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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
Si usted tiene tiempo lea con atención. Si está muy apurado también. Ahora, si le falta el tiempo, es indispensable que continúe, que no se detenga, ya que estas reflexiones van a solucionarle varios problemas.
Cuando de tiempo se trata hay algunas cosas que se prestan a confusión. Lo más a mano para confundirnos es el informe meteorológico que dan los noticieros de radio y televisión.
Me
explico. Cuando llega ese esperado momento, los entusiastas conductores
de noticieros, en casi todos los canales y radios del planeta, no solo
en Argentina, en el anuncio dicen: “Y ahora conoceremos los datos del
tiempo…” o “A continuación el pronóstico del tiempo…”, y pasan a
relatarnos los números referentes a la temperatura medida en grados
centígrados, la humedad con porcentajes que no se sabe bien a qué se
refieren, la velocidad del viento a kilómetros en la hora, la
visibilidad medida en kilómetros lineales, la presión atmosférica que
hasta hace unas décadas se calculaba en milímetros de mercurio y en la
actualidad, algún preciosista hace que nos la digan en hectopascales. Y
allí ya estamos perdidos...
También en el servicio sobre los “datos
del tiempo” nos describen las posibilidades cercanas de que nos
sorprenda una lluvia, la nieve, una tormenta eléctrica, el granizo, el
viento Zonda, un huracán desde Las Heras, un frío desde el Polo,
inversión térmica, cumulus nimbus, y todo tipo de oferta del menú del
servicio meteorológico nacional que antes dependía de la Fuerza Aérea
Argentina con asiento en El Plumerillo.
¿Y el tiempo? Nada.
Los
más avezados científicos que abundan por los lugares universitarios y
del Cricyt también se ocupan del tema. Pero con palabras más difíciles y
con intrincados e inaccesibles conceptos. Por ejemplo, tienen en
cuenta, para darnos “datos del tiempo” la influencia del océano tropical
que le da a la atmósfera. El fenómeno de la corriente de El Niño que
tiene que ver cuando el Pacífico ecuatorial, que es el océano más grande
del mundo, tiene las aguas más calientes: con más de 28 grados,
entonces se transforma en una verdadera caldera para la atmósfera. Ese
calor que transfiere el océano genera nubes convectivas que alteran la
circulación de vientos y nubes. Una manera de predecir fenómenos con
varios meses de anticipación, es prestarle atención a El Niño, dice don
Federico Norte, doctorado en esa ciencia.
¿Y el tiempo? Bien. Gracias.
Algunos
otros, alejados de cuestiones relacionadas con la razón de la ciencia,
prefieren los asuntos más vinculados a la magia, el esoterismo, las
pseudociencias, el ocultismo, la prestidigitación o los ovnis. Para eso
recurren a un amplio conjunto de absurdas y ridículas prácticas que
pretenden hacernos pensar que son efectivas. Esas prácticas están más
basadas en la ingenuidad del que busca respuesta y no tiene rigor
alguno. La magia esotérica está basada en la ignorancia del
interlocutor, es crédula, no somete sus especulaciones a prueba alguna y
no altera sus principios ni cuando falla ni como resultado de nuevos
hallazgos. Como es subjetiva no acepta la crítica, algo que es normal en
la actividad científica, ya que el objetivo es que al final la verdad y
la realidad real sea la que prevalezca.
La forma que tiene la
pseudociencia para rechazar la crítica de la ciencia es planteando que
es dogmática y que se cierra y niega los fenómenos en los que se basan
los modernos brujos. También las pseudociencias son muy difundidas
porque no requieren un largo aprendizaje en lugares académicos y sus
divulgadores solo repiten frases hechas o inventan soluciones basadas en
fórmulas imposibles de seguir por alguien de pocos conocimientos.
Entonces
para hacer llover es bueno hacer una cruz de sal, o cuando duelen los
huesos es porque va a cambiar la temperatura, cuando se clava un
cuchillo en una cruz de ceniza no cae el granizo, cuando no corre viento
y la luna tiene una aureola de color, en las noches límpidas del verano
es que va a temblar y así varias recetas más.
¿Y del tiempo? Nada. Ni una sola cosa.
Ninguna de estas cuestiones tiene que ver con el tiempo.
Solo
puedo decir, para terminar estas palabras, que el tiempo se mide solo
con relojes, que no tiene que ver con la meteorología, que Nilo González
más sabe por sabio que por diablo, que para ser medido, el tiempo
requiere mejor un Citizen que un termómetro.
Y que esta nota continuará… cuando pase una semana… o dos… o más…
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