Un joven de 23 años contó que sufrió múltiples y reiterados abusos sexuales en el Instituto Próvolo, que las religiosas sabían lo que sucedía, que los sometían a castigos físicos y que volvió con su mamá a Misiones luego de que la mujer le pidiera explicaciones al cura Nicola Corradi. Los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2 escucharon y vieron el testimonio que el joven grabó en cámara Gesell en 2017, poco tiempo de después de iniciada la investigación judicial.

El chico ingresó al instituto cuando tenía 8 años y, según su relato, poco tiempo después comenzaron los abusos. Señaló como sus victimarios al jardinero Armando Gómez y a uno de los primeros acusados, que fue declarado inimputable.

Una testigo dijo que se autolesionaba para soportar los abusos

"Me lesionaba porque era la única forma de soportar los abusos". Ese fue parte del testimonio de una exalumna del Instituto Próvolo que escucharon los integrantes del Tribunal Colegiado N.º 2, que llevan adelante el primer juicio por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores en ese establecimiento dedicado a la educación de personas sordas.

Según la información aportada por los querellantes, Oscar Barrera y Sergio Salinas, ya que la prensa no puede estar presente en las audiencias por tratarse de delitos de instancia privada, el hombre aseguró que en algunas ocasiones lo ataban con sogas y luego abusaban de él.

El joven, con la ayuda de una intérprete en lengua de señas, también contó cómo actuaban sus abusados después de los vejámenes y aseguró que esta conducta se repetía siempre. Primero lo llevaban a un médico fuera del instituto (aún no se puede determinar quién pero se está investigando), luego lo llevaban a pasear, a comer hamburguesas o le daban  golosinas. Inclusive, dijo que quedaba bajo la protección de la religiosa Asunción Martínez (imputada en otra causa), que lo dejaba dormir en la habitación contigua a la de ella para que nadie lo molestara.

Próvolo: Salinas celebró que las víctimas no tengan que volver a declarar

El primer juicio por abusos en el Instituto Antonio Próvolo pasó a un cuarto intermedio hasta el 14 de agosto. Sergio Salinas, abogado querellante por la ONG Xumek, explicó a Radio U por qué el tribunal tomó esa decisión y expresó: "Para nosotros fue una jornada exitosa porque nadie que haya declarado en Cámara Gesell volverá a hacerlo.

Pedido de explicaciones

El exalumno permaneció interno en el Próvolo desde 2004 hasta 2009 y solo dejaba el lugar una vez al año, cuando pasaba las vacaciones con su familia. Fue en uno de esos viajes cuando se animó a contarle a su mamá lo que sucedía. La mujer lo llevó a un médico y luego viajó a Mendoza para pedirle explicaciones a Nicola Corradi, pero como el cura no le dio ninguna respuesta, volvió con su hijo al litoral, cuando el niño tenía 14 años.

El adolescente y su familia cortaron todo contacto con Mendoza. Fueron los querellantes quienes lo buscaron y, con la colaboración de una psicóloga, le preguntaron si podía testificar, a lo que el chico finalmente accedió.

Las audiencias se retomarán mañana a las 8.30, cuando el tribunal continúe escuchando el relato del joven, que dura más de cuatro horas.