A 40 años de la Federación Universitaria de Cuyo: una mirada sobre la educación pública y la democracia

Tras cuatro décadas desde su fundación, la FUCUYO se consolida como uno de los pilares en la defensa de la educación pública, gratuita y democrática, en un contexto de desafíos sociales y económicos.

A 40 años de la Federación Universitaria de Cuyo: una mirada sobre la educación pública y la democracia

La Federación Universitaria de Cuyo surgió como respuesta a la necesidad de institucionalizar el movimiento estudiantil. Foto: Unidiversidad.

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Emilio Murgo

Publicado el 27 DE NOVIEMBRE DE 2024

En este 2024, la Federación Universitaria de Cuyo (FUCUYO) celebra 40 años desde su constitución, un sello que marca un hito en la historia del movimiento estudiantil de las universidades públicas de la provincia, fundamentalmente en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). Fundada en un período de transición democrática, su creación no solo representó la organización de las y los estudiantes tras la dictadura, sino también un fuerte compromiso con la defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad. En un contexto nacional complejo, con restricciones presupuestarias y cuestionamientos a las carreras humanísticas, este aniversario pone en relevancia la importancia de fortalecer los valores democráticos y educativos.

La voz estudiantil en tiempos de cambio

Con el regreso de la democracia en 1983, tras años de represión política y prohibición de la participación estudiantil, los centros de estudiantes renacieron como espacios clave para defender los derechos del claustro y canalizar sus demandas. Este impulso organizativo permitió, en 1984, la creación de la Federación Universitaria de Cuyo, que integró a los centros de estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo y de las regionales de la UTN en Mendoza y San Rafael. La FUCUYO se posicionó rápidamente como el principal órgano de representación estudiantil en las universidades públicas de la provincia para promover la participación activa en los procesos institucionales y democráticos. En 1985, en medio de un proceso de normalización universitaria tuvo lugar un hecho sin precedes, los estudiantes —a través de la FUCUYO— lograron incorporarse formalmente a los órganos de gobierno de la UNCUYO, asegurando su voz en el Consejo Superior y en las decisiones trascendentales para la vida académica y social.

La Federación surgió como respuesta a la necesidad de institucionalizar el movimiento estudiantil en una universidad que recuperaba sus funciones democráticas. Néstor Navarro, magíster en Ciencias Políticas y Sociología y primer presidente de la FUCUYO, explicó que la militancia universitaria tomó fuerza después de la guerra de Malvinas. “La conformación de agrupaciones estudiantiles fue clave durante la dictadura y, más tarde, en la transición democrática para establecer una Federación que asegurara la representación estudiantil en el Consejo Superior provisorio de la UNCUYO”, agregó el también actual consejero directivo de la Facultad de Filosofía y Letras. Para Navarro, este espacio se convirtió en un punto de encuentro entre sectores populares y democráticos, enfrentándose a grupos que defendían los valores de la dictadura.

En este sentido, la entidad desempeñó un papel crucial en la etapa de normalización universitaria, lograda finalmente en 1986. Navarro destacó que una de las primeras grandes victorias fue la implementación de un reglamento de concursos docentes que garantizó transparencia y justicia en los procesos académicos. Además, este órgano estudiantil colaboró en la creación de nuevas carreras como Ciencias de la Educación, Comunicación Social y Derecho, fundamentales para la expansión académica en ese momento.

Néstor Navarro fue el primer presidente de la FUCUYO. Foto: Unidiversidad

Inclusive, este compromiso se extendió más allá del ámbito local. “En 1985, la FUCUYO participó en marchas nacionales en defensa de la democracia y llevó ayuda tras el terremoto de Mendoza al recibir delegaciones de otras federaciones universitarias para la reconstrucción”, relató Navarro al mismo tiempo que subrayó la solidaridad internacional, como la colaboración con Chile durante el retorno a su democracia.

Los desafíos de hoy: defender la diversidad académica

Frente a los ataques actuales y al recorte presupuestario que reciben las universidades públicas, Navarro enfatizó la importancia de una formación integral. “La sociedad necesita profesionales de todas las áreas: humanísticas, sociales, técnicas y científicas. Esta diversidad enriquece tanto el desarrollo social como el personal”, señaló. Desde la perspectiva de Navarro, la universidad pública debe mantenerse como un espacio que fomente todas las vocaciones y asegure una educación accesible y plural.

Navarro planteó como prioridad la implementación de modalidades de cursado más flexibles y virtuales. Foto: Unidiversidad

Mirando hacia el futuro: flexibilización y virtualidad

De cara a los próximos años, la FUCUYO busca adaptarse a las necesidades de las y los estudiantes actuales. Navarro planteó como prioridad la implementación de modalidades de cursado más flexibles y virtuales, que respondan a la realidad de las y los estudiantes trabajadores. Además, destacó la necesidad de fortalecer sistemas de becas y reaperturas de servicios estudiantiles como el comedor universitario. “La lucha por una universidad pública y de calidad sigue siendo esencial para garantizar el acceso equitativo a la educación superior en Argentina”, destacó.

Para Navarro, esta mirada integral reafirma que la FUCUYO continúa siendo un bastión fundamental en la defensa de los derechos estudiantiles, impulsando los valores de democracia, inclusión y desarrollo académico que inspiraron su creación hace 40 años.

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