Daniel Sgardelis, una víctima de abuso del Instituto Próvolo de La Plata viajó a Mendoza para acompañar a los sobrevivientes mendocinos. El hombre aseguró que es necesario ayudar a los exalumnos, ya que es difícil seguir adelante luego de sufrir vejaciones y malos tratos.

El joven vive actualmente en Salta, de donde es oriundo, y estuvo interno en el Próvolo de La Plata entre 1982 y 1991. Denunció que durante ese período sufrió abusos por parte de Jorge Britez (celador y profesor de informática)  y que tanto los sacerdotes Nicola Corradi como Eliseo Pirmati los sometían a constantes castigos físicos.

Próvolo de La Plata: más denuncias por abusos y malos tratos

Dos personas denunciaron ante la Justicia de La Plata que fueron abusadas cuando asistían al Instituto Antonio Próvolo ubicado en esa ciudad, mientras otras tres denunciaron los malos tratos a las que fueron sometidas en el lugar donde debían educarlas.

Sgardelis es uno de los denunciantes en la causa que está abierta en La Plata y en la que están imputados Britez (el único detenido), Corradi (que enfrenta el juicio en Mendoza) y Pirmati, que al conocerse las denuncias viajó a Italia. Poco después, un medio europeo lo encontró infraganti en las calles de Verona y la Justicia bonaerense, a pedido de la fiscal Cecilia Corfield, solicitó su extradición.

Abusos y violencia

El joven, que actualmente vive en Tartagal, viajó a Mendoza y esta mañana se acercó a Tribunales donde se sustancia el primer juicio por presuntos abusos en el instituto mendocino.

Con la ayuda de un intérprete en lengua de señalas, el hombre contó que su intención es reunirse y acompañar a las víctimas mendocinas, ya que aseguró que son más jóvenes que las de La Plata y que es necesario contenerlas en este momento. Aseguró que es muy difícil superar los abusos y poder seguir adelante.

Próvolo: de Verona a Mendoza, la ruta de la impunidad

Verona, en Italia; La Plata y Mendoza, en Argentina. Los exalumnos de las sedes del Instituto Próvolo ubicado en esas tres ciudades denunciaron haber sido víctimas de abuso sexual y de maltratos por parte de sacerdotes y de quienes debían cuidarlos.

Sgardelis describió a Corradi y Pimati (los dos sacerdotes que estaban en el Próvolo de La Plata), como dos personas “oscuras”, que ejercían violencia física contra los alumnos. Dijo que Corradi “se hace el sordo”, pero que escucha perfectamente.  

“Soportamos mucho, nos arrastraban por el piso, nos castigaban. Los fines de semana eran los peores momentos para nosotros”, contó el hombre con la ayuda de un intérprete en lengua de señas.