“Me lesionaba porque era la única forma de soportar los abusos”. Ese fue parte del testimonio de una exalumna del Instituto Próvolo que escucharon los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2, que llevan adelante el primer juicio por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores en ese establecimiento dedicado a la educación de personas sordas.

Los dichos de la joven, que hoy tiene 25 años, los escucharon no solo los magistrados, sino también los querellantes y los imputados: los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y el jardinero Armando Gómez (49).

Próvolo: una víctima había advertido a un sacerdote de los abusos

Un hombre de 35 años dijo que cuando era alumno del Próvolo advirtió al sacerdote italiano Luis Spinelli que sufría abusos sexuales, pero que nada cambió. Esta fue parte de la declaración que escucharon los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2 que juzgan a los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y a Armando Gómez (49) por 28 hechos de abuso sexual y corrupción de menores.

La mujer ya testificó a través de una cámara Gesell en vivo la semana pasada, pero los magistrados determinaron que no se le harían preguntas y que se incorporaría directamente la denuncia que hizo en 2017 como parte de la investigación de esta causa.

En esa grabación, que se reprodujo hoy en la sala de audiencias, la mujer aseguró que sufrió abusos en forma reiterada por parte de Jorge Bordón, el monaguillo que en 2017 aceptó su responsabilidad en los 12 hechos que se le imputaron, por lo que lo condenaron a 10 años de prisión. Contó que las vejaciones siempre fueron de noche, en la habilitación del hoy condenado, que estaba junto a la de ella.

En su relato, la chica también señaló al cura Corradi y a la religiosa japonesa Kumiko Kosaka (imputada en la segunda causa) como quienes los sometían a castigos físicos. Incluso expresó que en varias oportunidades “encerraban” a grupos de chicos y chicas en distintas habitaciones.

Advertencia de los abusos

De acuerdo a información aportada desde la oficina de prensa del Poder Judicial, ya que las audiencias son a puertas cerradas por tratarse de delitos de instancia privada, la joven aseguró que ella y su hermana le contaron a su familia lo que sucedía en el instituto y que su padre le pidió explicaciones a Corradi. Poco después, en 2008, las echaron del instituto.   

Al momento de los abusos, la testigo no se reconocía como mujer. En la grabación y con la ayuda de la intérprete en lengua de señas, explicó sus razones. Dijo: “Como varón, sufrí abuso sexual; como mujer, no”, fueron las palabras que se escucharon en la sala de audiencias.

Próvolo: el tribunal decidió que Gómez seguirá en el juicio

El jardinero Armando Gómez (49) seguirá sentado en el banquillo de los acusados, como uno de los tres imputados por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores en el Instituto Antonio Próvolo. Así lo decidieron los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2, al determinar que el hombre está en condiciones de enfrentar y comprender el proceso en su contra.

Durante el testimonio, también le preguntaron a la joven por las marcas de lesiones que tenía en sus brazos. Ella dijo que se autolesionaba porque era la única forma que tenía de soportar los abusos y todos lo que le sucedía en el instituto.

La exalumna también habló sobre los tatuajes que tiene en su cuerpo, específicamente el de una monja con un rosario en la mano, que en lugar de cara tiene una calavera. Explicó que esa imagen representaba para ella a la monja Kumiko, quien aseguró que se mostraba como una persona buena, pero que en realidad los maltrataba.

El juicio se retomará mañana a las 8.30, momento en que las partes continuarán con las reproducciones de los testimonios de exalumnos del instituto, que se grabaron durante la etapa de la investigación que comenzó en noviembre de 2016.