En un contexto en el que la minería sustentable se impulsa desde el gobierno nacional y provincial como un sector prometedor para la economía del país, el debate sobre la participación de las mujeres en la actividad cobra relevancia para evitar que siga creciendo la desigualdad económica con los varones. Según un reciente informe de Women in Mining Argentina, solo el 13 % de la fuerza laboral minera está compuesta por mujeres, un dato que resulta más relevante en Mendoza que busca equilibrar la tradición vitivinícola con una incipiente apertura hacia la minería sostenible. Para entender los retos que tiene por delante la industria, Unidiversidad dialogó con Marita Ahumada, directora del Comité Asesor de Women in Mining (WiM) Argentina, quien compartió su visión y experiencia en este lugar históricamente masculinizado.

Ahumada, que inició su carrera hace 25 años, recuerda los desafíos de sus primeros pasos en la minería, especialmente en el área de prospección, donde trabajaba junto a equipos predominantemente masculinos en condiciones extremas. “La minería era una industria masculinizada, y no fue fácil insertarse. Trabajaba en la cordillera, en carpa, con un equipo de 15 hombres. Fue complicado al principio, pero con el tiempo se ha ido suavizado el camino. Hoy existe mayor entendimiento y se trabaja más en equipo”, reflexionó.

Marita Ahumada, directora del Comité Asesor de Women in Mining Argentina. Foto: Marita Ahumada

De hecho, en las últimas décadas, las mujeres han comenzado a ocupar roles fundamentales en el sector a la par de los avances tecnológicos y sociales. Sin embargo, en términos generales, los ingresos de las mujeres están un 25 % debajo de los de los varones. E incorporarlas al sector productivo, afirma el Banco Mundial, puede significar un crecimiento del 20 % del PBI. Según la geóloga, actualmente, es posible encontrarlas en labores que antes eran exclusivas de los hombres, como conductoras de camiones fuera de ruta, operarias de maquinaria pesada, geólogas, ingenieras, sociólogas, traductoras y asistentes sociales en comunidades. 

“Históricamente, la mujer en la minería se desempeñaba en roles administrativos y de secretaría, pero hoy toma un rol protagónico en las operaciones de mina, medio ambiente y como operaria de maquinaria pesada. Ya no es raro ver a una mujer al volante de un camión articulado o una retroexcavadora”, destacó.

Según Marita Ahumada, las mujeres han comenzado a ocupar roles fundamentales en la industria. Foto ilustrativa: Pixabay

Sin embargo, uno de los grandes desafíos para las mujeres es conciliar las tareas domésticas con el desarrollo profesional, afirmó Ahumada. “Muchas de las trabajadoras son madres, tienen a su cargo el cuidado de familiares o son sostenes de familia, lo que puede llevarlas a abandonar sus carreras o retrasar su egreso”, resaltó, y remarcó la importancia de generar condiciones dentro de la actividad que permitan compatibilizar la vida personal con el trabajo.

“Queremos que comprendan que hoy los grupos mixtos de trabajo son mejores. Desde el género se aporta más talento, diversidad y nuevas miradas. La visión de la mujer da valor al trabajo en comunidades y el trabajo conjunto entre hombres y mujeres da mejores resultados”, explicó.

Women in Mining Argentina proyecta que para 2029 las mujeres podrían llegar a una participación del 15 % en el sector. Foto ilustrativa: Pixabay.

Aunque la participación femenina ha crecido considerablemente, la brecha de género en la minería sigue siendo significativa. Según los datos de acceso público proporcionados por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, la participación de mujeres en el sector de explotación de minas y canteras alcanzó el 12,5 % en 2023, un salto pequeño pero significativo en los últimos años, ya que en 2007 eran el 7,5 % y en 2020, el 10,4 %. Sin embargo, Women in Mining Argentina proyecta que para 2029 el 15 % del sector podría estar ocupado por mujeres. 

Para cerrar esta brecha, Ahumada abogó por fomentar la inclusión desde la base, incentivando a las mujeres a estudiar carreras vinculadas a la minería, como ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). También destacó la necesidad de abrir oportunidades en áreas administrativas y de servicios vinculadas a los proyectos mineros, como campamentos, diseño o logística.

La minería como motor económico y social

En Mendoza, el gobernador Alfredo Cornejo y otros referentes políticos del país comenzaron a apostar por una minería sustentable, lo que abrió un debate en una provincia históricamente reticente a esta actividad y marcada por la ley 7722, que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en la minería.

Para Ahumada, este cambio de postura es alentador. “Es gratificante ver a gobernadores y legisladores a animarse a aprender sobre la industria y decir: ‘Queremos minería, pero con respeto al ambiente, a la sociedad y con equidad’”.

Además, destacó el impacto positivo de la minería en las economías regionales. “La minería genera un efecto multiplicador: no se trata solo de extraer rocas, sino de todo lo que se necesita alrededor, desde servicios de comida hasta transporte, librería y vestimenta. Es una rueda económica que beneficia a muchas áreas”, detalló.

Ahumada concluyó con un mensaje optimista: “Desde WiM Argentina seguimos trabajando para brindar herramientas a las mujeres, ayudarlas a conocer las oportunidades y entender que tienen un lugar en esta industria. Es fundamental identificar las causas de deserción y crear un ambiente laboral que fomente la retención de talento femenino”.