Merlo Vijarra, cocoordinadora del área de salud de Fundeps, contó a Télam que la cantidad máxima de grasas trans de origen industrial permitida en los productos alimenticios se encuentra regulada por el Código Alimentario Argentino (CAA). El 21 de enero de este año se introdujo una modificación en la que se dispuso que el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor al 2 % del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y al 5 % del total de grasas en el resto de los alimentos.

Sin embargo, esta modificación, que tuvo entre sus objetivos incluir a las materias primas dentro del límite del 2 %, sigue dando lugar a interpretaciones diversas que avalan que las mismas tengan el mismo límite que el resto de los alimentos (el 5 %). Esto hace que las empresas puedan jugar entre ambos porcentuales, explicó Merlo Vijarra.

La especialista señaló que existen falencias respecto al monitoreo y vigilancia de los productos en boca de expendio. De acuerdo a lo que Fundeps ha podido constatar, esto, en parte, obedece a la dificultad que tienen las bromatológicas para acceder al financiamiento de tecnologías que les permitan realizar los análisis químicos pertinentes, así como a la falta de personal capacitado.

En septiembre, Fundeps, Sanar, FIC Argentina, Fagran y Consumidores Argentinos presentaron una propuesta ante la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) para que la Argentina avance hacia una regulación de grasas trans más restrictiva y que prohíba el uso de aceites parcialmente hidrogenados. "Se planteó establecer un límite máximo al contenido de ácidos grasos trans (AGT) de producción industrial del 2 % respecto de las grasas totales en todos los productos, incluyendo aquellos que son utilizados como ingredientes y/o materias primas; y prohibir el uso del aceite parcialmente hidrogenado", explicó.

En ese sentido, Merlo Vijarra añadió: "Esta propuesta va en línea con los compromisos internacionales de derechos humanos asumidos por el Estado argentino, a la vez que se encuentra en consonancia con el marco regulatorio interno. Desde la perspectiva de derechos humanos, habiendo sido más que demostrado el impacto negativo que las grasas trans tienen en la salud humana, la obligación de proteger está a cargo del Estado e implica que deba adoptar medidas que prevengan el consumo de estas grasas y que prohíban los aceites parcialmente hidrogenados, una de las principales fuentes de las grasas trans".

María Belén Núñez, licenciada en nutrición, miembro fundador y cocoordinadora del área de salud de la Sociedad Argentina de Nutrición en Alimentos Reales, dijo a Télam: "Hoy en día, las grasas trans producidas industrialmente se encuentran en una amplia variedad de productos ultraprocesados, como margarina, galletitas, snacks, baños de repostería, helados y productos precocidos, entre otros, así como también en productos de panadería y comidas artesanales elaboradas con grasas hidrogenadas". "Si bien la industria alimenticia las utiliza para brindar mayor período de conservación, mayor duración de fritura, disminuir costos y aumentar la palatabilidad, hoy la evidencia científica demuestra que su consumo produce efectos nocivos en la salud humana. Son un factor importante en la generación de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, así como de enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes mellitus y cáncer, y ocasionan discapacidad y muertes prematuras", advirtió.

"La lucha por la sanción del etiquetado marcó un precedente en cuanto al involucramiento de la sociedad civil en las políticas públicas de salud. Es creciente el interés de la comunidad en saber qué es lo que está consumiendo y si hacerlo conlleva algún riesgo para su salud. La lucha por la sanción de la Ley de Etiquetado Frontal dejó reflejado que las y los consumidores exigen transparencia y justicia a la hora de realizar sus compras", completó Núñez.

Merlo Vijarra aseguró que las grasas trans ocasionan más de 500 000 de muertes cada año y son un factor importante en la generación de enfermedades cardiovasculares, cánceres, diabetes mellitus, entre otras. A su vez, remarcó que no existe un umbral de ingesta seguro y que son totalmente nocivas para la salud.

"Es por ello por lo que las recomendaciones de organismos expertos en la materia, como la OMS y la OPS, se orientan a eliminar o limitar al mínimo posible la presencia de estos ácidos grasos en la cadena mundial de suministro de alimentos", agregó.